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Con leve ventaja

Mónaco y Nalbandian son los singlistas albicelestes AP

BUENOS AIRES -- La rueda gira y, una vez más, la tan codiciada y esquiva Copa Davis aparece en el camino del tenis argentino. Llegó el turno de poner primera en 2012 y la cita es con Alemania, en Bamberg, con cierto favoritismo para la máxima potencia latinoamericana, en un duelo con una baja de peso por lado. El nuevo desafío, tras la final perdida en España en 2011, hace dos meses, pasa por mantener el invicto en la primera rueda desde su regreso a la elite.

Desde que Argentina retornó al Grupo Mundial, donde participan los 16 mejores equipos del planeta, allá por 2002, siempre avanzó por lo menos a los cuartos de final. El objetivo, ahora sin su figura, Juan Martín del Potro, Nº 10 del ránking, quien priorizó en este momento su carrera individual, es lograr la 11ª victoria consecutiva en un debut y así realimentar de a poco la meta de poder ganar algún día la mítica ensaladera de plata.

La formación albiceleste, con cambios o no, sigue reconfirmando que es el país de América Latina con más posibilidades de llegar a ese soñado trofeo y, de hecho, este año es el único de la región que puede conseguir ese objetivo, ya que no hay otras naciones en la elite copera. En general, el poderío argentino de local es tremendo y allí casi siempre gana, mientras que de visitante viene alternando por partes iguales alegrías y tristezas.

Antes de ingresar a lo que puede ocurrir en este choque ante Alemania, vale la pena resaltar que Argentina, en su vuelta al Grupo Mundial, hace una década, se convirtió en una verdadera potencia en la Copa Davis, ya que trepó tres veces a la final (en 2006, 2008 y 2011) y además accedió a cuatro semifinales (2002, 2003, 2005 y 2010), en un hecho sin igual en ese período. Además, hay que pensar que antes sólo había disputado otra final en toda su historia (en 1981).

Esto nos lleva a ver que Argentina tiene el triste récord de ser el único país en haber llegado a tantas finales (cuatro) sin haber podido ganar la Davis. Pero igual se debe saber valorar lo positivo de estar seguido dando pelea y de haber logrado triunfos históricos en calidad de visitante, inéditos en otros tiempos. Y sus fanáticos no claudican en su afán de soñar despiertos con la chance de que llegue finalmente la hora de gritar campeón.

Por eso mismo, ni bien el bolillero dio su veredicto para 2012, luego de las semis de 2011, ya le dio pie a la renovada esperanza el hecho de contar con un cuadro realmente favorable. Si bien el viaje a Alemania en esta presentación no es sencillo, después Argentina tendrá la posibilidad de jugar cuartos, semi y final de local, recibiendo a casi todas las restantes potencias en casa, con la única excepción de Suiza en un eventual choque decisivo. Está claro que eso no es garantía de nada, pero siempre ayuda.

Ahora bien, vayamos entonces a este debut frente a una Alemania devaluada, que no tiene el nivel ni el magnetismo con su gente como en décadas anteriores. El país germano obtuvo la Copa Davis en 1988, 1989 y 1993 (además perdió otras dos definiciones), pero en los 15 últimos años apenas alcanzó una semifinal (en 2007). El historial entre ambos muestra a Argentina con ventaja de 5-2 y ganó fácil el último cruce, en 2003, como local.

Patrik Kuhnen, el capitán teutón, fue a observar la final a Sevilla y, ya conociendo el rival, optó por lo que casi nadie hace, que es ser local contra Argentina y elegir jugar en polvo de ladrillo, en este caso no muy lento, además de bajo techo. Eso lo vivió el equipo albiceleste, en 12 años, sólo en dos visitas a España. Una de las claves de la elección alemana pasó por creer que tendría enfrente a Del Potro, quien luego se bajó de este duelo y significó un dolor de cabeza para Martín Jaite, el nuevo conductor, secundado por Mariano Zabaleta.

Por lo tanto, Juan Mónaco (23º del mundo) es esta vez el líder de la visita y le tocó abrir la eliminatoria frente a Philipp Petzschner (56º), quien en principio sólo iba a disputar el dobles, pero fue incluido en un single ante la ausencia del talentoso Philipp Kohlschreiber (31º) por sufrir fuertes dolores estomacales. Y esa es una clara ventaja para Argentina, ya que éste último hizo semis en Auckland y Montpellier y octavos en el Abierto de Australia, cuando perdió con Del Potro.

El domingo, en Viña del Mar, Mónaco obtuvo su primer título en cuatro años y medio. Especialista en canchas lentas, con un juego pesado y paciencia, tiene marca de 5-7 en la Copa Davis en singles, con el particular dato de que cayó en los seis encuentros de visitante, cinco de ellos en canchas rápidas. Por su parte, el ofensivo y versátil Petzschner, cinco días mayor que Mónaco, está 2-1 en este certamen y, si bien fue rival del argentino en juveniles, jamás se midieron como profesionales.

En el segundo punto se verán las caras David Nalbandian (84º), el líder en general de Argentina en esta inolvidable década en la elite copera, y el local Florian Mayer (21º). El ex Nº 3 del mundo es el segundo tenista de su país con más triunfos en este torneo, el máximo por equipos. En total, tiene marca de 34-10, con foja de 22-5 en individuales y 12-5 en dobles. Y ganó seis de los siete últimos singles. Talentoso, completo y obsesionado con ganar la Davis, es el emblema albiceleste.

Recuperado de molestias físicas, se mostró en gran forma en Australia y tratará de aportar una victoria importante contra un rival peligroso, que también ataca, con un juego variado y una mentalidad muy inestable. Mayer está 4-5 en la Copa y cayó en sus dos partidos más recientes. Entre sí, Nalbandian lidera 2-1 -fueron todos duelos en superficies rápidas- y el último se lo llevó el germano, hace cuatro meses.

Según el marcador parcial tras la jornada inaugural, Jaite decidirá si Nalbandian también será de la partida el sábado, en compañía de Eduardo Schwank, con quien ganó fácil el choque por parejas en la reciente final en España, también en arcilla. Schwank fue nombrado, en principio, para jugar con Juan Ignacio Chela (25º en singles), pero eso es muy probable que se cambie, sea cual fuere el resultado del viernes, por la experiencia, calidad y sobre todo la mentalidad de Nalbandian.

Se calcula que sólo si Nalbandian juega un partido muy largo y extenuante contra Mayer quedaría afuera en dobles. Ese encuentro será de gran riesgo, ya que Petzschner es uno de los mejores doblistas del circuito y en esa prueba ganó Wimbledon en 2010 y el US Open en 2011. Su compañero será Tommy Haas, ex 2º del mundo y hoy 166º. Por eso, si bien la baja de Kohlschreiber es valiosa para los germanos, Argentina puede correr mucho peligro si queda 1-1 el viernes, ante el potencial local en dobles.

Ya el domingo, Mónaco deberá medirse con Mayer, con ventaja en los antecedentes para el alemán de 5-1 e inclusive de 4-1 en arcilla. Una marca similar sufre Chela ante Mayer (4-1 para el europeo y 2-1 en cancha lenta), por lo que el capitán visitante optó por el rodaje y la chapa de Nalbandian para jugar el viernes y no Chela. En caso de que la serie quede 2-2 y se defina en el quinto choque, allí Nalbandian podría cruzarse con Petzschner.

En ese caso, el argentino está 1-0 y podría no jugar si llega muy cansado en caso de tener largos partidos el viernes y el sábado. Por otro lado, es difícil dejarlo afuera de un partido crucial por su peso específico. Una alternativa sería que Nalbandian enfrente a Haas, si es que Petzschner llega sin resto físico. La ventaja es de 3-0 para el ex top-ten (1-0 en arcilla), pero no se miden desde 2007. Chela está 1-0 sobre Petzschner y 2-2 contra Haas.

Así las cosas, hay varias opciones para barajar. Si Argentina gana, será local en abril, en cuartos de final, ante el vencedor de Japón-Croacia, más allá de quien sea su rival. En caso de un éxito de Alemania, también nipones o croatas deberán visitar suelo teutón. El equipo albiceleste tiene una leve ventaja en este debut y eso deberá demostrarlo en la cancha, allí donde se escribe la historia. Sin más vueltas.