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Se los pone con gusto

ARLINGTON -- Cuando el catcher puertorriqueño Bengie Molina llegó por primera vez al camerino de los Vigilantes de Texas, tuvo que adoptar una tradición poco halagadora en los países caribeños: hacerse él mismo la señal de los cuernos sobre su cabeza.

Y es que en Texas la gente está tan dedicada a las armas de fuego y a la cacería de bípedos y cuadrúpedos que los Vigilantes se ponen los cuernos colectivamente cada vez que ejecutan una jugada de alta velocidad.

"Al principio es raro", dijo Molina a ESPNdeportes.com al describir sus primeros cuernos de celebración con la novena. "Para nosotros [los caribeños] eso no es lo correcto".

Uno entra a cualquier restaurante, barra o va de visita a una casa en Dallas, y ahí están los cuernos colgados de la pared. Con el velocista venezolano Elvis Andrus robándose las bases a diestra y siniestra, Molina ha tenido que levantar los cuernos en muchas ocasiones durante su corta estadía en Arlington.

"Ya cuando uno entiende lo que significa aquí, pues ya uno sigue con eso", agregó Molina, quien logró un boleto gratis esencial con dos outs contra Jonathan Sánchez para darle paso al jonrón de tres carreras de Mitch Moreland en la segunda entrada.

En una noche triunfal como la del sábado en la noche, mientras más cuernos se ponga en la cabeza, gesto que del que Molina disfruta mucho en Texas pero no así en Puerto Rico, más tranquilo duerme el receptor de los Vigilantes con el sabor de la victoria.

Y es que en el "Ballpark" de Texas, los propios aficionados se amarran cuernos -- reales y postizos -- en sus gorras de béisbol en solidaridad con los venados, digo Vigilantes, de Texas. Sin embargo, Molina afirmó que no le ha comentado a sus compañeros lo que significan los cuernos en su propia cultura caribeña.

"Yo me imagino que en el país de ellos también significa lo mismo", dijo Molina con una sonrisa, sin necesidad explicar.