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Rob Gronkowski posee lo necesario para ser el mejor TE en la historia

Rob Gronkowski, talento dentro y fuera del campo con el potencial de trascender su época. AP Photo

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- Colocarse frente a frente con él debe ser una pesadilla recurrente para muchos apoyadores y jugadores de perímetro en la NFL. Realmente no hay una forma adecuada, técnica o cobertura que funcione el 100 por ciento de las ocasiones para neutralizar al mejor ala cerrada de la NFL. Uno que cuenta con todos los elementos y cualidades que fácilmente podrían convertirlo en el más grande que ha desempeñado esa posición.

Me refiero, por supuesto, a Rob Gronkowski.

Pero vayamos por pasos antes de echar por tierra a Tony Gonzalez o a Antonio Gates, por mencionar algunos. Gronkowski acaba de terminar su quinta temporada profesional de la mejora forma: como campeón del Super Bowl tras ganar el premio al Regreso del Año. Gronk arrojó su segunda mejor producción de anotaciones en el 2014 (12) y consiguió sendos touchdowns en los tres juegos de postemporada que llevaron a los New England Patriots a su cuarto Trofeo Lombardi.

Los playoffs del 2014 cambiaron la carrera de Gronkowski y redimieron --impulsando-- una joven carrera que entrará muy pronto a su madurez y sólo perfila ser más dominante. Ya sea con un brazo disponible y de aspecto biónico, cubierto por dos rivales y dándole vida a su equipo en vías de la remontada, o atacando el centro del campo directo a los golpes con ese ímpetu que da la impresión de ser inagotable.

Como recluta de segunda ronda salido de Arizona, donde jugó dos años y acumuló 1,197 yardas y 16 touchdowns, Gronkowski entró a la NFL en el 2010. Apenas en su 9° partido profesional tuvo una actuación de tres touchdowns contra los Pittsburgh Steelers, equipo local de su último año de preparatoria. El ala cerrada terminó su primera campaña de NFL con 10 recepciones de anotación y, a partir de esos instantes, el techo se trazó tan alto como quieran imaginar.

Al año siguiente la producción de touchdowns llegó a 17 --líder de la NFL por encima de Calvin Johnson--, luciéndose con un partido de 160 yardas aéreas ante los Washington Redskins. La actuación marcó su mejor producción profesional durante un juego y, en ese momento, fijó el récord de más anotaciones para un ala cerrada en periodo de un año, con 14.

A los 22 años, Rob Gronkowski se convirtió en el primer jugador --ya fuese receptor o cerrado-- que atrapaba más de 13 pases de touchdowns a esa edad en una temporada de NFL.

Su personalidad extrovertida y carisma fuera del campo lo han inscrito en una corriente de nuevas celebridades alrededor de Estados Unidos. Desde la noche que irrumpió en la NFL durante el sorteo colegial, su festejo --rodeado de miembros de familia, incluidos dos hermanos jugadores de fútbol americano-- acaparó los reflectores de la cadena nacional y trazó su aproximación rumbo a la mejor liga del mundo: relajado, divertido y exótico. Claro que ninguna de esas cualidades funciona en la NFL si no posees talento y compromiso por encima de todo lo demás.

Y también es claro que si Gronkowski no fuese un profesional de primera línea, así como ídolo de multitudes que siguen este deporte, no se hubiese librado con las numerosas puntadas que lanza de forma extradeportiva, al punto de sugerir que el presidente Barack Obama estaba alcoholizado en su visita a la Casa Blanca tras conseguir su primer anillo de campeón.

El masivo ala cerrada es la combinación moderna del atleta y figura, un personaje de numerosas colaboraciones a la pantalla chica y grande que poco afectan su rendimiento sobre el campo y censura, desde el verdadero inicio, cualquier comentario infundado sobre las distracciones externas que causen un impacto desagradable en su proceder deportivo.

El conteo regresivo de ESPN.com.mx rumbo a la patada inicial de la NFL hace una parada excepcional en el N° 87 y, con ello, brinda la oportunidad de darle un vistazo amplio al fenomenal Gronk, de quien no leerán mucho más que fiestas, filmaciones y declaraciones humorísticas a lo largo de la temporada baja.

Pero no hay problema, por más fiestas y colaboraciones artísticas que haga, las condenas brillarán por su ausencia. Nadie tiene la forma de minimizar la labor histórica que Rob Gronkowski ha plasmado en el emparrillado apenas como profesional de cinco temporadas, no importa el número de espectáculos que protagonice lejos de la NFL, ya que Gronk es una estrella con o sin casco de fútbol americano.