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La estrella tardía

Hooker apareció en la escena internacional recién a los 23 años Getty Images

BUENOS AIRES -- Con 23 años, ningún resultado trascendente en su haber y aún sin poder convertirse en profesional, todo parecía perdido para el saltador con garrocha australiano Steven Hooker. Después de una auspiciosa carrera como juvenil, el rubio atleta había desaparecido de la escena internacional.

A esa edad, todavía era "el hijo de". Sí. Porque la madre de Steven es Erica Hooker, una saltadora en largo que había representado a su país en los Juegos Olímpicos de Munich 1972 y que, incluso, había ganado una medalla de plata en los Juegos de la Commonwealth Edmonton 1978.

También su padre, Bill, había logrado reconocimiento como deportista, ya que fue un corredor de 400 y 800 metros y también integró la delegación australiana que compitió en los Juegos de la Commonwealth de 1974.

Steven, hombre de bajo perfil, se había tomado las cosas con calma. Sin demasiado estrés. Inclusive, pese a que su especialidad siempre fue el salto con garrocha, se dio el lujo de participar como amateur en carreras de velocidad de 100 y 200 metros.

Pero lo cierto era que, con 23 años, ya casi nadie daba nada por él como atleta.

Eso, hasta que pasó de su tranquilidad habitual a un crecimiento tan fulgurante como inesperado.

El click fue en 2006.

Luego de años sin un resultado que mostrar al mundo, allí empezó una catarata. Los Juegos de la Commonwealth, en los que participan los países del Reino Unido y todas sus actuales o ex colonias, se realizaron ese año en Melbourne, una de las ciudades más grandes del país natal de Hooker.

Eso le dio abrió una gran chance a Steven. Porque con sus raquícos antecedentes, le era muy difícil conseguir el sostén para salir a competir en reuniones internacionales.

Pero esta vez venían todos a sus propios pagos. El espigado atleta sabía que no podía dejar pasar la oportunidad. Y no lo hizo.

Se quedó con el título en esa competencia, gracias a un salto de 5.80 metros, y allí comenzaron a llegar los ofrecimientos de sponsors y la posibilidad de dedicarse al cien por ciento al atletismo.

Nacido el 16 de julio de 1982, Hooker ya había cumplido 24 cuando se realizó la Copa del Mundo de Atletismo, en la que los atletas compiten por su continente, y no por su país. Fue allí donde se produjo su gran y definitivo despegue.

Con otro salto de 5.80, Hooker ganó la medalla de oro y allí se acabaron no sólo sus dudas sino también las de su entorno. Fue recién ahí que se sintió un atleta de elite.

"En Londres quiero defender mi título olímpico como sea"

-- Steven Hooker

Luego de un 2007 de transición, llegó su año más brillante: 2008.

Comenzó la temporada con un tercer puesto en el Mundial bajo techo de atletismo de Valencia, y todo se revolucionó en los Juegos Olímpicos Beijing 2008. Logró una marca de 5.96 metros, con la que no sólo obtuvo la medalla de oro, sino también el récord olímpico.

Steven ya no era "el hijo de". Era, simplemente, Steven Hooker.

Para 2009, algunos escépticos todavía pensaban que lo de Hooker había sido casualidad. Que sólo había sacado provecho de una época de bajo nivel del salto con garrocha. Que lo suyo quedaría en la historia como una tormenta de verano, casi como una casualidad.

Ese tipo de opiniones no tardaron mucho en acallarse. Porque en febrero, el australiano realizó en Boston, Estados Unidos, un espectacular salto de 6.06 metros, que lo transformó en el segundo mejor saltador de la historia, sólo por detrás del ucraniano Sergei Bubka, que tiene el récord mundial desde 1994 con 6.14.

La consolidación llegó en el mundial al aire libre de Berlín, donde pese a tener una lesión en la corva, consiguió el título. Allí saltó 5,90 en apenas su segundo intento del torneo. Sabía que el dolor no le iba a permitir muchas opciones, y fue por todo enseguida.

Su dominio abrumador de la disciplina llegaría hasta el mundial bajo techo de atletismo Doha 2010, donde otra vez dejó sin posibilidades a sus rivales. En ese caso, con una gran marca de 6.01 metros. Se colgó la medalla de oro y, de allí en más, se dedicó a pensar y preparar los Juegos Olímpicos Londres 2012.

"Estoy nervioso porque en Londres quiero defender mi título olímpico como sea", afirmó a principios de año, repasando sus últimos tiempos ensombrecidos por una lesión de rodilla que hasta le impidió clasificar a la final del Mundial al aire libre Daegu 2011.

Lo cierto es que, desde hace tiempo, en Australia el apellido Hooker se asocia directamente a Steven. No sólo dejó de ser "el hijo de", sino que además, si alguien pregunta por Erica o Bill Hooker, la respuesta inmediata es "sí, son los padres de Steven".