EFE 12y

Arantxa Sánchez criticó a sus padres

BARCELONA -- Arantxa Sánchez Vicario, que presentó en Barcelona sus memorias, acusó a sus padres en su libro autobiográfico, de dilapidar los aproximadamente 45 millones de euros que habría ganado en sus 17 años de carrera, en los que llegó a ser la tenista Nº 1 del mundo.

"¡Vamos!", el grito de guerra de Arantxa que también da título a su libro, no sólo repasa la carrera tenística de la ex reina del circuito WTA, su infancia y su adolescencia, sino la difícil relación familiar con sus progenitores que, según ella, le han llevado a la ruina.

"El mazazo que he recibido en los últimos meses me ha servido para despertar y vivir la peor pesadilla posible. Aún no soy capaz de entender qué me está sucediendo: que todo por lo que he luchado, que todo lo que he conseguido, se ha esfumado sin más. Me lo dicen y no me lo puedo creer. ¿Cómo es posible que todo lo conseguido en tantos años haya desaparecido, no exista? Estoy convencida de que no puede ser cierto", afirma en el libro.

En "¡Vamos!" (La esfera de los libros), Arantxa narra sin tapujos la ahora inexistente relación con sus padres y hermanos, sus problemas con Hacienda o su feliz matrimonio con el empresario Josep Santacana, con el que tiene dos hijos.

"En cuanto conocí al que hoy es mi marido y padre de mis hijos, Arantxa y Leo, toda la familia puso de nuevo en marcha los mecanismos que habían conseguido romper mis relaciones anteriores (...) Según, ellos, ninguna de las personas que se han acercado a mí era lo suficientemente buena para que yo pudiera mantener una relación de afecto o simplemente amistad", señala.

A sus padres les echa en cara tener una actitud tan protectora con ella que acabaron por anular su personalidad: "Desde el primer momento en que se vislumbró la posibilidad de que llegara a ser jugadora profesional, mis padres estuvieron obsesionados con controlarlo todo (...) Opinaban absolutamente de todo, hasta de las cuestiones más nimias".

Arantxa pone muchos ejemplos de eso, como la vez que le propuso a su hermano Emilio -"era mi héroe y el espejo en el que mirarme profesionalmente", confiesa- ser su socia en la academia de tenis que había abierto en El Prat de Llobregat: "La respuesta de mi padre fue una rotunda negativa, y tanto para mi hermano como para mí fue un enorme disgusto".

"No puedo evitar pensar cuánto me he equivocado al no haber sido más autosuficiente en todo lo que concierne a mi carrera", escribe la menor de los Sánchez Vicario, quien se define como "la víctima y la engañada" y no como la mala hija que otros quieren hacer ver.

La mejor tenista española de todos los tiempos asegura que romper la relación con toda su familia le ha supuesto "un gran sufrimiento", pero que a lo ha hecho "por salud mental" y para poder "rehacer" su vida.

"No siento resentimiento, ni soy capaz de odiar a nadie, pero tampoco puedo ser una hipócrita y seguir fingiendo que no pasa nada: lo que ha sucedido es muy gordo, muy grave y afecta a toda mi familia, a mis planes de futuro, a la posibilidad de poder hacer una vida normal", concluye Arantxa Sánchez Vicario, quien inició acciones legales contra sus padres para recuperar lo que considera que le pertenece.

Acompañada de su marido, Arantxa acudió a La Casa del Libro para presentar su polémica autobiografía. "No os podéis imaginar lo doloroso que ha sido publicar mis memorias, pero tenía esa necesidad vital y no podía seguir simulando una relación inexistente con mis padres y hermanos", confesó.

La menor de los Sánchez Vicario no admitió preguntas y se limitó a leer un comunicado en el que ha justificado la decisión de demandar a sus padres, a quienes ha acusado de haber dilapidado su fortuna. "¿Puede alguna persona creerse que yo no quería que todos estos problemas se quedaran en la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas", manifestó la ex aguerrida jugadora, quien no quiso dar más detalles de la demanda que hay en curso, "porque eso está en manos de los abogados".

La presentación del libro de la ex número uno del tenis mundial ha estado envuelta de una enorme expectación mediática. Aproximadamente un centenar de personas, entre periodistas, operadores de televisión y fotógrafos -muchos de ellos de la denominada 'prensa rosa'- han asistido al acto, lo que sorprendió a la propia Arantxa.

"Desde la última vez que estuve en las pistas no había visto tanto periodista junto en un sala", destacó la menor de los Sánchez Vicario, quien se fue emocionando a medida que iba avanzando en la lectura del comunicado, hasta que finalmente rompió en llanto.

La actual capitana del equipo español de la Copa Fed reconoció que sus padres fueron quienes la guiaron a lo largo de su carrera, pero también los culpables de su infelicidad fuera de las pistas: "No soy una desagradecida, pero mis padres han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida".

"¿Puede alguno de mis hermanos o mis propios padres decidir con quién tengo que compartir mi vida? ¿Por qué se tienen que buscar siempre culpables a mis decisiones", se preguntó.

En este sentido, Arantxa negó que su matrimonio con Santacana le haya cambiado -"sigo siendo la misma, sólo que ahora decido lo que quiero decir y no quiero esconderme". Agregó que ahora tiene "una nueva vida", en la que su marido y sus dos hijos son su verdadera familia.

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