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Con gusto a decepción

AP

BUENOS AIRES -- Boca no jugó mal ni fue superado por su rival, queridos lectores. La decepción viene por otro lado: la falta de suerte para doblegar a un equipo brasileño que se parece más el Inter de Milán o el Chelsea que un equipo representativo de Sudamérica.

Tirado a la especulación total, destruyendo más que construyendo, el Corinthians salió a jugar su partido no contra Boca, sino contra sí mismo...

Y en pocas palabras, con una férrea defensa, con un mediocampo muy metedor y con salida vertiginosa, le alcanzó para complicar a un Boca que no estuvo con todas sus luces.

Otra vez, las grandes luminarias de Boca estaban en la tribuna, pero en la cancha Boca defraudó por no haber tenido las variantes necesarias. Y se vio a Silva, a Ledesma y a Mouche demasiado imprecisos. Por lo contrario, Somoza jugó jugó su mejor partido en Boca. Una de cal y una de arena.

El Corinthians fue más inteligente para plantear el partido. Aunque se olvidó de algo fundamental: ganar.

Es sabido por todos que el Corinthians juega mejor de visitante. De local, le pesa una enormidad ser protagonista y la historia le puede jugar una pasada fatal dentro de una semana.

Boca está mas preparado, tiene más plantel y es el favorito. Pero no alcanza.

El joven hijo de Romario puede arruinarle la vida a Boca. Es el mayor peligro del Corinthians. ¡Definió como un maestro y todo indica que la historia no le pesa en lo más mínimo!

El arbitraje fue desastroso, tanto Boca como Corinthians debieron terminar con uno o dos jugadores de menos. Muchos fuera de juego estuvieron mal marcados. En el gol de Boca, todavía me queda la duda por la posición de Roncaglia.

Otra vez, lo mejor se vivió afuera del estadio, con un barrio convulsionado como no se lo ve en ninguna otra actividad social a lo largo del año. Sólo el deseo infinito de ver jugar a Boca atrae a personas de todas partes del mundo que convierten a cada calle del barrio en Florida o Corrientes. Demasiada gente para tan pocas esperanzas.

Desde las dos de la tarde ya había mucha gente merodeando, esperando el resultado que no llegó. Hay algo en el aire que sabe a decepción. No por Boca, ya lo dije, sino por no saber aprovechar una situación única.

El equipo de Falcioni se descuidó en el fondo y la pagó muy caro.

El equipo de Brasil se lleva un punto no merecido, pero imagino que pagará cara su especulación y en su propia tierra. No se puede ganar una Copa jugando a defenderse. Hay que atacar, hay que ser protagonista, hay que jugar un fútbol positivo.

Todavía faltan 90 minutos más. Boca es más, pero le cuesta encontrarse con su fútbol.
Es archisabido que en Brasil Boca se agranda y logra imponer su juego.

¿Será así?