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Los Seahawks han dado vuelta a su historia y persiguen una dinastía

Steve Largent fue el primer jugador de Pro Bowl de los Seahawks y su primer Salón de la Fama. AP

MÉXICO -- No todo es Steve Largent, Matt Hasselbeck o Marshawn Lynch. Los Seattle Seahawks son una franquicia que irrumpió en el escenario de la NFL como representante del Norte del Pacífico para Estados Unidos y llegó al escenario más grande del fútbol americano profesional para dejar su huella.

Las condiciones climáticas de la zona exigieron a la ciudad construir un estadio techado para tener franquicia deportiva importante. De acuerdo con datos de la organización, el Kingdome resultó el detonante para que, en 1974, la NFL designara a la ciudad de Seattle su franquicia N° 28.

Jack Patera encabezó al primer equipo de los Seahawks --nombre que surgió a través de votación entre los habitantes-- hacia un récord de 2-12 en su debut para la campaña de 1976, con Seattle jugando ex profeso en la División Oeste de la Conferencia Nacional (¿suena familiar?).

El primer recluta en la historia del equipo fue el tackle defensivo de Notre Dame Steve Niehaus, quien ganó el premio al Novato del Año. A la fecha, ningún otro caza mariscales de los Seahawks ha igualado las 9.5 capturas que registró Niehaus, campeón nacional con el Fighting Irish, en su temporada de novato.

Al año siguiente, los Seahawks extendieron las alas hacia la Conferencia Americana en un intercambio de lugares con los Tampa Bay Buccaneers. El cambio sentó de maravilla en el nido Seahawk, con Patera conduciendo temporadas ganadoras en 1978 y 1979 --luego de los ajustes de la NFL que pusieron fin a la "Era del Balón Muerto"-- y atrayendo honores como Entrenador del Año en la última.

El cambio a la Conferencia Americana representó una revelación histórica para Seattle, toda vez que un ex recluta de los Houston Oilers, quien no agradó a la directiva tras la pretemporada de 1976 y fue enviado al frío de Washington, a cambio de una octava ronda, tuvo su año de destape.

Ese canje derivó en 13 años y un sendero hacia el Salón de la Fama como el máximo exponente ofensivo en la historia de los Seahawks. Largent hizo una mancuerna explosiva con el mariscal de campo Jim Zorn, quien llegó a Seattle en el primer año del equipo como agente libre --tras un año sin jugar--, y fue el primer jugador de la franquicia en llegar al Pro Bowl.

Largent es reconocido ampliamente en el universo de la NFL como un jugador íntegro que siempre se guio por sus principios. Y su desempeño sobre el campo sin duda valió la mejor época para el joven equipo de Seattle.

Durante su carrera, los Seahawks pasaron de ser el eslabón débil de la expansión a ser contendientes de postemporada. Una aparición en Final de Conferencia con cuatro clasificaciones en seis años, acompañaron una etapa brillante de los Seahawks con Largent, aunque la presencia del entrenador en jefe Chuck Knox, quien en 1984 fue nombrado Coach del Año, impulsó al máximo el talento del equipo en conjunto.

La carrera de Largent terminó en 1989 sin título en la maleta. Knox salió dos años después acarreando un par de temporadas al margen de los playoffs. Pasaron 10 años y dos entrenadores en jefe después de Knox, para que los Seahawks regresaran al sendero del triunfo, y Mike Holmgren fue una vacuna de efecto inmediato.

El ganador del Super Bowl con los Green Bay Packers llegó a entrenar a los Seahawks en 1999. La década de los 90 fue sombría en Seattle con la excepción del surgimiento del tackle defensivo Cortez Kennedy, miembro del Salón de la Fama y Jugador Defensivo del Año en 1992. Pero Holmgren inyectó lo necesario para despedir el Kingdome con honores.

La sequía de una década sin playoffs terminó para Seattle en el primer año de Holmgren; último para el estadio original. El mariscal de campo Jon Kitna arrancó el año como titular y llevó a los Seahawks a una marca de 9-7. Seattle recibió un juego de playoffs en casa por primera vez desde 1984 y se vio superado por los Miami Dolphins, sin embargo, el destino había cambiado.

En el arranque del año 2000, los Seahawks reclutaron al corredor Shaun Alexander. En el 2001, Kitna salió del equipo hacia Cinncinati y Holmgren atrajo a su ex jugador de los Packers, el mariscal de campo Matt Hasselbeck vía canje. Hasselbeck compartió tiempo de juego con Trent Dilfer hasta el 2003, cuando se afianzó en la titularidad.

Para este punto, los Seahawks estaban de regreso en la NFC Oeste, por la nueva expansión de la liga en el 2002.

La época de Hasselbeck y Holmgren recordaba a aquellas de Largent y Knox. Para el año de 2005, tras un par de eliminaciones en Ronda de Comodines, los Seahawks dominaron el calendario con una marca de 13-3 que se adornó con el premio al Jugador Más Valioso de la liga para Alexander.

El ansiado juego llegó: Seattle eliminó en la Final de la Conferencia Nacional a los Carolina Panthers y accedió al primer Super Bowl de su historia, frente a los Pittsburgh Steelers. La inercia de los jugadores clave de acero pudo más, y los Seahawks quedaron al margen del título en su mejor temporada histórica.

Holmgren nunca pudo igualar el paso que su equipo mostró en el 2005. Para el año 2008, el veterano entrenador salió del club tras dos campañas sin clasificar a playoffs. Un año de transición que terminó por colapsar con Jim Mora, motivó a que en el 2010 los Seahawks abrieran la puerta a Pete Carroll, un entrenador en jefe que fracasó en la NFL durante los 90 pero que halló su mayor efectividad en el sistema colegial al frente de USC.

El estilo único de Carroll y el ojo del gerente general John Schneider, a quien contrataron con influencia del coach, fueron delineando un equipo sólido en todos los aspectos. Las generaciones de draft que presentaron a los integrantes de la línea secundaria --Kam Chancellor, Earl Thomas, Richard Sherman--, los canjes que atrajeron a Marshawn Lynch y Brandon Browner, hoy con los New England Patriots. Incluso el ojo para apostar por un mariscal de campo de tercera ronda (Russell Wilson) por encima de una inversión a largo plazo (Matt Flynn) generaron que, eventualmente, los nuevos Seahawks igualaran la mejor campaña de su historia (13-3).

La paciencia y apuestas al mediano plazo rindieron frutos tras la temporada del 2013 y Seattle encabezó una de las victorias más aplastantes en la historia del Super Bowl, sobre un equipo de los Denver Broncos encabezado por la prolífica ofensiva de Peyton Manning. El título del SB XLVIII junto al dominio abrumador que mostraron, colocó a Seattle como un contendiente inmediato para apropiarse de la NFL en los años venideros y, de un año para otro, figuras como Wilson, Lynch y el esquinero Richard Sherman, se han anotado en la lista de los mejores en la historia para una franquicia que dejó atrás los tragos amargos y la medianía.

Y esa persecución a la élite, llega justamente con el reto de superar a la última dinastía que vio la NFL hace más de una década: los Patriots de Bill Belichick.