|
MIAMI -- Ya el Miami Heat no es el enemigo a batir en la Conferencia del Este de la NBA, pero la mala sangre con los Chicago Bulls persiste y este domingo los jugadores de ambos equipos tampoco se saludaron tras terminar el partido, tal como ocurría en tiempos de Lebron James. Los Bulls no contaron con Joakim Noah por tercer partido consecutivo, pero se apoyaron en 22 puntos de Mike Dunleavy para vencer 93-75 al Heat, que no tuvo a Chris Bosh, aquejado de dolores en la corva de la pierna izquierda. Dunleavy encestó cuatro de cinco triples para encabezar la ofensiva de Chicago, que se reafirmó en el cuarto lugar del circuito, con balance de 15-8. Miami dominó el primer cuarto 18-14, pero a partir del segundo parcial, los Bulls embistieron y llegaron a tener ventaja de 26 puntos, al aprovechar las fallas defensivas de su rival. La reacción del Heat llegó en el último cuarto y ya era demasiado tarde. "No tuvimos un buen comienzo, quizás un poco presionados, pero cuando empezamos a hacer las jugadas simples las cosas cambiaron. Taj Gibson jugó muy bien y aunque los números de Pau (Gasol) no lo reflejen, también fue muy importante. Muchos de los tiros de Mike (Dunleavy) los hizo desmarcado, con Pau en la pintura, llevándose a dos defensores", dijo el coach de Chicago, Tom Thibodeau. Muchos fanáticos de Miami se preguntan cuándo el Heat logrará encontrar su ritmo o si este es el ritmo real que mantendrá el equipo en toda la temporada.
Y en esa búsqueda, el coach Erik Spoelstra utilizó su décima alineación abridora diferente en 24 partidos. "Estamos tratando de encontrar nuestra identidad, de conseguir consistencia en un campo de inconsistencia. Con eso estamos lidiando ahora mismo e independiente de quién entre y quién salga, estamos trabajando en eso", señaló Spoelstra tras la derrota, la decimotercera frente a 11 victorias. Dwyane Wade y Luol Deng fueron los mejores anotadores por el Heat, ambos con 17. Para Deng fue la primera vez que enfrentaba a su antiguo equipo. "Siempre es difícil, no por el equipo, sino por los muchachos. Verlos así es diferente, sobre todo porque hemos estado mucho tiempo juntos incluso fuera de la cancha", dijo el ex jugador de los Bulls. Pero incluso a Deng tampoco lo saludaron sus ex compañeros, para confirmar la mala sangre que se ha creado en los últimos años.
|
