Paola Nuñez | Corresponsal 9y

Atlético pierde racha invicta en casa

MADRID -- Se acabó el poder del Vicente Calderón. La derrota del Atlético de Madrid este domingo ante el Villarreal puso fin a 19 meses sin perder en la Liga como local. Año y medio desde que el Barcelona sacó la victoria por 1-2 el 12 de mayo de 2013, poco antes de coronarse campeón de Liga en la campaña 2012-2013.

Desde entonces, 23 rivales pasaron por el Manzanares sin poder vencer a los del Cholo, una racha de 27 encuentros con 21 victorias y seis empates, que aunque lejos de su mejor marca como local, 46 partidos en casa sin conocer la derrota entre 1960 y 1963, marcaba ya un antes y un después para el Atlético de Madrid.

Fue en gran parte gracias a su fortaleza como local que el Atlético de Madrid se llevó el titulo de Liga la temporada pasada, cuando obtuvo 15 victorias y cuatro empates como local para un total de 28 victorias, seis empates y cuatro derrotas. Una fortaleza que se fue forjando desde que Diego Pablo Simeone tomó las riendas del equipo, en diciembre de 2011.

Con la llegada del argentino los números del Atlético de Madrid mejoraron substancialmente en todos los aspectos. De los 173 partidos que el conjunto colchonero ha disputado desde entonces en todas las competiciones, 112 fueron triunfos, 33 empates y 28 derrotas, lo cual se traduce en un 65 por ciento de victorias. De esas 28 derrotas, únicamente ocho fueron como local, donde arropados por una afición que tiene en Simeone a uno de sus grandes símbolos, ha logrado intimidar a la elite europea.

Pero algo se rompió en el Calderón y todo lo que pudo salir mal al Atlético de Madrid en el partido de este domingo, salió mal. Un gol anulado por una falta casi imperceptible, un Villarreal que le tenía tomada la medida y no le permitió sorprender con su arma favorita, el balón parado. Una noche atípica en que el ambiente no hizo ni cosquillas al rival. La afición había acostumbrado a los hombres del Cholo a su 'ayuda' para intimidar al rival y el equipo rojiblanco lo echó en falta.

"Quizá en los últimos 20 minutos hubo algún desajuste. También ellos hicieron una linda jugada en el contragolpe del gol. Hay que felicitar al rival y prepararse para el próximo partido", dijo el técnico Diego Pablo Simeone, que escuetamente expresó que "el ambiente (en el estadio) fue bueno".

AMBIENTE ENRARECIDO SACA DE BALANCE AL ATLÉTICO

Independientemente de los errores, propios o arbitrales, o de la manera en que Villarreal ganó la batalla, dando una lección táctica de cómo vencer al Atlético de Madrid, en el Calderón faltó ese 'algo' que hace especial el escenario.

Quedaron expulsados los violentos ultras del Frente Atlético, que hace dos semanas se enfrentaron a la porra del Depor Riazor Blues en una pelea que resultó en la muerte de un aficionado gallego y lo pagaron los aficionados "de toda la vida". Los que acuden al estadio con sus familias a animar al equipo.

No hubo banderas en el graderío por primera vez en mucho tiempo, se veían zonas vacías en todos los sectores. Ni siquiera el Cholo, que constantemente arenga a la afición cuando sus hombres necesitan apoyo, intentó hacer llamamiento alguno desde el área técnica.

"Se notaba que afuera había algo raro, no era el Calderón de siempre", lamentó tras el encuentro Tiago Mendes, que si bien reconoció que "lo que pasa dentro del campo depende de los jugadores", señaló que el cambio de actitud de la afición "puede distraerte un poco y las cosas pueden no salir bien".

El Frente Atlético dañó sin remedio la relación de los jugadores con la afición y, peor aún, provocó un conflicto en las gradas, pues los pocos asiduos al 'fondo sur' que se presentaron en el estadio --la mayoría sin camisetas rojiblancas, sin banderas y sin hacer el menor ruido-- intentaron reivindicar la existencia del grupo radical cuando las cosas empezaron a torcerse para los locales. "Si no me quieres, no cantes mis canciones" , comenzaron a gritar antes de ser silenciados por una rechifla generalizada.

Gabi, capitán al final, quiso ponerles un alto, pues no es momento de reivindicar causas perdidas por mucho que se afanen en decir "el Atlético somos nosotros" a modo de recriminación a la directiva, que tajantemente ha seguido los lineamientos impuestos por la LFP en común acuerdo con la Comisión Antiviolencia.

"Valoro a los que con deportividad siempre han estado con nosotros. El resto no me interesa", dijo a su salida. El madrileño sin embargo admitió que fue "un ambiente raro, difícil" y terminó por pedir "unión", pues el "divisionismo" en las gradas no hace más que desestabilizar al equipo.

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