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Imperdibles e impredecibles

AUCKLAND -- Cada integrante del Grupo de los Ocho ya tuvo la oportunidad de mostrar las credenciales en los partidos de la cuatro zonas clasificatorias. A grandes rasgos, pocas sorpresas, muchos amagos de victorias impactantes que al final no se concretaron y un resultado clave que modificó todo el panorama de los cuartos de final: el notable triunfo por 15-6 de Irlanda frente a Australia, equipo que llegaba casi en igualdad de condiciones con los All Blacks en términos de favoritismo.

Están los que podían estar de antemano y con lugares bien ganados, como Gales, que superó a un durísimo equipo de Samoa en el duelo clave, del mismo modo en que los Pumas aventajaron por lo mínimo a Escocia y, por tercera vez en la historia de los mundiales, avanzaron al tramo decisivo.

Aun a riesgo de parecer chauvinista empiezo por la Argentina, que tenía una zona brava por delante y, meritoriamente, el equipo salió airoso. Con buenas producciones al principio frente a Inglaterra y con Rumania (más allá de alguna caída de tensión), con tensión in extremis ante Escocia y con más nervios que virtudes en el flojo éxito clasificatorio ante Georgia.

Insistimos en valorar y en congratular la performance de los Pumas en un Mundial que fue desproporcionadamente hostil por les lesiones que, en cantidad y sobre todo calidad, afectaron al equipo. Rápidamente Tiesi, Contepomi, Roncero y Fernández Lobbe quedaron "tocados" y averiados.

A duras penas y con enorme amor propio (y dolor también) Felipe sigue en pie, mientras que el pilar izquierdo se ilusiona con volver ante los All Blacks. Ya Tiesi sufre a la distancia desde París y "Corcho" se quedó en Nueva Zelanda como respaldo espiritual-emocional para el resto del plantel. Los dos, vale recordar, con rodillas maltrechas y con quirófano en espera.

Prueba de carácter recontraaprobada, gran temple para superar semejantes adversidades, mejoría clara en la relación defensa-disciplina (bajaron la cantidad de penales cuando son atacados) y buenas intenciones de variar ofensivas.

En deuda aún con la eficacia –no sumó de acuerdo con lo que produjo-, uno tiene la certeza de que los Pumas, con más amistosos en el año previo al Mundial, hubieran hecho mejor papel del realizado por el momento. Hasta se podría haber evitado este cruce dificilísimo ante los All Blacks.

Nueva Zelanda llora por estas horas la ausencia del lesionado Dan Carter, cuestionan al DT Graham Henry por no haber preparado otro apertura para reemplazar al notable 10 (como si tuviera sustituto semejante talento) y se esperanzan con que, esta vez, la lección fue aprendida y no habrá excesos de confianza ni descuidos. Vienen jugando bien, no ofrecen muchos puntos flojos y no hubo rivales del grupo que le hicieran medianamente fuerza, incluida Francia, que cayó 37-17.

El que triunfe de Nueva Zelanda-Argentina se enfrenta luego con el vencedor de Sudáfrica y Australia. Como dijimos, el incuestionable éxito de Irlanda frente a los Wallabies provocó este apareamiento inesperadamente prematuro. Así que un grande del Sur se queda afuera en cuartos de final.

Y lo paradójico es que los Springboks parten como candidatos, cuando un mes atrás no eran muchos los que se animaban a pronosticar una debacle anticipada de los aussies. Claro, seguramente, no contaban con la increíble racha de lesionados que padecen los Wallabies, lo que obligó a que, por ejemplo, Radike Samo haya tenido que jugar como wing ante Rusia.

Sudáfrica parece estar hecho a la medida de los mundiales. Flojo 2011 hasta setiembre. Y desde la primera fecha, con la apretada victoria ante el durísimo Gales, los Springboks dejaron en evidencia la prepotencia física de su rugby y la eficacia como principal argumento para liderar el grupo más parejo del Mundial, con Samoa como tercero en discordia.

Gales e Irlanda tendrán que eliminarse entre sí, cuando en realidad fueron los seleccionados europeos de mejor imagen. Puedo ser temerario, pero si mantienen el nivel, el que gane el sábado en Wellington tiene chances concretas de acceder a la final por primera vez en la historia.

Más devaluado por los problemas que los acosan, Francia e Inglaterra prometen un choque de necesitados de calmar los respectivos frentes internos. Peor Francia, que acabó segundo en su zona y cerró con derrota histórica frente a Tonga. La relación entrenador (Marc Lievremont) y jugadores está invocando los recuerdos del escandaloso Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010.

Inglaterra, que también tuvo sus problemitas extrarugbísticos con el affaire de su capitán Mike Tindall en la tapa de los tabloides británicos, al menos ganó todos sus partidos en una zona marcada también por la paridad junto con argentinos y escoceses (todos los resultados bien apretados en los tres partidos definitorios). Aunque la enorme cantidad de penales cometidos y las suspensiones de oficio por foul play lo ponen en la mira de las críticas y de los árbitros.

Así están planteadas las emociones, entre los ocho que sobrevivieron a la fase de grupos, con Gales e Irlanda mejorando lo hecho en el 2007 (recordemos que Escocia y Fiji ocuparon esos lugares en Francia), con equipos que ya emprendieron el regreso entre broncas y lamentos (Samoa, Italia o Escocia) o euforia absoluta (Tonga).

De todos los cruces de cuartos de final, el duelo All Blacks-Pumas es el que, para muchos, menos misterios encierra debido al razonable favoritismo neozelandés.

Y mientras los argentinos intentan el batacazo y derrumbar al equipo-mito, el resto de los choques del fin de semana será tan imperdibles como impredecibles. Eso es lo bueno, lo lindo y lo que nos hace sentir verdaderamente privilegiados por estar acá.