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Alivio temporero de 'El Rey'

MIAMI -- Las victorias todo lo curan.

En tiempos de éxitos, las sonrisas están a la orden del día, y ganar jugando mal es a veces justo lo que ordenó el médico. LeBron James se disfrazó de héroe este domingo, y al menos por ahora ha echado debajo de la alfombra muchas de las cosas que están mal con los Cleveland Cavaliers.

Pero antes de hablar de las deficiencias, es momento de darle crédito a quien crédito se merece.

Esperemos que esa absurda noción de que LeBron no es "clutch" se haya puesto a dormir de manera definitiva.

Después de todo, tras este doble ganador sobre la chicharra, James ahora ha efectuado 10 lanzamientos potencialmente ganadores con cinco o menos segundos por jugar y ha encestado seis de ellos en playoffs.

Para poner las cosas en perspectiva, Michael Jordan tuvo 11 lanzamientos de ese tipo, y encestó cinco.

Si bien en mis ojos James nunca será Jordan, pensar que no aparece en los momentos importantes es sencillamente ridículo. Percepción es a veces realidad, y producto de ello, LeBron es muchas veces catalogado como aquel "desaparece en los momentos importantes". Aunque los números indican lo contrario, y nada está más lejos de la realidad.

Habiendo dicho eso, James no tuvo un buen cuarto juego. Encestó apenas 10 de sus 30 lanzamientos y cometió ocho pérdidas de balón, una de ellas muy costosa sobre el final cuando le pegó un codazo a Mike Dunleavy para darle en ese entonces vida a los Bulls.

Su lanzamiento perimetral no está fino, y se encuentra queriendo hacer demasiado sin Kevin Love en cancha y con Kyrie Irving entre algodones. No obstante, ese doble heroico, lo borra todo por ahora.

La realidad indica que no fue un partido bien jugado entre los Bulls y los Cavaliers, aunque sí emotivo.

Chicago no contó con Pau Gasol y esencialmente perdió el partido en dos rachas frías en las cuales anotaron apenas 2 puntos contra 32 de Cleveland al final entre el segundo y el último cuarto.

Nada más para que se den una idea lo inefectivo que fue el partido: LeBron 10 de 30, Kyrie 2 de 10, Shumpert 1 de 8, Gibson 2 de 7, Dunleavy 1 de 7, Noah 4 de 12, Butler 8 de 21 y Mirotic 1 de 9.

Ganar jugando mal es a veces un atributo necesario para los campeones. Aunque de entrada pensé que estos Cavaliers no estaban listos para un anillo y sigo pensando lo mismo.

Obviamente sin Kevin Love lesionado, sus acciones bajaron drásticamente dado que ya no tienen una presencia de tamaño que pueda estirar la cancha y ser una amenaza a lo profundo. Si bien Love no tuvo la mejor campaña, su mera presencia hizo de esta unidad un equipo muy efectivo ofensivamente.

Como si fuera poco, Kyrie Irving ahora está acechado por un fuerte dolor en el pie.

El domingo no lanzó ningún tiro al aro en el último cuarto, y ha encestado apenas el 21.7 por ciento de sus lanzamientos en los últimos dos juegos.

Repartir el balón nunca ha sido su fuerte, pero su falta de agresividad es notoria con esta lesión, y eso está afectando a los Cavs.

Lo cual nos lleva nuevamente a ese lanzamiento heroico de LeBron.

El entrenador David Blatt, luego de pedir un tiempo muerto cuando ya no tenía más y que sus dirigidos lo salven de una técnica, diagramó la jugada final para que LeBron sea quien haga ingresar el balón.

Entendible desde el punto de vista de que es su mejor pasador, pero a la vez es también quien uno quisiera lanzando ese último tiro.

Teniendo en cuenta esta segunda parte, LeBron se encargó de contarnos lo que pasó a todos en conferencia de prensa.

"Decidí alterar la jugada, les dije a mis compañeros que me den el balón y que yo lo ganaría o iríamos a tiempo extra", sentenció James.

Ahora bien, sucede muy a menudo que las estrellas escriben su propio libreto.

Lo que no sucede tan a menudo, es que tiren debajo del autobús a su entrenador de esa manera.

Es como si LeBron quisiera que todos sepamos que él es quien está a cargo en Cleveland.

Sea cierto o no, el cortocircuito entre jugador y entrenador es innegable.

Las estrellas tienen un impacto notorio en la NBA, y es posible que James lleve a este equipo a unas Finales. Si las gana, sería el logro más impresionante de su carrera.

Sin embargo, los Cavaliers están lejos de ser un producto terminado. Por ahora James postergó los problemas para un futuro con ese tremendo lanzamiento. Eso sí, los problemas no desaparecen si uno no los resuelve.