BUENOS AIRES -- Año inolvidable este que llega a su fin en la alegría y en la amargura para los embajadores latinoamericanos en la liga española.
Lionel Messi disputó 67 partidos en 2014. 53 con el FC Barcelona, más 14 con la selección argentina. El noventa y cinco por ciento de los cuales fueron compromisos del más alto nivel, entre los que se incluyen los siete que jugó en la Copa del Mundo de Brasil. En total, participó de 20 partidos más que los que había acumulado en 2013 (47). Rebasó en 4 la cantidad de juegos que sumó en 2012 (62). E incluso registró dos más que en 2011 (64).
Es decir, que de los últimos 4 años, 2014 ha sido el que más energía le ha robado a Messi, y el más egoísta para con el capitán albiceleste. Si 2013 le obligó a sufrir 5 lesiones musculares que dejaron secuelas en su memoria, provocando que se viera privado de jugar más de lo que se hubiera permitido, 2014 le trajo premios y más récords individuales. Cosas a las que el 10 del Barça y la albiceleste no les da valor porque vive y juega pensando en conseguir títulos con sus compañeros.
En estos últimos 365 días padeció lo indecible. Muchísimo más de lo que cualquier hincha pueda imaginar. Y aún así, su grandeza no se erosionó. 58 goles (sólo 6 de penal) y actuaciones decisivas con Barcelona y selección argentina han contribuido a subrayarla. Pero un año en el que consagrarse mayor goleador de todos los tiempos en la Liga española y la UEFA Champions League, máximo anotador de toda la historia del FC Barcelona, o Balón de Oro del Mundial en Brasil, acaso no le alcancen en su fuero interno para emparchar la frustración deportiva de haberse quedado a las puertas de ganar la Liga en el Camp Nou frente al Atlético de Madrid, la Copa del Rey en Mestalla ante el Real Madrid, y la Copa del Mundo en el estadio Maracaná en la final contra Alemania, a tres minutos de la prórroga. Uno recuerda que Pep Guardiola le regaló a Leo el libro 'Saber perder', de David Trueba, con el ánimo de que aprendiera cómo somatizar la derrota sin mortificarse tanto, y asumirla como una circunstancia que también suele traer aparejada el juego. (¿Lo habrá terminado de leer?).
Aunque el sufrimiento más grande resultó la pérdida irreparable de Jorge 'Topo' López, periodista argentino muy querido cuya vida se truncó en un accidente de tráfico en Sao Paulo la madrugada anterior al Argentina-Holanda. La titánica batalla por la semifinal de la Copa del Mundo en el estadio Arena Corinthians, 'Itaquerao'. Golpe durísimo para Leo por la gran amistad que lo unía a 'Topo' y para todos los enviados especiales al Mundial de Brasil.
El mejor jugador del mundo cierra 2014 con 3 subcampeonatos y una nueva presencia en la terna de candidatos a ganar el Balón de Oro, trofeo en el que ostenta el récord de haber ganado 4 de forma consecutiva, amén de los dos de plata y el de bronce que ganó al poco tiempo de haber iniciado su carrera profesional.
Por su parte, sólo 23 partidos (en los que marcó 9 goles) ha necesitado James Rodríguez para constituirse en un jugador fundamental para el Real Madrid. El colombiano, que cuajó un Mundial espectacular en Brasil consagrándose máximo artillero con 6 goles en 5 partidos, fue introducido con calzador por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, pero ha conseguido hacer olvidar a Ángel Di María, a quien reemplazó en el once de Carlo Ancelotti.
La lesión del galés Gareth Bale en un muslo cerca de la cadera a fines de octubre, resultó una desgracia con suerte para James e incluso para los blancos, ya que provocó un cambio de esquema táctico en el Real Madrid, más beneficioso para sus cualidades, además de un mayor equilibrio al juego colectivo del equipo.
Sin el velociráptor galés de los cien millones de euros sobre el terreno de juego, el entrenador italiano guardó el 4-3-3 y optó por disponer un 4-4-2 con mayor posesión que velocidad, lo que le facilitó las cosas al jugador formado en la cantera del Envigado y promovido por Banfield. El crack cafetero promedia una eficacia del 88,1% en los pases, interpreta a la perfección el nuevo estilo de juego, y no ha precisado mayor tiempo para adaptarse a la presión que rodea al coloso de Chamartín.
James Rodríguez, quien fichó por el Real Madrid procedente del Mónaco francés a cambio de 80 millones de euros, finaliza 2014 con dos títulos y dos subcampeonatos. Ganó el Mundial de Clubes en Marruecos frente a San Lorenzo de Almagro y la Supercopa de Europa con su nuevo equipo frente al Sevilla en Cardiff, Gales (ambos títulos con victorias 2-0), perdió la final de la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid, y en el primer semestre del año, con el club monegasco, terminó segundo en la Ligue1 francesa a 9 puntos del campeón, Paris Saint-Germain.
Su eclosión en la Copa del Mundo y la particular política de expansión comercial del máximo mandatario del Real Madrid, le abrieron las puertas del paraíso de par en par y parece haber llegado al equipo blanco en un momento en el que están dadas todas las condiciones para que el cuadro 'merengue' enlace otro ciclo brillante en su historia. Con 23 años, James tiene una enorme proyección, y a medida que vaya cumpliendo objetivos, las responsabilidades y exigencias crecerán en derredor suyo al mismo tiempo que su propia ambición por mejorar y crecer como jugador.
Otro colombiano crece, ve aumentar su dimensión en la cancha y se proyecta como el gran estandarte del Sevilla. Se trata de Carlos Bacca, ariete del equipo nervionense, que lleva marcados 10 goles en 15 partidos de Liga. El de Puerto Colombia suma además 1 asistencia en el campeonato español, en una temporada en la que ha convertido el 40% de los tantos de su equipo en ese torneo. En la UEFA Europa League marcó otro gol en seis partidos disputados. Bacca firmó en la temporada pasada 14 goles en 35 partidos. Ahora mismo, con toda una rueda por delante (19 encuentros) está a sólo 4 goles de igualar ese registro, y tiene todo a favor para rebasarlo con amplitud. El excepcional carácter de este jugador que no se arruga ante nada ha hecho que la selección Colombia le reclame ante la baja de Radamel Falcao, con la promesa de contarlo entre los jugadores fijos de José Pekerman en cada convocatoria. Quien fuera vendedor de pescado en su pueblo natal al final de su adolescencia se lo ha ganado a pulso.
Mientras tanto, Alexis Sánchez completó 21 partidos (11 goles) con el FC Barcelona en el primer semestre de 2014, antes de pasar al Arsenal en el mercado veraniego. Con él en el equipo los azulgrana consiguieron algo más de un 65% de los puntos en juego en ese lapso (41 de 63). Si bien y como es lógico, no fue responsabilidad exclusiva del 'Niño Maravilla', resultó una renta baja para lo bien que había comenzado el propio jugador, y el equipo dirigido entonces por Gerardo 'Tata' Martino entre 2013 y 2014. El tocopillano incluso marcó en el último partido de Liga contra el Atlético de Madrid (1-1 en el Camp Nou).
Su tanto pudo valer una Liga si el árbitro no hubiera anulado de manera incorrecta un gol legal de Lionel Messi, pero no era el año del Barça y el delantero internacional chileno acabó abandonando la disciplina del club catalán sin un título que estuvo más que cerca. Arsenal le ingresó al Barcelona 42,5 millones de euros por el pase de Alexis, operación que acaso pueda incrementar sus valores si Sánchez consigue alguno de los incentivos fijados por contrato.
A su compatriota Claudio Bravo le llegó la oportunidad que había esperado toda su vida. Defender el marco de uno de los clubes más grandes del mundo. El FC Barcelona contrató al meta chileno procedente de la Real Sociedad previo pago de 12 millones de euros, una suma importante para tratarse de un portero. Sin embargo, a Bravo no le pesó el reto. Batió el récord histórico de imbatibilidad del club azulgrana desde el inicio de un campeonato que estaba en poder de 'Pello' Artola (llegó a 754' sin recibir goles), y ha transmitido sensación de seguridad.
Vale el apunte de que, por el momento, los nuevos arqueros que integró a su plantel el Barça, Bravo y el alemán Marc-André Ter Stegen, son de las incorporaciones que más satisfacciones le han dado.
Bravo ha encajado 7 tantos en 16 partidos, es decir que promedia 0,43. Recibe menos de medio gol por encuentro disputado. Eso es fiabilidad. Su eficacia en el juego de pies también es muy valorada ya que acumula un 80,7% de pases completos. Y ya sabe que para el Barcelona, por una cuestión de estilo e idiosincrasia es vital no perder la pelota, desde el arquero hasta el último delantero.
Hombre del que se espera más, sobre todo de cara al gol, es el delantero internacional uruguayo Luis Suárez, quien llegó al FC Barcelona como goleador de la Premier League y en el 4-3-3 del Barça juega más abierto, con lo que no tiene tanta acción en el área. Esta razón ha hecho que se destaque en el tiempo que lleva en 2014 como azulgrana más como pasador que en su rol habitual de finalizador. Sólo 1 gol ha marcado en la Liga, en el último partido del año frente al Córdoba (5-0). En la UEFA Champions League mantiene sus cifras habituales, ya que ha marcado 2 goles en 3 partidos. Eso sí, registra 6 asistencias, 5 en Liga y 1 en Champions.
Lo dicho, aunque deba goles, crece como jugador. En cualquier caso, la manera en que se involucra con el juego de su equipo, y las ganas que pone para disimular la inactividad forzosa a la que le condenó la FIFA por haber mordido al italiano Chiellini en el Mundial, le granjean la confianza y el cariño de los hinchas culés.
Por lo demás, para subrayar el muy buen aporte del delantero argentino Luciano Vietto en el Villarreal (10 goles en 21 partidos); la influencia creciente de su compatriota Nicolás Otamendi, central del Valencia; la continuidad de los también argentinos Mauro Dos Santos y Sebastián Dubarbier en el Almería y Cristian Ansaldi en el Atlético de Madrid, así como la del chileno Enzo Roco en el Elche; la recuperación de Ever Banega, virtualmente insustituible en el Sevilla como mediocentro organizador; la buena adaptación y regularidad que alcanza Federico Cartabia en el modesto Córdoba (3 goles en 14 partidos); y el pronto regreso al fútbol profesional de Ángel Correa, en el Atlético de Madrid o como cedido, tras la operación de corazón a la que debió someterse.
El mayor desafío es para el entrenador Eduardo 'Toto' Berizzo, quien tras un inicio de Liga estelar que incluyó una victoria de alto impacto frente al FC Barcelona en el Camp Nou, ha visto como su equipo ya supera la peor racha histórica del club celtiña en cantidad de partidos sin marcar goles.