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Una Leona y su presa más deseada

¿Existen en la realidad esos momentos mágicos, donde todo sale perfecto, en el tiempo indicado y el lugar exacto? La historia de Luciana Aymar, la argentina súper estrella del hockey sobre césped mundial, parece inclinar hacia el sí la respuesta a esa pregunta.

Con casi todos los laureles colgados en su cuello, hubo dos hechos particularmente intensos en su carrera. El primero fue haber logrado llevar a su selección nacional al título mundial en un torneo que se jugó en su propia ciudad, Rosario.

Con su familia, sus amigos de la infancia y de la adultez y todo un público que, sin conocerla personalmente, la conocía y mucho. Eran esas personas que alguna vez se la habían cruzado en un supermercado, en un cine o un restaurant. Y luego habían contado esa experiencia como una odisea.

"Pensé que era imposible que se diera otro sueño como el del Mundial 2010, festejando con toda mi gente y en mi casa. Pero pasó; porque lo imposible no existe, está sólo en nuestras mentes"

-- Lucha Aymar

En ese contexto, Aymar llevó a Las Leonas, sus Leonas, a su segundo título del mundo, en aquel septiembre de 2010 inolvidable. "¿Qué más se puede pedir después de esto; de ganar un mundial en el patio de mi casa?", preguntaba por aquel entonces Lucha.

Pero había más cosas por pedirle al destino. Y no iban a tardar en llegar.

"Cuando llegué a Rosario hace una semana pensé que era imposible que se diera otro sueño como el del Mundial 2010, festejando con toda mi gente y en mi casa. Pero se repitió; porque lo imposible no existe, está sólo en nuestras mentes", decía Lucha cuando, algo más de un año después del título mundial, Argentina se volvía a consagrar campeona en Rosario, su ciudad natal.

Esta vez, el festejo era por haber ganado el Champions Trophy, el torneo anual de selecciones más importante del hockey mundial. La ciudad santafesina había vuelto a ser sede de un evento grande de este deporte, y Aymar y compañía no habían dejado pasar la chance de sumar otro título.

Ese fue el segundo momento cúlmine en la carrera de Lucha. Tal vez otros títulos, como el primer mundial ganado por Argentina en 2002 en Australia, hayan sido más trascendentes para la historia. Pero para Aymar, desde lo emocional, volver a sus pagos y terminar con otro oro colgado del cuello era un hecho que se subía, seguro, al podio de su vida deportiva.

El rubro momentos perfectos está bien nutrido en la trayectoria de Aymar, eso queda claro. Tal vez para cualquier otro, el cuadro ya sería perfecto.

Para ella no.

Los Juegos Olímpicos son la única gran cuenta pendiente que tiene Luciana, y que tiene el hockey femenino de Argentina.

El nombre Las Leonas surgió de la mano de Sergio 'Cachito' Vigil durante los Juegos Olímpicos Sidney 2000. En esa oportunidad, Argentina llegaba a la segunda ronda con escasas chances de alcanzar la final, ya que debía ganar tres duros cotejos.

Como unas leonas, las chicas encabezadas por Vanina Oneto, Karina Masotta y una joven Lucha, lograron el objetivo de llegar a la final. Pero allí se encontraron con la gigante australia, defensora del título olímpico. Y sucumbieron por 3-1. Se llevaron la medalla de plata, inédita para nuestro país en esta disciplina. Y el orgullo de ser Las Leonas.

Pero sí, la presea dorada de los Juegos Olímpicos es prácticamente la única meta sin cumplir que le queda a Aymar, que además anunció su retiro del equipo nacional argentino luego de Londres 2012.

No es sólo un sueño; tiene argumentos reales para pensar que puede ocurrir. Argentina llega a Londres 2012 como campeona mundial y ganadora de cuatro de los últimos cinco Champions Trophy.

En síntesis: En su último torneo, la chance de alcanzar el único logro que aún se le resiste y retirarse absolutamente bañada en gloria.

¿Existen en la realidad esos momentos mágicos, donde todo sale perfecto, en el tiempo indicado y el lugar exacto?

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