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Espíritu de superación

PARIS -- Si no pudieron verlo en vivo, imaginen la situación: Maria Sharapova sentada, esperando el momento de recibir la copa en manos de Monica Seles, seguramente repasando imágenes de la final o el torneo, intentando caer de la nube en la que estaba, y la presentadora del torneo, que no es la de los partidos anteriores sino una persona contratada para la final, anuncia: "Recibimos a la finalista de Roland Garros... Mariaaa Sharapovaaa".

La rusa miró con algo de seriedad a la presentadora y, en una segunda reacción, lanzó una sonrisa. Sara Errani jugó la mejor parte: alzó los brazos como si ella fuera la campeona, gesto que fue aplaudido por Maria. La "voz del estadio" se corrigió, Errani dio su discurso como la real finalista del torneo y Sharapova buscó en su raquetero un papelito. Allí se leían palabras clave del francés para el discurso de agradecimiento.

Todo pensado al detalle, también la acción de ir a buscar su reloj de marca, que le guardaba su colaborador (y ex tenista) Cecil Mamiit, para lucirlo en las entrevistas en cancha. Hay momentos "genuinos" en la secuencia de actos de Sharapova campeona: las rodillas en el suelo al ganar el último punto, el "Oh mi Dios" al mirar a su banco y las lágrimas cuando sonó el himno de Rusia.

Sharapova es la primera tenista mujer cuyos primeros cuatro torneos de Grand Slam son distintos: Wimbledon en 2004, US Open en 2006, Australia en 2008 y Roland Garros para completar el álbum. En hombres, sólo lo habían hecho Donald Budge y Andre Agassi. Pese a que la conocemos hace rato a María, todavía es joven para seguir sumando: 25 años apenas.

Hace unos años, Sharapova no sabía resbalar en polvo de ladrillo, y el proceso de aprendizaje fue lento y progresivo. La rusa cita como una muestra de sus progresos un partido a tres sets que perdió con Justine Henin, la mejor jugadora de polvo de ladrillo de los últimos años, en Roland Garros 2010. La belga, ya retirada, escucha esas palabras desde su puesto de comentarista en Eurosport. Del otro lado del océano, Yuri, el padre de Sharapova, recibe el llamado de su hija mientras anda en bicicleta cerca de las playas de La Florida. "Me dijo algo como 'te felicito, hablamos luego que estoy en la bicicleta'. Así de extraña es mi familia". En 2004, cuando ganó Wimbledon, María intentó llamar a su madre y ella no le respondía.

La campeona presenta una típica historia de gloria-caída-recuperación. Problemas en el hombro derecho –ligamentos y hueso- la alejaron poco menos de un año en el 2009, y debió recomenzar fuera del puesto 100 del mundo. Recuperación progresiva de la mano del nuevo entrenador, Thomas Hogstedt, hasta llegar a un nuevo Grand Slam y el Nº 1 del mundo, que ocupará desde este lunes. Por eso hoy la escuchamos mencionar frases que parecen extraídas de libro de autoayuda. Consejos para ser un/a campeón/a.

"Cuando las cosas no funcionaban, le gritaba a mi gente: '¡Me estás prometiendo cosas que no están ocurriendo!' y tenía mis dudas, pero seguía buscando y no permitía que nadie me dijera lo contrario".

"No empiezas en la central en París, sino en el court Nº 18 a una edad más temprana. Por eso estoy muy contenta por este largo viaje y lo que he logrado".

"Probé que no importa cuántos golpes recibí en mi carrera, siempre me pude recuperar. Nunca puse excusas".

"Siempre escuché mi voz interior y esta siempre me dijo que por alguna razón, estoy destinada a ser mejor. Estoy destinada a tener éxito otra vez".

Como si estuviera guionado, apenas unos minutos después de que Sharapova lanzara estas frases dignas de autobiografía, Paulo Coelho escribió a sus 4.500.000 en twitter: "Danzaste como un hada, peleaste como una tigresa. ¡BRAVO Maria Sharapova!". No es broma, lo escribió el brasileño desde su cuenta verificada.

"Lo que hizo Sharapova es muy elogiable. Volver de una lesión es difícil para un tenista", opinó esta semana Steffi Graf en el sitio The Tennis Space. "Cuando conoces los nombres de los hospitales de cada ciudad, no es bueno. Todavía siento efectos residuales de lo que fue mi carrera y es peor a medida que pasan los años. Envejecemos más rápido que los que no practicaron tenis".

Maria todavía no llegó a esa parte. "Definitivamente, este título me dará mucha confianza para lo que viene", dice ella, quien buscará el título en Wimbledon y disputará sus primeros Juegos Olímpicos. Primero, unos días libres, lo cual también necesita un tiempo de debate: "Estábamos conversando con mi entrenador si me debería tomar tres o cuatro días. Yo iba por cuatro, él por tres, lo cual es típico. Llamé a mi madre y hablamos un poco, y me dice: 'Bueno, ahora tienes esos cuatro días para descansar. No, ma, serán tres. Bueno, lo que sea, disfrutá de tus tres o cuatros días libres, y luego vuelta a trabajar'".