Emanuel Rebollo 12y

Héroe del agua, rey de la selva

BUENOS AIRES -- Edgar Allan Poe, Mariliyn Monroe. Bob Dylan y Karl Marx lo acompañan en la histórica imagen. Johnny Weissmuller se ganó su lugar en la portada del revolucionario disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de Los Beatles por ser el más popular de los intérpretes de Tarzán. Su nombre se asocia inmediatamente con el personaje cinematográfico, y su carrera como deportista pareciera pasar a un segundo plano. Sin embargo, como nadador fue tan exitoso- o más- que como actor. Su palmarés ostenta cinco medallas de oro y un bronce olímpicos, 52 campeonatos nacionales y un total de 67 récords mundiales.

Weismuller afirmó en una ocasión que "la competición atlética entre personas y naciones "debería reemplazar la violencia y las guerras". Pero paradójicamente, en su infancia no existía el menor indicio de esta pasión hacia el deporte. Enclenque y de frágil estado de salud, sufría constantes anemias, gripes y resfríos que le despertaron "alergia" al ejercicio.

El encargado de torcer su destino fue Bill Bacharach, el entrenador de natación del Illinois Athletic Club. Convenció al joven de 15 años para que empezara a practicar el deporte y así ayudar al desarrollo de su físico. Desde ese momento, Bacharach lo acompañó a lo largo de una carrera repleta de logros. El primero llegó temprano, dos años después del primer contacto de Weismuller con una pileta. Ya medía casi 1.85 y pesaba 73 kilos cuando quebró los récords en Estados Unidos de 50 y 200 yardas estilo libre.

Un desfasaje de medio año le impedían formar parte del equipo de natación nacional. Weismuller había nacido en la ciudad de Szabadfalu, en Banat, la actual Rumanía del Imperio Austrohúngaro, y con sólo siete meses había arribado con su familia a Norteamérica a bordo del S.S Rótterdam. Para poder competir falsificó su ficha: indicó que su lugar de nacimiento había sido Windber, Pensilvania.

En 1922 se transformó en el primer atleta en nadar los 100 metros estilo libre en menos de un minuto, con una marca de 58,6 s. De esta manera, llegó como principal favorito a los Juegos Olímpicos de París. En el Estadio de Tourelles de la capital francesa, se consagró en los 100 y 400 metros libre y en la posta 4x200. En la primera prueba destronó nada menos que al legendario Duke Kahanamoku, considerado el padre del surf. En París, además sumó una cuarta medalla: bronce con la selección de waterpolo. Cuatro años después, en Amberes, volvió a conseguir el oro en los 100 metros y en la posta.

El físico, que en sus primeros años de vida lo había hecho padecer, fue el que atrajo al mercado de la publicidad y el cine. Fue modelo de una marca de ropa interior, y empezó a hacer sus primeras apariciones en la pantalla grande en Glorifying the American Girl.

El ofrecimiento para personificar a Tarzán le llegó de una manera casual. El guionista de MGM Cyril Hume lo vio nadando en la pileta de un hotel, y enseguida lo imaginó como el protagonista de la historia de Edgar Rice Burroughs que la productora estaba buscando.

La saga de doce películas con Weismuller como actor principal comenzó en 1932 con Tarzán de los monos, un éxito rotundo en las taquillas. "¿Cómo puede un tipo subirse a los árboles, decir 'yo, Tarzán, tú, Jane' y hacer un millón de dólares?", bromeaba en las entrevistas. No se creía un gran actor. Conocía muy bien sus limitaciones. "Los productores nunca se hicieron ilusiones sobre mis cualidades dramáticas. Nunca tuve que aprender un texto ni un gran diálogo", se sinceraba. Seguramente por esta razón, tras abandonar el papel de Tarzán tomó otro muy similar. Contratado por Columbia Pictures, interpretó al personaje de historietas Jungle Jim en trece películas y en una serie televisiva.

Entre 1921 y 1929, cuando se retiró, nadie consiguió derrotarlo. Nueve años invicto. Cambió las pautas para el estilo crol, vigentes durante treinta años. Batió tres plusmarcas un mismo día, el 5 de abril de 1927. Sin embargo, a la imagen del nadador se impone la del Rey de la Jungla: trepado a los árboles, emitiendo el aullido que él mismo hizo famoso. En obediencia al pedido de Weismuller, se reprodujo en su funeral una grabación del inconfundible grito. Fue un atleta toda su vida, sí. Pero fue Tarzán hasta la muerte.

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