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Curley Culp fue el primero y quizá el mejor tackle nariz en la historia

Curleu Culp es considerado uno de los hombres más fuertes en la historia de la NFL. AP Photo

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- La revolución de las formaciones defensivas al sistema 3-4 abrió la puerta a una forma agresiva y eficiente de presionar a los mariscales de campo rivales, privilegiando la carga por los extremos de la línea y ganando tiempo para leer carriles. Sin embargo, la proliferación de los cazamariscales en la posición de apoyador externo vino de la mano con el sacrificio poco glamoroso de los tackles defensivos, especialmente por el centro, en la nariz.

Alguien tuvo que ser el primer sacrificado, quien se olvidó de castigar al mariscal de campo tanto como solía y priorizó la cobertura de huecos en una de las posiciones más difícil de desempeñar con éxito en la NFL. Ese alguien no sólo fue pionero, sino que probablemente sea el mejor en la historia: Curley Culp.

Las reseñas que surgieron sobre Culp tomaron fuerza en el 2013, cuando el ex estelar de los Chiefs y los Oilers escuchó su nombre entre los galardonados al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, y ellas lo definen como un jugador que confiaba más en el mensaje de las acciones sobre las palabras, y no tardó en establecerse como una fuerza difícil de absorber donde se juega el fútbol americano más físico.

Durante la pretemporada de 1968, Culp fue canjeado a los Chiefs apenas reclutado en la segunda ronda por Denver. Allí, el masivo tackle y ex héroe colegial en lucha grecorromana, quien incluso pretendía llegar a los Juegos Olímpicos de México en 1968, se encontró con el coach Hank Stram.

"Hank Stram me dio esa oportunidad de unirme a los Kansas City Chiefs, lo que cambió todo el curso de mi carrera profesional", recordó Culp sobre el coach, a quien ayudó a ganar el Super Bowl IV contra los Minnesota Vikings. "Muy poca gente sabe que Hank Stram visitó el banquete atlético de la Universidad de Arizona State y me dijo, 'Curley, si tengo la oportunidad de sumarte a mi equipo', lo haría. Así que él era un hombre de palabra".

La fortaleza de Culp lo distinguió del resto de la liga, en una época donde los contactos ilegales no entraban en la mente de los tackles defensivos y la lucha de poder a poder definía los retos en la trinchera. Durante sus seis temporadas completas en Kansas City, Culp se desempeñó desde el lado izquierdo de la línea, y la verdadera revolución vino en la campaña de 1974, cuando su admirado Stram lo canjeó a los Oilers, donde se topó con otro legendario coach: Bum Phillips.

Culpo llegó con la temporada en marcha y Phillips era el coordinador defensivo, antes de saltar al puesto de entrenador en jefe para 1975 y acomodar a Culp como tackle nariz, donde marcó el camino por el resto de la historia. Culp fue el primer tackle nariz de tiempo completo en un esquema 3-4.

"Bum era un entrenador volcado a los jugadores, y con mi canje a los Houston Oilers, comenzó una nueva dimensión de fútbol americano defensivo para mí", expuso Culp sobre Phillips y su carrera de seis temporadas y fracción en Houston. "Jugar tackle nariz y una defensiva 3-4 fue la marca de la estrategia defensiva de Bum. Siempre era desapegado y nos dejaba desarrollarnos como equipo.

"Bum, la persona que dio arranque a una era del Astrodome como ninguna otra era del Astrodome, y volvió mi tiempo con los Oilers como ningún otro".

La primera temporada de Phillips al mando representó la elección de Culp al Jugador Defensivo del Año por la Newspaper Enterprise Association y abrió paso a unos Oilers exitosos en postemporada, aunque nunca llegaron al Super Bowl, siendo víctimas de forma consecutiva de los Pittsburgh Steelers en 1978 y 1979 en el Campeonato de la AFC.

Curley se retiró tras la temporada de 1981 con cinco juegos de participación en los Detroit Lions, 56 en Houston y 76 en Kansas City --donde defendió los colores tras el N° 61--, además de cinco llamados al Pro Bowl, un anillo de campeonato y un legado defensivo que lo tiene en la más alta valoración dentro de una de las posiciones más difíciles de dominar en la NFL.