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Lo mejor de lo mejor

El gran Jim Brown es una elección muy sencilla como el mejor Cleveland Brown de todos los tiempos. Getty Images

MÉXICO -- Para cuando le ofrecieron a Paul Brown el puesto de vicepresidente, gerente general, y entrenador en jefe de una de las franquicias originales de la recientemente creada AAFC en 1946, ya era una leyenda del fútbol americano en el estado de Ohio. Primero al frente de la Massillon Washington High School, y después comandando a los Ohio State Buckeyes, Brown se había ganado la fama de uno de los más grandes conocedores del deporte de la época. Por eso no sorprendió que, durante un concurso público para nombrar a la incipiente franquicia que habría de jugar en Cleveland, hubiera ganado por voto popular el nombre de "Browns". En los cuatro años de existencia de la AAFC, los Browns ganaron los cuatro títulos y lo hicieron de forma dominante. Algunos han opinado que ese dominio absoluto de Cleveland causó, en última instancia, la desaparición de la AAFC, de donde tres equipos --los Browns, los San Francisco 49ers, y unos Baltimore Colts que no tienen parentesco alguno con la franquicia que juega ahora en Baltimore-- fueron absorbidos por la NFL en 1950. Arribaron al escenario grande de la mejor manera, coronándose en su primera temporada en la NFL, ('50), y otras tres veces poco tiempo después ('54, '55 y '64), y registrando apenas una campaña perdedora en sus primeros 28 años de existencia. Pero la época moderna de la NFL no ha sido amable con los Browns, que son el único equipo de la liga que nunca ha llegado, ni celebrado en su ciudad, un Super Bowl. La edición actual de los Browns es una versión que renació en 1999, después de tres años de inactividad, cuando Art Modell mudó la franquicia original a Baltimore para convertirla en los Ravens. Afortunadamente para la ciudad de Cleveland, los Ravens fueron considerados franquicia de expansión y la ciudad conservó todas sus marcas y registros históricos, así como el nombre y colores del equipo, para los "nuevos Browns":

1. Jim Brown, fullback (1957-1965): Su nombre está a la par, por lo menos, con los de Don Hutson, Sammy Baugh, Johnny Unitas y Jerry Rice por saber quien es el mejor jugador que jamás ha pisado un emparrillado de NFL, sin importar la posición, y no son pocos los que lo consideran muy por arriba de Gale Sayers, Walter Payton, y Barry Sanders a la hora de determinar el mejor corredor de todos los tiempos. Le bastaron seis temporadas profesionales para dejar inscrito su nombre como poseedor de virtualmente todas las marcas posibles para un acarreador de balón en la NFL. Con 1.88 metros de estatura y 106 kilogramos de peso, Brown era más grande que la mayoría de linieros defensivos, más fuerte que la mayoría de apoyadores, y más rápido que la mayoría de receptores abiertos de su época, una combinación inverosímil. Conocido por levantarse lentamente después de cada acarreo de balón (para que los rivales nunca se percataran cuándo realmente le había dolido un golpe del defensivo, o cuando se cansaba), Brown jamás usó como vía de escape salirse por las líneas laterales. No era su estilo. "Siempre tenías miedo", aceptó el apoyador miembro del Salón de la Fama, Sam Huff, respecto a Brown, "No de Jim Brown la persona, sino de que Jim Brown tuviera un día espectacular, porque sabías que iba a recibir el ovoide 30 o 35 veces". Lideró la liga en yardas terrestres en ocho de sus nueve temporadas profesionales --hazaña que nadie ha estado ni siquiera cerca de igualar--, y se retiró en su momento como líder corredor de todos los tiempos con 12,312 yardas, un total que se pensó jamás sería alcanzado. Sus promedios de 5.22 yardas por acarreo y 104.3 yardas terrestres por encuentro de por vida siguen siendo inhumanos. Brown jamás se perdió un partido en nueve años como profesional, y se retiró sin haber perdido un sólo balón suelto. Una disputa con Modell respecto a su carrera cinematográfica lo llevó a dejar la NFL durante su mejor momento, y años después corrieron muchos rumores de que volvería al campo jugando para los Oakland Raiders de Al Davis, cosa que nunca sucedió. Nombrado nueve veces al Pro Bowl, y ocho veces All-Pro de primer equipo --otra vez como All-Pro de segundo equipo--, fue galardonado tres veces como JMV de la NFL, integrante del equipo ideal de los '60s, e integrante del equipo ideal del Aniversario N° 75 de la liga. Pertenece al Salón de la Fama desde 1971, y su N° 32 es uno de cinco retirados de circulación por los Browns.

2. Otto Graham, mariscal de campo (1946-1955): Al hablar de mariscales de campo ganadores, nadie puede cometer el error de omitir el nombre de Graham. Reclutado originalmente por los Detroit Lions en '44, Graham nunca jugó para ellos debido a que debió cumplir con dos años de servicio militar. Durante este tiempo, Paul Brown le ofreció un lugar en su reciente creada franquicia, habiéndolo conocido durante sus temporadas colegiales con Northwestern, rivales del Ohio State de Brown. Graham aceptó la oferta de Cleveland y se convirtió en una enorme leyenda que aún cuesta trabajo digerir. Después de capturar los cuatro títulos de la AAFC, Graham guió a los Browns a seis Juegos por el Campeonato de la NFL consecutivos, ganando tres de ellos. En total, Graham jugó 10 temporadas de fútbol americano, ganando siete títulos y quedando subcampeón en tres instancias. Su mejor momento, quizás, llegó en el Juego por el Título de la NFL de 1954, cuando anotó tres veces por carrera y lanzó también tres pases de touchdown. Jugó una temporada de baloncesto profesional con los Rochester Royals --que varias reencarnaciones después se convertirían en los Sacramento Kings-- ganando el título de la NBA '46-'47. Cinco veces fue nombrado al Pro Bowl, y fue considerado All-Pro de primer equipo en nueve ocasiones. El JMV de la AAFC en '47 y '48, y JMV de la NFL en '50, Graham es miembro del equipo ideal de la liga para la década de los '50s y también integra parte del equipo de Aniversario N° 75 de la NFL. Su N° 14 --segundo número que usó, después de iniciar su carrera con el N° 60-- ha sido retirado por los Browns y entró al Salón de la Fama en 1965. Además, fue el primer jugador en la historia en emplear careta en el casco, implemento que le ideó Paul Brown para proteger su rostro tras una lesión.

3. Marion Motley, fullback/apoyador (1946-1953): Quizás todo lo que haya que saber de Motley se reduce en una frase atribuida a Paul Brown: "Si Jim Brown hubiera trabajado más en sus bloqueos, quizás hubiera sido tan bueno como Marion Motley", expresó alguna vez el patriarca del fútbol americano en Ohio respecto del hombre que apodaban "Graham's bodyguard". Además, Paul Brown creía firmemente que Motley, miembro del Salón de la Fama desde 1968 sobre todo por su desempeño como acarreador de balón, hubiera podido ingresar también a Canton de haber jugado únicamente como apoyador. Motley, junto con Bill Willis, fueron los primeros jugadores afroamericanos contratados en la AAFC, siguiendo los pasos de Woody Strode y Kenny Washington de Los Angeles Rams (también firmados en 1946), y un año antes de que el gran Jackie Robinson rompiera la barrera del color en el béisbol de las grandes ligas. Un ex pupilo de Paul Brown con Navy, originalmente le fue negada la oportunidad de probarse con los Browns pese a la promesa de su ex entrenador. "Supongo que necesitaban un compañero de cuarto para Willis", diría después el amable Motley, "creo que no pensaron que me quedaría en el equipo. Estoy contento de haberlos podido engañar". En 1950, como novato en la NFL, lideró la liga en yardas terrestres con 810 y un promedio de 5.8 yardas por acarreo. Parte del equipo ideal de la NFL de los '40s, y del Aniversario N° 75 de la NFL, Motley se retiró tras jugar la temporada de 1955 con los Pittsburgh Steelers.

4. Bill Willis, guardia medio (1946-1953): El primer jugador afroamericano firmado en la naciente AAFC en 1946, Willis jugó previamente para Brown en Ohio State --donde su jersey N° 99 ha sido retirado por la universidad-- antes de ayudar a abrir las puertas raciales a los atletas de color en una sociedad segregada. "Nos decían de nombres, nos pateaban o golpeaban después de muerta la jugada... tenías que cuidarte, tener ojos en la nuca", explicó alguna vez Willis sobre las condiciones de juego para él y Motley, "porque aunque sonaba el silbato, no significaba que la jugada había terminado". El ancla en la antigua defensiva de cinco linieros defensivos empleada por los Browns de entonces, Willis fue nombrado ocho veces como All-Pro e invitado a tres Pro Bowls. Parte del equipo ideal de la década de los '40s, es miembro del recinto de Canton desde 1977.

5. Gene Hickerson, guardia (1958-1973): Los Browns siempre fueron conocidos por la potencia de su backfield, y buena parte de las yardas que ganaron jugadores del calibre de Jim Brown, Bobby Mitchell y Leroy Kelly --todos miembros del Salón e la Fama-- se las deben a Hickerson. Llegado a los Browns como tackle, fue cambiado a la posición de guardia, donde brilló instantáneamente. A la llegada de Hickerson a la NFL, la liga sólo había tenido siete corredores de 1,000 yardas en su historia. En sus primeras 10 campañas profesionales, los Browns tuvieron a un corredor de 1,000 yardas en nueve ocasiones, y nunca jugó para un equipo con marca perdedora. Fue nombrado al Pro Bowl seis veces, All-Pro de primer equipo en cinco ocasiones, y es parte del equipo ideal de la liga de los '60s. Una de las ceremonias de presentación al Salón de la Fama más emotivas que recuerdo ocurrió en el 2007, cuando Brown, Mitchell y Kelly empujaron la silla de ruedas de Hickerson, ya muy afectado de salud, al escenario de Canton. "Una vez más, Hickerson abriendo el camino para Brown, Mitchell y Kelly", dijo el anunciador oficial. Desgraciadamente, fallecería unos meses después.

6. Lou Groza, tackle ofensivo/pateador de lugar (1946-1959, 1961-1967): Apodado "The Toe", por ser uno de los pateadores de lugar más eficientes en la historia de la liga, Groza también se desempeñaba como tackle ofensivo. Miembro del equipo original de Paul Brown de la AAFC, Groza jugó 21 campañas para Cleveland, un récord al momento de su retiro. Nueve veces invitado al Pro Bowl, Groza fue considerado tackle All-Pro de la NFL en seis temporadas, y su N° 76 ha sido retirado por la franquicia. Miembro del equipo ideal de la década de los '50s, y del Salón de la Fama desde 1974, Groza anotó el gol de campo del triunfo --faltando 30 segundos por jugar-- en el Juego del Campeonato de la NFL de 1950. Un premio, llamado el Lou Groza Award, es entregado anualmente al mejor pateador de lugar de la NCAA.

7. Paul Warfield, receptor abierto (1964-1969, 1976-1977): Muchos historiadores del juego acreditan a Paul Brown como el creador de la moderna ofensiva de la NFL, y Warfield fue la herramienta que lo hizo posible. Otro ex estelar de Ohio State que se quedó con los Browns, Warfield era conocido por una gran agilidad, rutas de pase precisas, y manos seguras. Fue canjeado a los Miami Dolphins en 1970, con quienes ganó dos anillos de Super Bowl (VII y VIII). Antes, en 1964, se había proclamado campeón de la NFL con Cleveland. Dos veces lideró la liga en anotaciones por recepción (una con los Browns y una con los Dolphins), y fue nominado para nueve Pro Bowls. Parte del equipo ideal de la década de los '70's, y miembro del Salón de la Fama desde 1983, Warfield jugó una temporada con los Memphis Southmen (1975, junto con Larry Csonka y Jim Kiick) de la WFL antes de volver a Cleveland en el '76.

8. Ozzie Newsome, ala cerrada (1978-1990): Mucho antes de construirse una carrera como uno de los mejores gerentes generales de la NFL --puesto que ocupa desde el 2002 con los Baltimore Ravens, y primer afroamericano en acceder a esa posición--, Newsome fue un fenómeno atrapando el ovoide. Apodado "The Wizard of OZ", Newsome fue miembro de un equipo muy talentoso y competitivo de los Browns en la década de los '80s que desafortunadamente siempre se quedó a un paso del juego grande. A la fecha, Newsome sigue ostentando marcas de la franquicia por recepciones de por vida (662), yardas por recepción de por vida (7,980) y recepciones en una campaña (89, total que consiguió dos veces, en '83 y '84). Tres veces Pro Bowl, dos veces All-Pro de primer equipo y parte del equipo ideal de la liga para la década de los '80s, Newsome tiene un busto en Canton desde 1999.

9. Frank Gatski, centro (1946-1956): Otro de los miembros originales de los campeonísimos Browns, Gatski ancló la línea ofensiva de Cleveland durante sus mayores años de gloria. En una época en la que el centro cargaba con mayores responsabilidades que casi todos los demás jugadores sobre el campo, con excepción del pasador, Gatski y los Browns fueron de los primeros equipos en diseñar y emplear exitosamente la carrera de atracción, con Motley cargando el ovoide. Elegido al Pro Bowl de 1955, Gatski es miembro del Salón de la Fama desde 1985.

10. Leroy Kelly, corredor (1964-1973): Dicen que reemplazar una leyenda es el trabajo más ingrato posible, pero a Kelly no pareció afectarle demasiado el tener que cargar con el peso terrestre de los Browns tras la partida de Jim Brown en 1965. Kelly lideró a la NFL en yardas terrestres en '67 y '68, y también brilló como especialista en devoluciones de patada de despeje para Cleveland. Sus 15.6 yardas por regreso de 1965 siguen siendo récord del club para una campaña. Kelly fue nombrado All-Pro en cinco ocasiones, y seis veces fue invitado a Jugar el Pro Bowl. Es parte del equipo ideal de la década de los '60s de la liga, y desde 1994 tiene residencia permanente en el recinto de los inmortales. Tras salir de los Browns, jugó la temporada de 1974 con el Chicago Fire de la WFL, antes de retirarse definitivamente como jugador de fútbol americano profesional.