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Copa Davis: Argentina ganó el dobles

SEVILLA -- Descontó Argentina. Y le dio más emoción a la final de la Copa Davis. La gran actuación de David Nalbandian y Eduardo Schwank contrastó con la pobre tarea de los locales Feliciano López y Fernando Verdasco, lo que le permitió al conjunto visitante quedar 1-2 en Sevilla, ante 23.600 personas, de las cuales unas 2.000 llegaron desde distintos puntos de Argentina para darle más color y calor a este choque histórico.

El habitual tercer punto de una serie copera, el del dobles, quedó en poder de Nalbandian y Schwank, quienes vencieron con mucha autoridad por 6-4, 6-2 y 6-3 a López y Verdasco, los verdugos de los albicelestes en la definición de 2008 en Mar del Plata. El partido duró dos horas exactas, para el delirio de los simpatizantes visitantes y para el dolor de los dueños de casa, conscientes que ahora deben esperar a otra gran tarde de su ídolo máximo, Rafael Nadal, para buscar cerrar el domingo la este cruce contra Juan Martín del Potro.

España busca su quinta conquista de la mítica ensaladera de plata -la cuarta que puede ganar de local en la final- y, en cambio, Argentina pretende quedarse algún día con ese tan soñado trofeo, ya que perdió las tres definiciones previas. Para cortar esa racha, el domingo Del Potro, N° 11 del mundo, deberá superar primero a Nadal (2°) en un duelo de máxima exigencia y cerrar la historia Nalbandian (64°, ex 3°), quien seguramente ingresará por Juan Mónaco (26°) para intentar doblegar a David Ferrer (5°).

Por una cuestión reglamentaria, Modesto Vázquez, el capitán argentino, puede optar por incluir a Nalbandian en el encuentro de primer turno del domingo frente a Nadal, pero eso es un hecho que no lo hará por la simple razón de que, de esa manera, dejaría afuera a Del Potro de la jornada decisiva, con el riesgo que eso implicaría. Es que el "Delpo" ya jugó y perdió en un partidazo ante Ferrer el viernes y entonces no podría repetirse ese choque.

Por lo tanto, Del Potro tratará de dar el batacazo contra el mismísimo Nadal, invicto en casa en la Copa Davis, en arcilla, con marca de 15-0. Si diera el gran golpe, luego saltaría a la cancha el experimentado Nalbandian, quien si bien estuvo dos meses alejado del circuito ATP por molestias físicas, regresó con todo su arsenal de variantes y una mentalidad imponente para conducir a Schwank en el dobles. Sería, en caso de un eventual 2-2, una definición memorable entre dos David.

Pero ahora vayamos a lo que dejó el tercer punto de esta finalísima, con muchísimo ruido y color en las tribunas (las gradas, para los españoles), con bombos del lado de los visitantes y cornetas de los dueños de casa, muchísimas banderas celestes y blancas, más otras de equipos del fútbol argentino y una con la cara de Messi, mientras que los anfitriones mostraron con orgullo sus "trapos" rojos y amarillos.

El choque en sí tuvo a una pareja en un alto nivel, la argentina, y a otra muy floja, la española. Vayamos entonces a ver qué mostró cada una y lo que fue dejando el partido. Nalbandian, ni bien debió renunciar a algunos torneos por problemas en su cuerpo, en octubre, empezó a prepararse mental, tenística y físicamente para este encuentro de dobles en el estadio Olímpico de La Cartuja. Una vez más, desplegó todo su talento, su muñeca prodigiosa, su mentalidad privilegiada y manejó los tiempos a su placer.

Cuidado que esto no implica, además, creer que Schwank no jugó bien, ni mucho menos. Este último no tuvo inconvenientes en cambiar su lugar habitual en la cancha, para moverse a jugar en la derecha, ya que Nalbandian actúa sobre la izquierda. Se supo que fue el elegido por David a la hora de planificar esta final copera y vaya si la apuesta salió bien. Nalbandian fue amor y señor en la cancha de arcilla sevillana y Schwank cumplió con creces, siendo prolijo, sólido y se "bancó" la presión en su primera final en este certamen, con el plus de ser visitante y haber empezado estando 0-2 en el global.

De a poco, se fue comprobando lo visto en los últimos tiempos en el circuito y lo observado en los entrenamientos previos aquí en Sevilla: Verdasco está sin confianza, fallando demasiado para el nivel que no hace mucho supo tener y pareció hasta contagiar por momentos a López. Para Nalbandian, aunque no lo admita públicamente, se trató de una especie de revancha personal, especial, ya que justamente estos dos españoles fueron los verdugos de Argentina en la definición de hace tres años, en la única que la máxima potencia latinoamericana jugó en casa y además faltó Nadal, por entonces lesionado.

Aquella vez, a Nalbandian lo acompañó Agustín Calleri. Estuvieron set arriba, luego no pudieron cerrar el tercero con una amplia ventaja en el tie-break y lo perdieron. En 2008, esa derrota fue letal para las aspiraciones albicelestes, en un equipo con problemas internos, sumado a un Del Potro diezmado y marcó un 1-2 irremontable. En este caso, otra vez se llega 1-2 al domingo, con la diferencia que Del Potro y Nalbandian estarán obligados a ganarles a Nadal y Ferrer, dos rocas, durísimos, en España y sobre arcilla.

En 40 minutos, la dupla visitante se metió el primer set en el bolsillo. Ya desde el vamos, Nalbandian se mostró con autoridad y convicción para marcar territorio. En su primer juego de saque, que mantuvo sin ceder un punto, conectó un saque ganador y lo definió con un ace, algo llamativo en él, dueño de una magistral devolución, gracias a su gran lectura del juego, pero que en general sufre bastante cuando tiene el servicio en su poder.

Al game siguiente, Argentina quebró y se puso 3-2. Justo fue sobre el saque de López, el mejor local en ese rubro, aunque irregular. Acto seguido, los hinchas españoles gritaron y molestaron durante los puntos del servicio de Schwank y se creyó que se trataba de algún problema con un hincha argentino cercano o bien para perjudicar al visitante. Pero no. Se trató de que expusieron una bandera en contra de la Real Federación Española de Tenis, en contra del manejo de la dirigencia actual.

Los argentinos siguieron adelante, hasta que se llegó al 10° game. Sacó Schwank y se puso set-point, igualó el dobles local tras una derecha de Schwank a la red, luego llegó un gran cruce de Nalbandian en la red para volear y lograr otra chance, luego definida. Primer parcial cerrado, sin problemas, con los ganadores tranquilos y los perdedores ya padeciendo los fallos continuos y hasta llamativos de Verdasco, con golpes desde la base como en la red.

Ese arranque les permitió a los argentinos mantenerse positivos y "tirarles" la presión a los españoles. Schwank, guiado por la experiencia y la calidad de Nalbandian, se mostró sobrio. Digamos que no es de esos jugadores que hacen maravillas, pero justamente ahí radicó su aporte tan importante, como lo fue el de ser efectivo, moverse bien desde el fondo y evitando caer en errores o distracciones, ya que los anfitriones trataron de forzarlo más a él que al ex top-ten cordobés.

El mismo comienzo del segundo capítulo fue la nueva inyección anímica para la visita y un puñal para la pareja local. Argentina le rompió al servicio a Verdasco, luego volvió a concretar un break sobre el saque de López, en el tercer juego, para marcar rápidamente un parcial de 4-0. Lo notorio fue que Nalbandian, en otra muestra cabal de su jerarquía, estuvo con chance de break abajo en el tercero y lo remontó con un ace. Otro aviso de su energía positiva y contagiosa.

Seguía deleitando -sólo a los albicelestes, claro- con su versatilidad, con cruces muy oportunos y decisivos en la red, con voleas cortas y abiertas, con devoluciones de toda clase y ubicación. En fin, fue una ventaja nueva y que ya marcaba la tendencia del partido. El dobles argentino se llevó ese set por 6-2, en 36 minutos, aportándoles tranquilidad, alegría y fe a los hinchas, al propio Vázquez, a todo el cuerpo técnico y a Del Potro, que seguía atento con el resto del plantel, a un metro del rectángulo, al igual que Mónaco.

El tercer parcial fue de 6-3, en 44 minutos, para sellar un triunfo histórico, ya que en general no rinde bien en esta especialidad en las finales y, de hecho, fue la primera victoria que consiguió Argentina en un dobles en una final de la Copa Davis, ya que había perdido en Estados Unidos en 1981, en Rusia en 2006 y la citada caída en Mar del Plata en 2008.

En el set final, los españoles cambiaron el orden previo y fue primero a servir López, en lugar de Verdasco. Pero no le dio resultado, al extremo de que los argentinos consiguieron otro break clave en todo sentido, en especial para el rubro anímico. López llegó a estar 30-0, los dueños de casa perdieron cuatro puntos seguidos, el último con una doble falta a la red, y fue más locura desatada del público visitante.

Enseguida, Nalbandian también cambió el orden argentino, para sacar en primer término. Y el suyo sí lo ganó, y en 0. Otra diferencia clara. "Tito" Vázquez, más eufórico todavía que al principio de ese set y del segundo, se levantaba seguido a aplaudir y alentar a ambos jugadores. Con ventaja de 3-2, volvió a servir Nalbandian, cometió un error él y se llegó a un break en contra. Pero vuelve a salir a flote con un ace, como ya lo había hecho antes, para levantar más a los fanáticos, tan ruidosos como efusivos, con la ilusión más cercana de poder seguir soñando con la famosa ensaladera.

Una mala volea de Schwank se fue afuera y originó otra ventaja de España. E igualó Nalbandian con un saque ganador -siempre sacó mejor al lado de las ventajas-, se puso arriba y lo cerró Schwank con una volea corta, cruzada, tras una gran jugada ideada por David. Y Argentina se adelantó 4-2. Fue un respiro, un alivio grande. Por entonces, el de Unquillo continuaba en un nivel superlativo, aprovechando su mentalidad y su muñeca envidiable, metiendo toques, globos, voleas y devoluciones a su antojo, más allá de que venía con falta de ritmo en singles.

De hecho, los hinchas españoles aplaudieron más de un punto ganado por Nalbandian, pese al dolor que eso les provocaba, porque valoraban la calidad que muestra. En el octavo juego se le complicó mantener a Schwank, tras una derecha mala, corta, volvió a sufrir por otro drive suyo defectuoso, nuevamente sin llegar a la red, hasta que metió un gran saque y un smash y el game lo definió Nalbandian con otro toque de volea de revés, que dejó la pelota muerta.

El final se dio tras otro quiebre de saque. Nuevamente, el inestable López no supo mantenerlo, producto de sus flojos primeros intentos, Schwank conectó una magistral devolución de drive a los pies de Verdasco (estaba en posición de ataque) y se cerró en el primer match-point. Así, la diferencia fue enorme entre una y otra dupla.

Los españoles ratificaron su pobre presente, en especial Verdasco en todo tipo de situaciones, "ayudado" por un López que también dejó muchas devoluciones débiles y flotadas, dándoles más posibilidades a los argentinos de definir con voleas en la red tras sus saques. Por eso pesó más la actualidad de los locales, que el gran entendimiento y conocimiento entre ambos, desde pequeños. Sin ir más lejos, venían de sufrir una paliza en la semi copera, también en casa, ante Francia.

Ahora la lucha continúa. Se prolongó y Argentina tratará de revertir una tendencia negativa y de altísimo riesgo. Siempre, en las tres finales anteriores, llegó a la jornada definitoria estando 1-2 en el marcador. ¿Podrá esta vez cambiar ese rumbo? La hazaña suena a utopía, para la mayoría. Es que enfrente están Nadal y Ferrer en arcilla. Pero, igual, la esperanza es lo último que se pierde. A seguir soñando, entonces.

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