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Rockets, un regreso a segunda ronda

HOUSTON - El dueño con las vistosas gafas de sol se salió de su silla al lado de la cancha mientras comenzaba la ovación de pie.
Leslie Alexander, dueño de los Houston Rockets, le dio la mano a varias personas sentadas a su lado, como si hubiese estado allí antes.

Bueno, ha estado. Es solo que esta versión del 'big three' como grupo no había escapado de la primera ronda hasta el martes en la noche.

Los Rockets eliminaron a los Dallas Mavericks en cinco partidos con una victoria 103-94 el marte, ganando un puesto en la segunda ronda por apenas la segunda vez desde 1997.

El trío de grandes de Kevin McHale, el entrenador, James Harden, el candidato a Jugador Más Valioso y Dwight Howard, el centro estelar, avanzó tras ser eliminado en la primera ronda en las pasadas dos temporadas. Howard ha estado ahí desde la temporada de 2013-14.

"Me hubiese gustado tener a McHale jugando ahí también", dijo un sonriente gerente general de los Rockets, Daryl Morey a ESPN después del partido. James y Dwight vinieron grandes hoy. Si queremos ganar y llegar tan lejos como queremos, y tenemos a grandes jugadores alrededor de ellos, vamos a tener a James y a Dwight ejecutando, y lo hicieron esta noche".

Tras una agotadora temporada de 2014-15, en la que sus jugadores perdieron 180 juegos combinados por lesiones, los Rockets ganaron el título de la División del Sudoeste, aseguraron el segundo sembrado y avanzaron a la segunda ronda.

"Tenemos muchos chicos en este camerino que están hambrientos", dijo Harden. "Quieren ganar y hacer lo que sea que haya que hacer para ganar. Cuando uno tiene un grupo así, tienes mucha gente que está dispuesta a sacrificarse".

McHale no ha entrenado a un equipo que ha llegado a la segunda ronda y no ha estado allí desde su carrera de jugador del Salón de la Fama. Sus dos temporadas en Minnesota fueron duras de contar pues nunca tuvo una temporada completa para arreglar las cosas. Las pasadas dos temporadas con Howard y Harden terminaron con una agonía de playoffs.

"Eventualmente, si uno aguanta demasiado, le pasa a todo el mundo", dijo McHale. "Fue un año loco, todo el año, y viste todas esas lesiones diferentes, y hablo sobre cuando ganamos el título de división esta noche. Los chicos no dejaron de luchar".

Howard y Harden lideraron la ruta en el quinto partido. Howard anotó 18 puntos y recuperó 19 rebotes, su noveno doble-doble en 11 partidos de playoffs con los Rockets. Alteró tiros, bloqueando cuatro, y continuó siendo una presencia física manteniendo la calma tras dar dos rápidas faltas en el primer cuarto.

Harden estuvo excelente como armador nuevamente, anotando 28 puntos con ocho asistencias. Se fue de 6-6 desde la línea de tiros libres.

Harden hizo grandes jugadas, como el robo a un pase de Dirk Nowitzi que creó una jugada en penetración de Terrence Jones, cuya clavada aumentó la ventaja de los locales a 99-91 con 69 segundos por jugarse. En la próxima posesión, Harden encontró a Jones otra vez para otra clavada, extendiendo la delantera a 101-91 y aumentando el frenesí de la multitud.

Claro está, McHale tuvo una mano en esto, entrando al armador Pablo Prigioni en momentos críticos del cuarto parcial y utilizando a Jones en la parte final tras sentarlo por los últimos 20 minutos del cuarto juego.

Jones finalizó con 15 puntos y cinco rebotes, incluyendo 10 en el cuarto segmento.

Josh Smith, que fue pensado como un niño problemático en Detroit, no sólo es un ciudadano ejemplar sino un miembro de confianza del equipo bajo McHale.

Smith aportó una noche de 20 puntos y ocho rebotes. Y mientras tenía problemas en la línea de tiros libres, lanzando para 43.5 por ciento, anotó 4 de 8 en el Juego 5, forzando que el coach de los Mavs, Rick Carlisle, abandonara la estrategia del Hack-a-Shaq.

Los jugadores de los Rockets actuaron como si las pasadas dos temporada nunca hubiesen ocurrido, y esa es probablemente la mejor manera de enfocar las cosas, dada la forma en que Morey cambió radicalmente el roster.

Y ahora que los Rockets avanzan, este trío de McHale, Harden y Howard está esperanzada de que puede darle a Alexander algo que no han visto desde 1995: un trofeo de campeón, o al menos una oportunidad legítima de capturarlo.

"Tenemos que mantenernos humildes", dijo Howard. "Cualquier cosa puede pasar. Tenemos que estar agradecidos de estar en esta posición. No podemos darlo por sentado.

Así que para mí y para todos los demás, tenemos que seguir trabajando, continuar yendo al gimnasio y mantenerse con hambre".