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Palermo: "No puedo pedir más nada"

BUENOS AIRES -- Martín Palermo se despidió del clásico mayor del fútbol argentino de la mejor manera: ganó con su Boca en La Bombonera y con un cierre a su estilo, marcando un gol enriqueciendo aún más su ya lucida historia como máximo artillero xeneize.

"Era lo que deseaba y se dio un domingo completo con el gol, dándole un regalo a la gente porque sabemos lo que significan los clásicos", sostuvo Palermo, emocionado hasta las lágrimas ni bien terminó el partido y saltó como lanzado desde el banco para festejar con sus compañeros y para recibir otra ovación que bajó como alud desde las tribunas. Palermo sigue con su derrotero de goles hasta el final en el fútbol dentro de un mes, confirmando que se irá cuando termine el Clausura 2010.

Todavía le queda tiempo para marcar el gol que lo separa de José Sanfilippo entre la tabla de artilleros y está en el horizonte su conquista 226.

La cercanía del retiro pegó fuerte: "Ya estando en el banco sentí que no iba a volver a vivir esto".

"Ya no puedo pedir más nada, sólo disfrutar lo que queda del campeonato", sostuvo.

Palermo no aguantó cuando en el final tuvo que desahogarse.

"Sobre el final pude soltar una lágrima de emoción", esa que contagió cuando a los 30 minutos del primer tiempo puso su sello de cabeza por sobre Juan Pablo Carrizo y celebró hacia los cuatro costados de La Bombonera, con un brazo en alto y una mano en el corazón.

El "Palermo...Palermo" bajó con todo el estruendo que potencia la cancha xeneize. Y besó su brazo, allí donde tiene tatuado el hijito que se le fue y al que dedica sus logros. Y retornó el tronar cuando le dejó la cinta de capitán a Riquelme, con quien se abrazó, para dejar que entre Lucas Viatri a 10 del final.

Volvió a contar su gol: "Vi a Carrizo hacer el paso adelante y me dio la posibilidad de tirársela por arriba". Otro más y uno de los principales goles para contar en su película.

Justificó el abrazo con el técnico Julio Falcioni: "En algún momento negativo me bancó y siguió confiando en mí", dedicó.

Martín Palermo se despidió del clásico como había debutado en 1997, con un gol y una participación protagónica con un triunfo de Boca sobre River.

Se afirmó como máximo goleador de Boca en el clásico con 18 conquistas.

Ya no es el mismo Palermo de los tiempos en que Boca ganaba todo, pero deja su esfuerzo, el mismo de siempre, dentro de una cancha y sigue marcando goles.

Con sus 37 años se viene el retiro y ante la seguidilla que goles le preguntan por la tabla histórica de goleadores y porque está a uno del Nene Sanfilippo: "Quedar cuatro, cinco o seis es muy bueno". Todavía tiene cinco partidos para ello.