Jordi Blanco | Corresponsal 9y

David Luiz, el 'amigo' del Barcelona

BARCELONA -- Ocurrió en la primavera de 2013 y se repitió el pasado verano. David Luiz estuvo dos veces cerca de fichar por el Barça... Y a lo visto este miércoles en el Camp Nou el club azulgrana acertó de pleno al no incorporarle. O fue una suerte, quizá, que no pudiera hacerlo.

El PSG que encajó en Barcelona la primera derrota de la temporada tuvo en el defensa brasileño a uno de sus grandes responsables, por no decir el principal, de su caída. No solo fue protagonista directo en dos de los goles del Barça, sino que entre ambos redondeó una noche de pesadilla, sobrepasado por los delanteros rivales una y otra vez, despistado en las coberturas, lento en el repliegue y fallón en la salida de balón.

A la que Neymar, Suárez o Pedro presionaban al PSG en su defensa, David Luiz se convertía en un manojo de nervios que ni combinaba ni despejaba, sino que pretendiendo jugar con criterio no hacía otra cosa que poner de los nervios a Thiago Silva, con balones entregados a la zona de medios azulgrana para que el equipo de Luis Enrique volviera a la carga.

Pero su primer pecado imperdonable se produjo en la jugada del empate, cuando marchándose en la banda Suárez, David Luiz entró al trote en el área en una zona de nadie. Sin atender a la llegada por su espalda de Messi, quedó vendido en el medio y cuando centró el uruguayo despistó a su propio portero dejando pasar entre ambos el balón con la mirada para que Leo rematase en solitario en el segundo palo.

"Si esta jugada la llega a hacer Piqué, lo crucificamos hasta el día del juicio final", se escuchó en una transmisión radiofónica, que en apenas veinte minutos de partido ya consideró al central del PSG como una rémora para su equipo.

A partir de ahí su prestancia no mejoró para nada. Mientras su compañero Thiago Silva se ocupaba de organizar como buenamente podía a la defensa y a la vez que Van der Wiel o Maxwell se multiplicaban en las bandas, David Luiz parecía un bailarín sin música.

Regaló balones con los pies, con la cabeza y hasta con la mirada, perdió toda regla táctica sumándose al ataque sin ocuparse de las coberturas y en una de esas dio inicio al tercer gol del Barça, cuando situado en una jugada ofensiva como ¡interior derecho! perdió el balón cerca del vértice del área de Ter Stegen para provocar una contra azulgrana que acabó con el gol de Suárez.

Un gol, el 3-1, que llegó después de que el propio delantero uruguayo le ganase la posición en el pase interior de Messi para cederlo a Xavi... Y se marchase a seguir la jugada en el área mientras David Luiz se desentendía de mantener la marca. ¿El resultado? Suárez remató el rechace de Sirigu a placer mientras el brasileño se lo miraba todo a seis metros de distancia.

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