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Pura lógica copera

Nalbandian sufrió para ganar y terminó lesionado Getty Images

BUENOS AIRES -- Parecía cantado. Y así ocurrió, nomás. Los dos equipos latinoamericanos cumplieron lo que estaba dentro de los cálculos en sus debuts de locales en la elite de la Copa Davis. Argentina le ganó con autoridad a Rumania y avanzó por 10° año consecutivo a cuartos de final, mientras que Chile perdió con Estados Unidos e intentará mantener en un repechaje un lugar en el Grupo Mundial.

Cara y ceca. Eso marca el pasado reciente y lo ratifica el presente de ambas naciones en el selecto lote de los 16 mejores conjuntos del planeta. Desde su retorno al Grupo Mundial, en 2002, Argentina siempre ganó en la primera rueda, trepando inclusive a dos finales y a cuatro semifinales más, siendo uno de los equipos más exitosos y regulares. En cambio, Chile deambula en el sube y baja, al punto de que jugará su sexto repechaje en ocho años.

EN CASA ES COSA SERIA
Con este triunfo de 4-1 sobre Rumania, un rival accesible para la principal potencia de América Latina pero al que se debía respetar, tal cual se admitió en la previa, Argentina ya suma 15 victorias seguidas jugando sobre polvo de ladrillo en casa (10 series las definió 5-0), ya que no pierde desde un repechaje ante Eslovaquia en 1998. Su única caída de local, en este período, fue ante España, en sintético, en Mar del Plata, en la fatídica final de 2008.

Así, el conjunto que viene siendo liderado por David Nalbandian demuestra que es favorito en sus canchas lentas. Así y todo, su emblema y el otro ex top-ten y figura, Juan Martín del Potro, se mueven más cómodos en cemento. Eso potencia más las chances de cada visita de Argentina en cualquier superficie, mientras que seguirá optando por la arcilla al ser anfitrión para molestar a rivales que se desenvuelven mejor en canchas rápidas.

Por el adversario y la instancia, a la formación albiceleste le alcanzó con el cuarteto que presentó. Pero de aquí en adelante se necesita que Del Potro (ahora 89°), quien está recuperándose tras un 2010 entre algodones por una operación, vuelva a ser de la partida. Entre él y Nalbandian deberían repartirse los cuatro singles, lo que genera un peligro para cualquiera y en cualquier lado. Y se sumarían los aportes de otros dos colegas, que saldrían entre Juan Mónaco, Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank.

Primero vayamos a un repaso de lo que dejó este nuevo triunfo. Nalbandian (19° del mundo), que llegó a esta eliminatoria con una hernia inguinal, sufrió una molestia en un aductor, que finalmente se supo que fue un desgarro y así se le estiró su duelo ante el casi ignoto Adrian Ungur (183°). Resolvió en cuatro sets una apertura que debió ser fácil frente a un jugador habituado a los challengers y encendió una luz de alarma.

Llorando y con un festejo como si fuera una final, el propio as de espadas reconoció que ya no podía volver a participar en la serie. Surgieron críticas sobre si hacía falta arriesgarlo o haber puesto a Chela (31°), pero lo cierto es que la lesión la padeció en plena lucha y no antes. En fin, David puso el 1-0 parcial y así logró una marca total de 32-10 en la Davis y de 21-5 en singles para superar a José Luis Clerc y convertirse en el segundo argentino más ganador, obviamente detrás de Guillermo Vilas.

Pero la tranquilidad llegó gracias al triunfo de Mónaco (33°) frente a Victor Hanescu (59°), el hombre fuerte del conjunto europeo, con mucha experiencia y un pasado de top-30 de la ATP. Logró salir adelante con su intensidad, sin la mano y técnica de su compañero Nalbandian, pero con potencia y solidez para obtener un 2-0 clave. Y también tuvo un premio extra, ya que se trató de su victoria más importante en la Copa.

El dobles de Chela y Schwank, semifinalistas el año pasado en Wimbledon, dio el golpe al imponerse sin ceder un set. La pareja local estuvo precisa, en especial con las devoluciones, siendo el primero más sólido desde el fondo y el segundo, en la red. Así derrotaron a Hanescu y el especialista Horia Tecau, los N° 12 del mundo y recientes campeones en la arcilla de Acapulco.

Fue el 3-0 soñado por los hinchas. Era posible, claro, pero se concretó con más autoridad de la esperada. Es cierto que Nalbandian hizo sufrir por su estado y estará un mes inactivo, pero el equipo dio muestras de presencia contra un oponente que se la pasa jugando repechajes. Ya para cumplir, sólo para las estadísticas, Schwank (122°) derrotó a Victor Crivoi (188°) y finalmente Mónaco cayó ante Ungur.

Así, Argentina se aseguró volver a ser local y recibirá, del 8 al 10 de julio, en busca de las semifinales, a la sorpresiva Kazajistán. Hasta 1995, sus jugadores representaban a la ex Unión Soviética, luchó en el ascenso europeo y justo en su debut en el Grupo Mundial dio el batacazo al superar de visitante a la República Checa. Consiguió un 3-2 memorable, tras estar 1-2, frente al equipo liderado por Tomas Berdych, el N° 7 del ránking.

Apenas con dos top-100, Andrey Golubev (43°) y Mikhail Kukushkin (63°), provocó la gran sorpresa. El primero aportó sus dos puntos y evitó la caída en el cuarto, al vencer precisamente a Berdych, finalista de Wimbledon en 2010. Y el segundo le puso el moño a la hazaña al vencer a Jan Hajek (101°) en el dramático quinto choque. A esa formación la completan Yuriy Schukin (127°) y Evgeny Korolev (231°; ex top-50, que se recupera de una lesión).

LA LUCHA NO LE ALCANZÓ
Del otro lado de la cordillera, Chile extrañó mucho, como era previsible, a Fernando González, el ex 5° del mundo, quien se rehabilita de una operación. Con él, el equipo es una cosa y, sin él, otra. Así de simple y rotundo. De hecho, su récord copero es de 31-12 (20-6 en singles). La lucha y el combate de Nicolás Massú, ex top-ten y hoy 241°, ya no alcanzan ante las potencias y, de hecho, el único punto lo obtuvo Paul Capdeville (165°).

Así, Chile sufrió otra vez ante Estados Unidos y quedó 0-5 en el historial contra el máximo campeón de la Davis, dueño de 32 títulos. Pese a que eligió una cancha de arcilla, la categoría de Andy Roddick, N° 8 en el ránking, y de los gemelos Bob y Mike Bryan, los reyes del dobles, fue letal. Massú, con marca de 32-22 en este certamen (22-11 en singles) ya había sido la decepción en casa, el año pasado, ante la diezmada República Checa.

El ex doble campeón olímpico perdió en el inicio con Roddick y quedó 3-2 ante el ex líder de la ATP (2-1 en polvo de ladrillo). Luego, Capdeville, el mejor anfitrión en el listado, superó al durísimo sacador John Isner (32°), quien no se siente cómodo en arcilla, en un duelo muy extraño. Es que cayó en dos tie-breaks, después se impuso en otros dos y consiguió el único quiebre de saque del partido para imponerse en el quinto set.

Esa igualdad parcial ilusionó a varios simpatizantes. Así y todo, enseguida los hermanos Bryan pusieron las cosas en orden con su brillantez para sincronizar cada movimiento y así superaron a Jorge Aguilar y a Massú. Este último lleva ya cinco dobles perdidos al hilo en la Copa. Y en singles acumula casi un año sin poder ganar un solo encuentro en un torneo del circuito profesional.

La decisiva jornada se resolvió con el segundo éxito de Roddick, justo en la superficie que menos le favorece. Cedió el primer set frente a Capdeville y se repuso, para triunfar en cuatro sets e incrementar su récord en la Copa Davis a 33-11 (todos los partidos fueron en singles). Allí se cerró la historia. Al final se llegó al 1-4 global con la derrota del debutante absoluto Guillermo Rivera-Aranguiz (352°) ante Isner.

A la espera de que González pueda reaparecer con buen paso en el circuito, Chile volverá a ver acción del 16 al 18 de septiembre, en un nuevo repechaje. Su rival surgirá de un sorteo a realizarse a mediados de julio entre los perdedores del debut en Primera y los ganadores de las zonas continentales. Fue el único de los 16 conjuntos del Grupo Mundial sin un hombre entre los 160 primeros del ránking. Por eso necesita a su estrella. Sin vueltas.