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Sufrir para gozar

BUENOS AIRES -- Primero hay que saber sufrir. David Nalbandian y Eduardo Schwank entendieron la premisa este sábado en Parque Roca, y en un duelo muy disputado vencieron a Marin Cilic e Ivo Karlovic por 3-6, 7-6(6), 6-3, 6-7(6) y 8-6 luego de 5 horas de juego. Ahora, Argentina le gana 2-1 a Croacia y está a un paso de las semifinales de la Copa Davis.

Como en todas las series de esta competición, el dobles cobra un valor decisivo. Por eso el equipo croata, motivado por la victoria de Cilic el viernes, puso toda la carne al asador. Karlovic ingresó en lugar de Lovro Zovko, y el equipo europeo contaba con dos de los mejores sacadores del circuito en cancha.

Por el lado argentino, la gran incógnita pasaba por ver cómo respondía Nalbandian luego de la sorpresiva caída en el single uno. Antes del partido, varios periodistas e hinchas lo criticaban por su bajo nivel y ponían en duda su incuestionable mística copera. Fieles a su espíritu triunfalista, también discutían la capacidad del capitán argentino, Martín Jaite, que debutaba como local.

Al igual que cuando juega la Selección argentina de fútbol, las voces de los simpatizantes/técnicos se hacen sentir en el ambiente, y se dan el lujo de poner y sacar jugadores y criticarlos con una soltura asombrosa. La mayoría de los comentarios eran acerca del presente tenístico de Nalbandian.

Los mismos que pedían por David para el primer punto en la final ante España el año pasado, eran los que ahora preguntaban porqué no había jugado Juan Mónaco el viernes. Claro, con el diario del lunes, opinan todos.

El nivel del match fue muy flojo, cargado de nervios y tensión. El viento también complicó el juego, levantando mucho polvo y dejando la cancha pelada. Estos factores, más la presión que sienten los jugadores en este tipo de partidos, provocó una barbaridad de errores no forzados (189 entre ambos) y doble faltas (25).

El primer punto del encuentro fue una muestra de lo difícil que sería para el equipo argentino: potente saque de Karlovic y correcta volea de Cilic, dos sólidas torres de aproximadamente 2 metros que no iban a ser demolidas fácilmente.

La clave de la primera manga estuvo en el séptimo game. Croacia se quedó con el saque del Rey David para adelantarse en el marcador, y se aseguró el set por 6-3 en apenas 32 minutos. Un flojo arranque de la dupla argentina, que cometió demasiados errores.

En el comienzo del segundo parcial, el público sintió el bajo nivel de la pareja local y el aliento comenzó a bajar de las tribunas en el estadio Mary Terán de Weiss. No hubo quiebres de saque, y se definió en un desempate.

Argentina demostró los primeros signos de vida en el tie-break. Una grán devolución de Nalbandian, que festejó con el puño bien apretado, le permitió al conjunto albiceleste igualar el partido. Todo el público se puso de pie por primera vez y se sintió el primer estallido en Lugano.

Uno de los momentos clave del encuentro fue en el séptimo game del tercer parcial, cuando estaban igualados 3-3. Ahí apareció la mejor versión del unquillense. Se puso el equipo al hombro y Argentina tuvo una seguidilla positiva para asegurarse el tercer set por 6-3. Segundo estallido en Parque Roca, todos de pie para festejar un exigido globo de Schwank que le permitió respirar e ilusionarse al equipo local.

El cuarto set fue el más irregular de todos, con dos quiebres por lado, y una vez más se decidió con una muerte súbita. Argentina perdía 1-5 y estaba con la soga al cuello. Luego tuvo una gran recuperación para igualar los tantos, pero terminó pagando demasiado caras las doble faltas de Nalbandian y la floja reacción de Schwank en la red. Los croatas le metieron más suspenso a la jornada, ganando el tie-break por 8-6.

El quinto parcial fue el más parejo. Todos mantuvieron su saque hasta el decimotercer game. Allí Argentina aprovechó su segunda chance de quiebre para marcar la diferencia y se adelantó 7-6. Con su saque, Schwank le puso el broche final al encuentro, cerró el set por 8-6 y mantuvo con vida su invicto junto a Nalbandian en la Copa Davis. Los casi 15 mil presentes se descargaron y pudieron festejar eufóricamente.

Ninguno de los jugadores que estuvieron este sábado en cancha mantuvo un nivel parejo. Hubo demasiados errores llamativos y pelotas enganchadas. Pero en los momentos en el que el juego no aparece, la carga emotiva termina siendo fundamental. A pura garra y corazón, Nalbandian y Schwank pudieron inclinar la balanza a favor del equipo argentino para conseguir un emotivo y valioso triunfo.

Así, el equipo albiceleste sigue firme en su ambición por ganar la centenaria ensaladera de plata. Fue cuatro veces finalista y sufrió otras tantas decepciones: en 1981 perdió ante Estados Unidos, en 2006 con Rusia y en 2008 y 2011 ante España. En cambio, Croacia fue campeón en 2005, cuando ganó en Eslovaquia.

Ahora la serie queda en manos de Juan Martín del Potro, que tendrá la ventaja de jugar ante un desgastado Marin Cilic. Entre el viernes y el sábado, el jugador croata estuvo más de 10 horas en cancha. En el horizonte se asoma República Checa, que le ganó el dobles a Serbia y lidera la serie 2-1. Esto sería favorable para el equipo argentino, ante una posible presencia de Novak Djokovic. Pero todavía hay que esperar.

Nalbandian no estuvo al nivel que venía mostrando en el circuito ATP hace unas semanas, cuando alcanzó los cuartos de final en Indian Wells y perdió con altura ante Rafael Nadal.
Por ciertas cuestiones físicas y mentales que influyen dentro de la cancha, puede mermar su rendimiento. Pero la energía por defender la camiseta sigue intacta. El Rey David busca su corona más importante.