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La reflexión de Gasol y Memphis

La eliminación de Memphis Grizzlies no sólo supone el adiós de uno de los mejores equipos de la NBA, sino que también podría ser el final de un estilo propio que no ha recogido sus frutos a los largo de las últimas cinco temporadas. Aspirantes a llegar a lo más alto, su balance es el de haber caído en una final de la Conferencia Oeste hace dos años, dos segundas rondas y dos eliminaciones en primera ronda. El resultado del proyecto Memphis resulta insuficiente y todo podría cambiar este verano.

Marc Gasol pasará a ser agente libre cuando finalice la campaña y aunque no tiene decidido su futuro, éste podría depender de lo que ha sucedido en esta ocasión; y en suma, porque uno de los mejores jugadores interiores que hay en la actualidad finaliza un periplo de siete años en los que no ha logrado ningún título y ni siquiera ha llegado a las Finales. Renta insuficiente para las aspiraciones del pívot.

Los Grizzlies han basado su juego en sus dos torres: el propio Gasol y Zach Randolph, por quienes ha pasado casi todo el básquetbol que ha desplegado el equipo. Muy limitados en el perímetro, la eliminatoria ante Golden State Warriors reflejó cómo se debe jugar ante un equipo tan fuerte en la pintura y sin tantas opciones exteriores. Steve Kerr selló la zona y obligó a que sus contrincantes buscaran otras alternativas. Fue así, gracias al planteamiento defensivo de los californianos como restringieron las virtudes de los Grizzlies; el sistema se pulió en ataque, con un Stephen Curry que hizo valer su galardón al Jugador Más Valioso.

Una de las claves de la serie estuvo en contener a Tony Allen por medio de una marca de lo más inusual, Andrew Bogut. Según relata el periodista de EPN Ethan Sherwood, la idea surgió de la mente del gurú defensivo, Ron Adams, quien propuso el planteamiento en el avión que les llevaba al Juego 3. Se descartó, pero tras la derrota y el 2-1 a favor de los Grizzlies Kerr decidió hacer caso a su asistente y utilizó la táctica en las tres primeras posesiones del Juego 4. Funcionó y a raíz de ahí se comenzó a echar el cerrojo a la zona pintada, la mayor virtud de Memphis.

Entonces se repitió la historia de la temporadas pasadas: falta de recursos y versatilidad. Los guerreros le quitaron su juguete preferido al oso y éste acabó sucumbiendo incapaz de encontrar otras alternativas de juego. De nuevo, Bogut fue el protagonista. Ante la lesión de Allen en los isquiotibiales, el pívot regresó a su posición y defendió a las dos bestias interiores de los Grizzlies.

Gasol y Randolph combinaron 12-de-37 en tiros de campo (32.4 por ciento) en el Juego 6; 11-de-26 fueron en la pintura (42.3 por ciento). Según datos de ESPN Stats and Information, el centro de los californianos defendió casi un tercio de las jugadas que pasaron por los hombres grandes de Memphis y les limitó a un 15.4 por ciento en lanzamientos. Los números registrados en el último encuentro hablan por sí solos. Los interiores de Memphis lograron cuatro puntos (2-de-13), un balance de 1-6 bajo el aro y recibieron tres bloqueos cuando Bogut estuvo en la duela.

Con las puertas cerradas en la pintura, poco más se pudo hacer. Ni Vince Cartes (dos triples) ni Courtney Lee (otros tantos) pudieron hacer frente al festival perimetral de Curry y compañía: 15-de-32. Sin recursos, el equipo más equilibrado acabó llevándose el partido y la serie. Se repite la historia de las últimas cinco campañas y se confirma que a los Grizzlies les hace falta más brío exterior para lograr los objetivos que se suelen marcar al principio de las campañas.

Entonces regresamos al asunto de Gasol. Es tiempo de reflexión para el internacional español, quien con 30 años de edad podría estar ante su último gran contrato (si fuera de cuatro años más) en la liga. Deberá plantearse mucho las cosas, escuchar a las novias que le van a salir y elegir un proyecto que le dé la posibilidad de soñar con lograr la gloria que su hermano Pau ha llegado a tocar en dos ocasiones. Si Gasol decide marcharse, Memphis podría poner fin a un estilo propio, santa y seña insuficiente; si se queda será porque la promesa de la versatilidad grupal de la franquicia que defiende en la actualidad le ha cautivado.

La pelota está en el tejado de los directivos de los Grizzlies, que tendrán la difícil tarea de convencer a un Gasol que podría tener pie y medio fuera del equipo.