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Mohamed reinventó a Independiente

BUENOS AIRES -- Antonio Mohamed dirige a Independiente desde hace dos meses, tiempo que le resultó suficiente para reinventarlo tras una prolongada crisis futbolística y empujarlo a la final de un torneo.

El Turco Mohamed, de 40 años, demostró en casi nueve semanas de trabajo notables recursos para acomodar piezas desordenadas, poner en marcha a un equipo que hasta su llegada al club era una hoja al viento y devolver la autoestima a jugadores apagados, desmoralizados.

Mohamed fue delantero de Independiente a comienzos de los años 90, jugó apenas 26 partidos, marcó dos goles, y posteriormente continuó su carrera futbolística hasta 2003 en México.

Su paso por la entidad lo marcó, porque al volver a ella como técnico en octubre pasado comentó que "la historia que tiene este club es impresionante. Los jugadores que pasaron por aquí, los títulos, las copas internacionales..." y concluyó en que "ser entrenador de este club es una responsabilidad muy grande".

Dos meses después, con el equipo clasificado a la final de la Copa Sudamericana, reconoció que atravesaba uno de los momentos más felices de su corta etapa como técnico.

Mohamed sustituyó en su cargo a Daniel Garnero, con quien el equipo solamente había sumado tres puntos en siete jornadas del torneo Apertura que finalizará el domingo, y que cerró su campaña con una derrota por 0-4 ante el Banfield, tras la cual dimitió.

Con Garnero en el banquillo, Independiente superó la eliminatoria argentina en la Sudamericana ante Argentinos Juniors y en el primer partido de octavos, perdido en Montevideo ante el Defensor Sporting por 1-0 con un gol en propia meta de Leandro Gracián, el equipo fue dirigido por el técnico de los juveniles Ricardo Elvio Pavoni.

Llegó Mohamed y puso como objetivo prioritario en torneo continental, para el cual reservó a los mejores jugadores, y afrontó los encuentros del Apertura generalmente con suplentes y juveniles.

"Todos los problemas que tuvimos, los hemos resuelto en la cancha", dijo el entrenador tras perder la primera final ante el Goiás por 2-0 en Goiania.

Recordó que al asumir el equipo venció por 4-2 al Defensor Sporting. "Después fuimos a Colombia (2-2 con el Deportes Tolima) y peleamos contra un muy buen equipo (empate a cero en casa) y en las semifinales, frente al Liga de Quito, estábamos tres goles abajo y revivimos (3-2 en Ecuador y 2-1 en Avellaneda)", detalló.

La prensa de su país destaca el contagio en la plantilla del optimismo "que brota por los poros" del entusiasta entrenador. Tras perder en Goiania afirmó que no tenía dudas de que su equipo será el campeón de la Sudamericana, y esa postura también sorprendió gratamente.