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Muhammad Ali, el quinto Beatle

Recordamos el encuentro en un gimnasio de Miami, entre los Más Grandes y el que se proclamaba entonces como El Más Grande.

Eran jóvenes, alocados, alegres, sonrientes y querían todo el mundo para ellos. Estaban, todos, en la cresta de una ola, en un tiovivo del que parecía difícil bajarse, porque todos ellos sabían, muy bien, que lo mejor estaba aún por venir.

Corría el año 1964. Los Beatles desembarcaron en los Estados Unidos provocando estallidos histéricos, corridas, desborde de chicas y una corriente de admiración fuera de lo común. Por supuesto, pasaron por el famoso Show de Ed Sullivan, que era también una manera de consagrarse del todo.

De hecho, cuando Ed Sullivan invitó a Elvis Presley, la orden fue que las cámaras lo tomaran de la cintura para arriba, para evitar que los ojos virginales de las niñas que lo seguían, pudiesen ver sus contorneos de pelvis.

Pero el tema es el boxeo, es tema es Cassius Clay. Y el tema tiene que ver con aquella tarde, la del 18 de febrero de 1964. En Miami Beach funcionaba el legendario gimnasio de la Calle Quinta, en donde había que subir por una trémula escalera de peldaños de madera. Los enormes ventanales que daban a la calle eran fuente de iluminación favorita para los fotógrafos.

Y, como Cassius Marcellus Clay se estaba entrenando para pelear con Sonny Liston, a quien él llamaba "El Oso Feo", había muchos fotógrafos. Fue entonces, cuando en una hábil operación de publicidad, aparecieron ellos, Los Beatles: John y Paul tenían entonces 22 años, George 17, y Ringo, 24. Cassius, que por entonces tenía 22, los recibió con un "Nooo, noooo!"

Es que los cuatro se le tiraron encima, fingiendo un ataque masivo, mientras los fotógrafos hacían de las suyas. Jugaron, se divirtieron y rieron. Los Beatles estaban de paso por Miami, así que no tenían grandes obligaciones en ese momento. En cambio, Cassius estaba terminando el entrenamiento, ya que la pelea ante Sonny Liston iba a ser exactamente una semana después, el 25.

Así que, en un momento, Ángelo Dundee puso las cosas en su lugar, cortesmente, para que su boxeador pudiera terminar con el entrenamiento. Si algo tenían en común todos no era solamente la juventud y la alegría y el desenfado, sino una atracción especial para ser fotografiados, así que posaron de varias y graciosas maneras, incluyendo una en la que Los Beatles, en el suelo, simularon estar noqueados al unísono por el boxeador.

"Ustedes al final, no son tan tontos como yo había pensado", les dijo Cassius. "En cambio -- le replicó John -- tú si eras tan bobo como nos habíamos imaginado". Clay tomó a Ringo y lo levantó por el aire, mientras todos reían.

Fue Ringo quien, años más tarde, contó: "Pensar que yo entrené con Cassius Clay, justamente cuando pensaba que Sonny Liston le iba a ganar..." Los Beatles se fueron más tarde a ver una película de Elvis ("Diversión en Acapulco") y Clay terminó su entrenamiento. El momento mágico ya era historia y celuloide.

Cuentan que fue George Plimpton -- periodista, escritor, fanático del boxeo -- quien al ver la foto le comentó a su gran amigo Norman Mailer: "Es el Quinto Beatle". Norman, alguna vez, se preguntó, en broma: "¿Por qué no se me ocurrió a mí?

Si, el Quinto Beatle, los años en que eran jóvenes, desinformados, alegres, llenos de talento, cuando no sabían que iban a cambiar al mundo en sus actividades, pero cuando sí sabían, con toda seguridad, que lo mejor estaba por venir.

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