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Morenas Olímpicas

BUENOS AIRES -- El deporte cubano tiene muchos grandes momentos olímpicos. Y una de las más importantes proezas de los atletas de la isla fue conquistada por su equipo femenino de vóleibol, bautizadas como las Morenas Olímpicas, al ganar tres títulos olímpicos consecutivos.

Si bien el vóleibol femenino cubano debutó en los Juegos de Munich, 1972, el nivel técnico aún no era para aspirar a logros. Las chicas llamaban la atención a los aficionados más por su estatura y fortaleza física, que por su destreza. En este evento obtuvieron el sexto lugar. En Montreal 1976 un equipo similar obtiene el quinto lugar, con triunfos finales sobre República Dominicana y la entonces Alemania Democrática. En Moscú 1980 se repitió el quinto lugar, aunque el balance esta vez fue mejor con tres éxitos y dos derrotas, sin embargo, se esperaba más de una selección que en 1978, en Leningrado hoy San Petersburgo, había conquistado su primer campeonato mundial.

Las ausencias cubanas en los Juegos de Los Ángeles 1984 (boicot) y Seúl 1988 (solidaridad con Corea del Norte) las escondió en el panorama olímpico, pero las cubanas siguieron participando en Campeonatos Mundiales, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe. En 1983 se había unido al equipo Mireya Luis, una incorporación que le daría el último salto de calidad hacia la construcción del equipo tricampeón. Mireya es considerada la mejor atacadora de todos los tiempos.

EL INICIO DE LA HAZAÑA EN BARCELONA '92
La historia grande comenzó a escribirse en Barcelona, en 1992. Cuba regresó aquel año a las citas olímpicas estivales. Bajo la dirección de Eugenio George, elegido entrenador del Siglo XX en la rama femenina, el equipo fue desandando el torneo sin mayores complicaciones.

En semifinales, se eliminó con un rival especial, Estados Unidos. Y allí las Morenas batallaron desde atrás, para imponerse finalmente 3 a 2 y meterse en la final.

El partido decisivo fue ante el Equipo Unificado, denominación bajo la que participaron en la Ciudad Condal, Rusia y las 12 exrepúblicas soviéticas. Lideradas por el ataque de Mireya Luis y la combatividad de la joven Regla Torres, logran vencer a dicho rival en cuatro sets, 16-14, 12-15, 15-12 y 15-13.

Las 12 fundadoras de la dinastía más gloriosa del voley femenino cubano fueron: Ana María García; Mercedes Pérez, conocida como Mamita; Mireya Luis; Nelly Barnet; Regla Torres; Regla Bel; Lily Izquierdo; Ana Ivis Fernández; Idalmis Gato; Marlenis Costa y Raysa O'Farrill.

ATLANTA FUE LA CONTINUIDAD
La cosa arrancó muy oscura en los Juegos de Atlanta. Dos derrotas a manos de las brasileñas (con el correr de los años se convirtió en un clásico muy picante, que tuvo su inicio en el Mundial '94 disputado en Brasil, donde Cuba se coronó campeón sin perder un set) y las rusas durante la ronda eliminatoria del grupo B, celebrada en el Omni Coliseum, hicieron pensar a muchos que a las cubanas les resultaría prácticamente imposible repetir la medalla de oro alcanzada cuatro años atrás en Barcelona.

Quedaron terceras y el cruce volvió a ser un compromiso decisivo contra las estadounidenses. A partir de este choque el equipo levantó su nivel. Algo había cambiado, ya que en el primer set, Cuba venció a Estados Unidos ¡15 a 1!. Con el 3 a 0 a USA, la historia viró.

El siguiente paso que se presentaba, además de ser dificil olía a revancha. Brasil estaba en el camino y fue una verdadera batalla épica. Fue set a set, siempre con Brasil en ventaja, hasta llegar al tiebreak. Allí explotó la potencia de Mireya Luis, y de un ataque suyo llegó la victoria. La descarga de la cubana en el festejo enardeció a las brasileñas y a punto estuvo de transformarse en una gresca de proporciones.

Con esa energía Cuba se metió en la final y allí logró vencer a las invictas chinas por 3 a 1. El equipo estaba integrado por: Magaly Carvajal; Regla Torres; Regla Bell; Lilia Izquierdo; Mireya Luís; Yumilka Ruiz; Idalmis Gato; Ana Ivis Fernández; Marlenis Costa; Taismaris Agüero; Raisa O' Farrill y Mirka Francis, continuando bajo la guía de los entrenadores Eugenio George y Antonio Perdomo

EL BROCHE DE ORO LLEGÓ EN SYDNEY 2000
Las dobles campeonas de Barcelona 1992 y Atlanta 1996 habían incrementado su record y su prestigio con tres títulos mundiales y otras tres Copas del Mundo. Por ende, llegaban a los Juegos que despidieron el milenio con el propósito de obtener su tercera medalla olímpica y como firmes candidatas.

El camino hacia la final no tuvo demasiadas alteraciones. Pero un poderoso equipo ruso las esperaba en ese encuentro decisivo. El sueño de una tercera corona olímpica, inédito hasta entonces, parecía esfumarse luego de que las rusas dirigidas por el también prestigioso Nikolai Karpol, ganaron los dos primeros sets en definiciones cerradas de 27 a 25 y 34 a 32.

A partir de allí levantó mucho el nivel de Regla Torres, sobre todo en bloqueo y afloró la garra del resto. Las Morenas del Caribe tiraron fuego sobre el Taraflex y llevaron el juego al quinto set, tras imponerse 25 a 19 y 25 a 18 los siguientes dos parciales.

Ya entonces se habían hecho cargo del dominio psicológico del partido y cerraron la final con un contundente 15 a 7 que les permitió colgarse su tercera medalla dorada olímpica consecutiva, algo que nadie pudo repetir hasta aquí.

Las integrantes del equipo fueron: Regla Torres; Regla Bell; Lili Izquierdo; Mireya Luis; Yumilka Ruiz; Idalmis Gato; Ana Ibis Fernández; Marlenis Costa; Taesmaris Agüero; Raisa O' Farrill; Mirka Francis y Martha Sánchez, y siempre guiadas por Eugenio George y Antonio Perdomo.

Hoy el voley femenino de la Isla ha perdido preponderancia, pero nadie podrá olvidar esta enorme generación de atletas que llenó de oro al deporte cubano.

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