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Futuro prometedor en Boston

Los Boston Celtics fueron barridos sin compasión por unos Cleveland Cavaliers ampliamente superiores en la primera ronda de los playoffs este año, pero eso está bien, no es el fin del mundo. Si uno veía a la gente salir del TD Garden este domingo tras la derrota definitiva de su equipo, más que resignación había esperanza por un futuro brillante y prometedor para el conjunto verdolaga.

Ya ven, la postemporada en sí más que nada fue un regalo para un equipo compuesto por un núcleo de jugadores a los que les sobraban ganas pero les faltó experiencia.

Casi nadie creía que ellos serían capaces de ganar 30 juegos durante la campaña regular, mucho menos llegar a los playoffs, pero allí ellos estaban complicándole la vida a LeBron James y Cia. en los primeros dos juegos de la serie.

Para entender al futuro de este equipo primero hay que entender su pasado y presente, comenzando por la partida de Rajon Rondo en diciembre del año pasado.

Cambio de onda

La salida de Rajon Rondo descomprimió al vestuario de un equipo que contó con una marca de 9-14 pre-canje con él y de 31-28 post-canje sin él. El contar con un veterano sirve siempre y cuando el talento de dicho jugador sirva para mejorar el nivel de sus compañeros y no exclusivamente para propósitos personales.

Luego llegó el canje con los Phoenix Suns en febrero, durante el cual los Celtics adquirieron a un candidato a sexto hombre del año en Isaiah Thomas a cambio de Marcus Thornton y una selección de primera ronda.

Thomas jugó su primer partido como Celtic el 27 de febrero, cuando el equipo contaba con 23 victorias y 33 derrotas en su haber. A partir de allí todo cambió con 17 alegrías y apenas nueve caídas.

Thornton es un escolta de 27 años cuyo contrato expiró tras esta temporada y promedió 8,6 puntos por partido en sus 39 encuentros, todos como escolta suplente, en Boston antes de desplomarse jugar apenas nueve con los Suns y promediar 3,6 puntos en su acción limitada.

Thomas, por otro lado, es un base de 26 años que se veía tapado en Phoenix por jugadores del calibre de Goran Dragic y Eric Bledsoe en un sistema rígido en el que a pesar de todo igual promediaba 15,2 puntos y 3,7 asistencias en 25 minutos.

En Boston sus minutos no se vieron alterados en la temporada regular pero sí saltaron drásticamente en los playoffs. Su entrenador Brad Stevens le dio más libertades y las llaves del auto, manejando al ataque de los Celtics sin restricciones.

Así fue como Thomas hizo olvidar a Rondo y promedió 19 puntos y 5,4 asistencias por partido en 21 juegos con Boston durante la temporada regular para luego llegar a otro nivel en los playoffs.

El número 4 de los Celtics anotó al menos 21 puntos en el primer, segundo y cuarto juego de la serie contra Cleveland contando con 37, 30 y 32 minutos en cancha respectivamente.

En el primer choque, el dinámico armador contó con 21 puntos y nueve asistencias. En el tercero, 22 y 7, y luego en el cuarto él fue vital para generar una remontada con un doble-doble: 22 puntos y 10 asistencias.

Su rol podría ser comparado al de Manu Ginóbili con los Spurs. Él no arranca los partidos, pero siempre es indispensable para terminarlos.

Irónicamente, a los 26 años Thomas es uno de los integrantes más experimentados con jugadores a los que les queda mucho camino por recorrer.

Las grandes promesas

Uno de ellos es Marcus Smart, la sexta selección del Draft del año pasado y actual base titular de los Celtics a los 21 años de edad.

Smart solo había contado con dos partidos de 10 puntos o más y había promediado 18 minutos por partido antes de la partida de Rondo. Su media de minutos no bajo de 30 desde que se consolidó en febrero y él promedió 22,7 minutos en cancha durante los playoffs como novato, anotando 10 puntos o más en tres de los cuatro compromisos sin verse afectado por la presión.

Es más, 11 de los 15 integrantes del plantel de Stevens esta temporada tenían 26 años o menos y solo uno de ellos (Gerald Wallace) tenía más de 29.

Wallace promedió menos de nueve minutos por partido en Boston y jugó apenas cuatro minutos en un solo partido de la serie contra los Cavs, así que tampoco formaba parte de la rotación de todos modos.

Los que sí formaban parte de la rotación eran jugadores como Jae Crowder, quien superó a Avery Bradley como mejor defensor del equipo proveniente de Dallas tras el canje por Rondo y fue el principal encargado de marcar a LeBron James a los 24 años de edad.

Bradley también tiene 24 años y se viene destacando desde hace rato ya. El escolta jugó más de 70 partidos como titular por primera vez en su carrera y disputó todos sus 77 encuentros desde el arranque manteniéndose relativamente constante con sus estadísticas.

Evan Turner tiene 26 años y contó con una segunda mitad de la campaña inolvidable, incluyendo los primeros tres triples dobles de su carrera entre el 25 de febrero y el 1 de abril contra los New York Knicks, los Brooklyn Nets y los Indiana Pacers.

Otro gran protagonista es Tyler Zeller, el ancla de la zona pintada de los Celtics a los 25 años.

Zeller llegó proveniente de Cleveland y no se perdió ni un solo partido, disputando 59 de ellos como titular en su tercer temporada en la liga. Es más, él prácticamente redobló su promedio de puntos (de 5,7 a 10,2) mientras pasaba seis minutos más en cancha (de 15 a 21) sin sacrificar efectividad en tiros de campo (54,9 por ciento, una mejoría del 1,1 por ciento) comparado con la temporada pasada.

Además, sus rebotes por partido saltaron de cuatro a 5,7 por encuentro.

Bueno, claramente la base está, ¿ahora como haces para potenciar al equipo? La clave reside en los drafts de la próxima media década.

Cantidad y calidad de recursos

Danny Ainge es el gerente general de los Celtics y él se ha aprovechado de rivales desesperados por ganar ya mismo para acumular ocho selecciones de primera ronda que puede utilizar a su discreción durante las próximas cuatro campañas.

2015 (2): Selección de los Celtics y la de los Clippers
2016 (3): La suya, Dallas (protegida), y Brooklyn
2017 (1): La suya con opción a intercambiar con Brooklyn
2018 (2): La suya y la de Brooklyn

O sea, básicamente la que proviene de parte de los Clippers este año está desprotegida y formó parte del canje que mandó a Doc Rivers a Los Ángeles como entrenador.

La de Dallas es consecuencia del canje por Rondo y está protegida entre las primeras siete selecciones del Draft entre el 2016 y 2020 y queda expuesta en el 2021. O sea, a menos que los Mavericks bajen estrepitosamente de 50 victorias esta temporada a, digamos, 28 la que viene, su selección será propiedad de los Celtics.

La generosidad de Brooklyn se debe al canje por Paul Pierce y Kevin Garnett del 2013. Ninguno de los dos todavía está en Nueva York (Pierce se fue a los Washington Wizards y KG a los Minnesota Timberwolves) pero las selecciones del draft siguen firmes en poder de Boston.

Ainge ahora puede ser como un científico del básquetbol y experimentar con diferentes posibilidades, ya sea utilizando esas selecciones para seguir acumulando talento prometedor y barato o empaquetándolas como parte de algún canje por un veterano que marque la diferencia.

Las posibilidades son ilimitadas para un equipo que por ahora está verde cuando de experiencia se trata, aunque quizás no falta mucho para que el resto de la NBA se termine poniendo verde de envidia.