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Rivera muestra molestia en Carolina

SPARTANBURG -- Aproximadamente a una hora de haber comenzado la práctica del miércoles, el entrenador en jefe de los Carolina Panthers, Ron Rivera, llamó a sus jugadores cerca de mediocampo y los regañó por varios minutos, enviando un mensaje lo suficientemente fuerte como para que todos escucharan con claridad.

Rivera no suele gritar, así que cuando alza la voz sus jugadores escuchan.

"Tiene una manera de hacer valer su punto cuando lo quiere hacer", admitió el mariscal de campo veterano, Derek Anderson.

El entrenador de segundo año de Carolina estaba molesto con el ritmo mostrado por los jugadores después de que les permitiera entrenar en pantaloncillos y hombreras, en lugar de equipamiento completo.

Estaba decepcionado porque a sus ojos, se "desperdiciaron" dos periodos de práctica.

Rivera estuvo mucho más calmado después de la sesión que durante ella.

"Simplemente estaba haciendo valer un punto", dijo Rivera. "Quería cerciorarme de que la gente entendiera el modo en que había que entrenar. Empezamos a retroceder un poco [del equipamiento completo] porque estamos empezando a considerar el tiempo de juego. Nuestro ritmo no fue bueno".

Los Panthers abren su pretemporada el sábado por la noche recibiendo en casa a los Houston Texans.

"Muchas oportunidades están siendo desperdiciadas por no entrenar fuerte", declaró Rivera. "Sólo porque retrocedimos un poco no significa que no entrenamos fuerte. Quiero hacerles entender que no importa si estamos equipando o no, estamos compitiendo".

El apoyador, James Anderson, dijo no creer que se tratara de una falta de esfuerzo, sino que algunos jugadores jóvenes simplemente no comprenden la clase de ritmo que debe tener el entrenamiento.

Dijo que eso hizo parecer que no estaban intentando con fuerza.

Rivera habló con los jugadores jóvenes, diciéndoles que los Panthers colocaron a 17 jugadores en la lista de reservas lesionados en el 2011, y muchos de esos reemplazos fueron jugadores que habían estado en el campamento de los Panthers que no se quedaron en la plantilla de 53 jugadores.

En otras palabras, aún cuando parece que serás cortado, hay que tener en cuenta que la oportunidad puede llegar más adelante.

"Así que deben aprovecharlo al máximo", explicó Rivera.

Dijo que el ritmo de la práctica sí mejoró después de su regaño.

"Estuve complacido con su esfuerzo y el modo en que salieron de vuelta", declaró Rivera.

James Anderson dijo que no fue la primera ocasión en que Rivera permitía concesiones con la utilería al equipo, pero dijo que las ocasiones habían sido contadas desde que reemplazara a John Fox como entrenador en jefe en el 2011.

"Cuando entrenas sin la utilería completa, eres capaz de dejar que tus piernas descansen un poco, pero tu mente no puede hacerlo", confesó. "Aún debes estar mentalmente en las repeticiones".

A diferencia de Rex Ryan, el extrovertido entrenador en jefe de los New York Jets, Rivera no obligó a su equipo a correr como castigo durante la sesión.

Rivera cree que su mensaje fue comprendido.

El entrenador en jefe piensa que como grita tan poco, tiene un efecto mayor cuando trata de aclarar un punto.

"Así lo creo", dijo Rivera. "Cuando sí tengo algo qué decir trato de escoger los momentos. Confío en que mis asistentes hacen su trabajo, y para eso son contratados. Hacen un buen trabajo. Pienso que la clave para mí es cuando no se están haciendo las cosas, recae sobre mí. Es mi responsabilidad asegurarme de que estamos haciendo las cosas bien".

Rivera siempre ha sido un tipo animado.

Una vez que habla de fútbol americano, a veces se emociona de manera que no puede sacar todas las palabras al mismo tiempo. Y se preocupa por felicitar a sus jugadores cuando están haciendo las cosas bien.

Pero también demanda muchas cosas de ellos.

"Les das una palmada en la espalda cuando es necesario, y asumes un papel duro cuando es necesario", explicó Rivera.

El ala cerrada, Gary Barnidge, describió a Rivera --quien jugara como apoyador para los Chicago Bears por nueve temporadas-- un "entrenador fuerte, duro", y esa personalidad resuena en el vestidor.

"Es lo que nos gusta de él", explicó Barnidge. "Es muy directo y muy honesto con nosotros".