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Clubes se deslindan de violencia

MADRID -- Por orden policial, según el departamento de prensa del Atlético de Madrid, en la rueda de prensa posterior al encuentro entre el club rojiblanco y el Deportivo La Coruña no se admitieron preguntas. El argumento era que entorpecía la investigación al no estar clasificados los hechos de la pelea entre grupos radicales de seguidores de ambos equipos.

Comparecieron los presidentes de ambos clubes, Tino Fernández, del Deportivo, y Enrique Cerezo, del Atlético de Madrid, acompañados por Manuel Quintanar, director de integridad de la LFP.

"Esto no es una rueda de prensa", dijo Enrique Cerezo apenas tomó la palabra. "Estamos aquí para condenar los hechos que se han producido hace unas horas a unos 500 metros de este estadio. Esto no tiene nada que ver con el futbol. Son grupos radicales que producen las consecuencias que han sucedido. Ni el Atlético ni el Deportivo han tenido nada que ver con los hechos", agregó.

En la misma línea, Tino Fernández expresó su "rechazo contundente a la violencia que perjudica al deporte y al futbol".

"No conocemos los detalles de lo que ha pasado, es una situación dramática y trágica. Quiero dar ánimo a la familia de la persona que se debate entre la vida y la muerte", señaló. Entonces no se había oficializado el fallecimiento de Francisco Javier Romero Taboada, un aficionado del Deportivo La Coruña de 43 años, tras sufrir un paro cardiorespiratorio e hipotermia, luego de ser arrojado al río durante la trifulca que tuvo lugar esta mañana en las inmediaciones del Vicente Calderón. También Quintanar condenó los hechos. Y también deslindó al futbol de cualquier responsabilidad.

Nada se dijo de impedir la entrada a los miembros del Frente Atlético al estadio. Un grupo de cerca de cuatro mil aficionados radicales del conjunto rojiblanco que asisten a los encuentros del equipo desde hace más de cuatro décadas durante las cuales han tenido más de un enfrentamiento que ha terminado en tragedia. Como la acontecida en las inmediaciones del Estadio en 1998, cuando Aitor Zabaleta, aficionado de la Real Sociedad, fue asesinado por un miembro del grupo ultra de los colchoneros.

"Yo no soy quien para disolver al Frente Atlético", dijo el consejero delegado del club, Miguel Ángel Gil, en declaraciones a una radiodifusora española, además de insistir en que "no se debe generalizar", pese a que gran parte de la afición rojiblanca recibió con abucheos y rechiflas al grupo radical.

Los reportes policiales indican que, hasta el momento, hay 100 personas identificadas y 24 detenidas de unas 200 que participaron en la pelea, que dicho sea de paso, no tuvo nada de espontánea, pues el Frentre Atlético y Riazor Blues se habían citado a través de las redes sociales para saldar cuentas. Aun así, la zona de las gradas reservadas para el grupo de animación lucían llenas aunque, desde luego, sin pancartas.

La policía confirmó, posteriormente, que en la trifulca participaron, también, grupos radicales de otros clubes, pues a los Riazor Blues, se unieron los Bukaneros del Rayo Vallecano y el Alkor Hooligans, del Alcorcón.

Pero pese a la advertencia, a la Comisión Antiviolencia de la LFP no se le ocurrió declarar el encuentro de Alto Riesgo. De haberlo hecho, mil 500 elementos policiales habrían sido asignados a velar por la seguridad de los aficionados en lugar de los 200 habituales. Pero la pelea fue a las 9:00 AM y "lejos del estadio", según argumentó el presidente del equipo Enrique Cerezo, por lo que insistió en que el Atlético "no tiene que ver con esto".

Al final, tristeza y enojo. Los jugadores del Atlético de Madrid aseguran que no tenían idea de lo que había pasado. "Yo me he enterado cuando acabó el partido", asegúró Juanfran quien agregó que incluso había entrado "enfadado al vestuario porque no me explicaba el ambiente (tan apagado). Que nuestra gente estuviera así, tan callada, y más en una semana tan importante y después de ganar, no entendía".

Y es que faltaban las pancartas del Frente Atlético. Los cánticos; las ovaciones, jugador, por jugador. Esas que los hombres de Simeone agradecen saludando a la grada que se ubica detrás de una de las porterías. Pero los hombres del 'Cholo' opinan que poco pueden hacer para contener a esa "gente que no está bien de la cabeza", como los calificó Juanfran; ya que no depende de ellos que miembros del Frente Atlético se aparezcan en los entrenamientos de vez en cuando a recolectar autógrafos o vender, a los jugadores, boletos para las loterías navideñas de sus 'peñas'.

"Esto no es el Calderón", subrayó Juanfran, lateral del Atlético de Madrid, quien en la línea del club, insistió en que la pelea no tuvo "nada que ver" con el futbol, si bien entendió, aunque tarde, la "tristeza y crispación" de los presentes.

"Es gente que no está bien de la cabeza. Tenemos que separar el tema futbol y el tema de la violencia. Yo creo que no tiene nada que ver con el futbol", insistió.

El club, por su parte, se limitó a "condenar enérgicamente" los hechos a través de un comunicado de prensa mientras la LFP, a través de Quintanar, confirmó que asistirá a la reunión de urgencia convocada para mañana por la Comisión Antiviolencia. Será entonces cuando se sabrá si lo acontecido esta mañana cambiará, de algún modo, la relación entre clubes y grupos radicales de animación.