Carolina Padrón 9y

2014 En capítulos: De menos a más (I)

MÉXICO -- El 2014 transcurrió con la rapidez con la que las cámaras ubicadas en la Arena Das Dunas de Natal trataban de enfocar el hombro de Giorgio Chiellini, para buscar su piel cubierta por la mordida de Luis Suárez. Ese segundo en el que el delantero uruguayo mordió al italiano, terminó multiplicándose por 4: la cantidad de meses de castigo que recibiría el que luego sería jugador del Fútbol Club Barcelona. Pero esa no fue la primera imagen triste de un Mundial que iniciaba prácticamente despidiendo al campeón anterior, a esa España que para esta generación equivale a la Brasil de los 70.

La Roja de Del Bosque, sin Puyol, se mostró como nunca en muchos años, vulnerable, con el desgaste de una generación que despedía a los Villa, Xavi, Xabi Alonso una vez finalizada la Copa del Mundo. Pero como dice Fernando Torres "Uno no deja la selección, es la selección la que le deja a uno". Y la juventud viene empujando para dar renovación al tiki taka, ese Made in Spain... pero patentado en Cataluña, que marca media década en el mundo del fútbol o un poco más.

España se iba a casa en primera ronda, luego de perder con Chile. Decepción, porque el fútbol ibérico terminó en los últimos años siendo la referencia -a falta de un "jogo bonito"- del espectáculo. Ese que tampoco se encontró en la "canarinha", que se hundió en el Estadio Mineirao en 7 minutos, los que necesitó Alemania para marcar 4 goles, de los 7 en total que hicieron olvidar al Maracanazo del 50.

Ese día algo en Brasil cambió, pero el mundo no se acabó. Tras algunos meses el Liverpool de Brendan Rodgers unió su nombre a los fracasos del año, porque luego de 6 campañas de ausencia en la Champions, se despidió en la fase de grupos. Curiosamente, encabezados por un Mario Balotelli que terminó considerado como el peor fichaje del año, y que veía como era imprescindible incluso para Antonio Conte en la "azzurra". Encima, terminó suspendido y multado por un comentario que él calificó como mal interpretado, y que la FA catalogó como racista. Ah, y la novia lo dejó.

En definitiva, 365 días para el olvido. Los mismos que espera el Borussia Dortmund que se terminen de ir rápido. Un equipo que con un ojo observa el horizonte de la Champions, y con el otro el peligroso precipicio llamado descenso. Un equipo que se viste como el Dortmund, que lleva el escudo del Dortmund, pero que no, no suda la camiseta como el Dortmund. Los de Klopp están en el limbo de la bipolaridad. Al menos ellos tienen Europa... que decir de otros, como las Chivas.

Y en ese renglón del olvido pareció disiparse Radamel Falcao. Su ausencia en la Copa del Mundo quedó minimizada ante un juego colectivo excelso de los cafetaleros y con James en mayúscula, capítulo que abordaré en la siguiente entrega del blog -vamos de menos a más. Lo cierto es que el ex del Atlético, cierra el año entrando desde el banquillo a defender la camiseta del Manchester United, pero se dice que pronto estaría en el Tottenham.

La salud no acompañó al de Colombia, pero definitivamente esperamos que si lo haga a Michael Schumacher y a Jules Bianchi, ex campeón y piloto de F1 respectivamente. El Káiser comenzaba el año en estado de coma y para alegría del mundo del deporte, evoluciona favorablemente ahora en su casa, aunque tomará algún tiempo su recuperación. Y nuevamente el automovilismo quedó tocado cuando el piloto francés de Marussia chocaba su monoplaza a más de 250 kilómetros por hora en el GP de Japón. Actualmente está en su país evolucionando favorablemente.

Y es aquí donde recordamos que nada es capaz de frenar a la velocidad con la que se va la existencia, con la que nos deja el año y con la que perdieron la vida algunos hinchas del fútbol por discusiones efímeras, que a fin de cuentas no terminó ganando nadie. La vida debe ir de menos a más, siempre creciendo. Como esta entrega de lo que nos dejó este 2014 que ya nos deja. Nos leemos en unos días en la segunda parte.

^ Al Inicio ^