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Un buen augurio

Messi fue la gran figura de Argentina en el triunfo ante Ecuador EFE

BUENOS AIRES -- La sentencia que partió desde la tribuna argentina no se limitó a un canto burlón, propio del folcklore futbolero. El "No se puede", irónico con el tradicional "Sí se puede", no hacía otra cosa que reflejar lo que se veía en la cancha. Claro, corrían apenas 31 minutos y Ecuador ya perdía 3-0 en el Monumental.

La duda que mostró Sabella en la víspera al partido, terminó por despejarse con la planilla de las formaciones. Entre equilibrar el mediocampo con Sosa o potenciar el ataque, el DT argentino optó por la segunda opción. Adentro Messi, Agüero e Higuaín. Y de paso, le trasladó la preocupación a su colega.

La resistencia le duró 20 minutos al conjunto de Rueda. Tiempo suficiente para que se quebrara la línea de cinco mediocampistas. Messi se encontró con Di María y el de Real Madrid "le pinchó" el balón a Agüero, quien abrió el marcador con un derechazo cruzado y se regaló un festejo en su cumpleaños 24.

A los 30, Gago tocó corto, Messi arrastró la marca de dos rivales y dejó mano a mano a Gonzalo Higuaín para que ampliara la diferencia. Y un minuto después, una contra letal terminó en devolución de gentilezas. Robó Mascherano, tocó Gago, encaró Leo, tiró la pared con Pipita y el 10 definió de primera, al ángulo.

El partido dejó de ser partido. Estaba claro que no se podía contra ese potencial ofensivo. La intención previa de Ecuador de hacerse fuerte mediante la tenencia del balón quedó reducida a la nada. La pelota fue un bien escaso para el conjunto visitante, que debió limitarse a buscar con pelotazos largos al solitario Benítez.

Interesante la presión que ejerció Argentina, provocando errores del rival. La ubicación de Mascherano, bien cerca de los centrales Garay y Fernández, permitía que los laterales se transformaran en mediocampistas por las bandas. Puede que lo de Zabaleta y Clemente Rodríguez haya sido lo más flojo en una presentación sólida del equipo. Si bien aportaron para la rápida recuperación de la pelota, no pesaron en ofensiva y dieron ventajas atrás.

Recién en el complemento, ante una Argentina que decidió regular los esfuerzos y cuidar las piernas, Ecuador se animó un poquito más. Clave en este aspecto fue el ingreso de Jefferson Montero. El punta de Betis fue el único capaz de llevarle peligro a Romero.

Rueda había manifestado que tenía tres alternativas para controlar a Messi: "Tener el balón, impedir que le llegue y controlarlo si llega". Nada de eso ocurrió. El propio entrenador reconoció post 0-4 que no pudieron "contrarrestar la propuesta ofensiva de Argentina". No, esta vez no se podía con ellos.

En una noche inspirada, Messi hizo de las suyas. Después de una apilada genial del medio hacia la izquierda, Alexander Domínguez debió esforzarse para despejar su remate. Y de otro jugadón del crack del Barcelona llegó el definitivo 4-0. Luego de mil amagues remató al arco, salvó Guagua, el ingresado Sosa recuperó el balón por izquierda y tocó atrás para que Di María remate cruzado de zurda.

No faltará el que minimice lo logrado por la endeblez del rival, al que su técnico calificó de falto de "personalidad". Lo cierto es que Argentina venía de empatar 1-1 en casa ante Bolivia en la doble fecha pasada, allá por noviembre. Vale entonces haber vapuleado al conjunto que llegaba con menos goles en contra (2) a esta 5ª fecha de Eliminatorias sudamericanas.

Lo dijo Sabella en conferencia: lo más importante fueron los tres puntos y la cantidad de tantos anotados. También resulta valioso el mensaje mesurado del técnico luego de una performance y un resultado que invitan a entusiasmarse. Sobre todo por las causas, la mancha fueron las amonestaciones de Agüero y Mascherano, quienes no podrán estar frente a Paraguay.

Messi jugó a su máxima expresión. Fue un póker de goles, de cuatro autores distintos, para alcanzar la cima en soledad, rumbo a Brasil 2014. ¿Brasil dijimos? Sí, el rival "amistoso" del próximo sábado, para aprovechar la fecha libre.

Los cabuleros y supersticiosos pensarán que haber vencido de esta forma a un adversario de camiseta amarilla es un buen augurio de cara al duelo de New Jersey. Mejor es esperar una actuación similar de Messi y sus compañeros, para no depender de ningún designio sobrenatural.

A propósito, para sobrenatural ya está Leo.