Robin Hackett 12y

Southampton, temporada 2012/13

LONDRES -- Southampton ha estado viviendo la buena vida un poco más de tiempo, aunque los mejores años recién llegaron después de la quiebra. Una estancia de 27 años en la máxima categoría llegó a su fin en el 2005, cuando el club fue relegado durante el ejercicio de Harry Redknapp, y la imprudencia financiera, a pesar de las ventas de Theo Walcott y Gareth Bale, dieron lugar a la quiebra en el 2009. El descenso a la League One se produjo poco después.

Fueron rescatados por la absorción de Markus Liebherr y, a pesar de la muerte del empresario suizo en el 2010, han reconstruido el equipo y regresado a la elite del fútbol inglés con dos promociones consecutivas. A pesar de que se convirtieron en los principales gastadores de la League One bajo Alan Pardew, fue recién con el nombramiento de Nigel Adkins que los motores se pusieron en marcha. Cuando llegó en septiembre del 2010, los Saints estaban 22° en la tercera categoría, y en abril de este año le pusieron fin a una ausencia de siete años en la Premier League.

Adkins se merece mucho crédito. A pesar de haber tenido un presupuesto superior, ha sido cuidadoso en su trabajo y ha investigado sus objetivos con diligencia. Las £7 millones que habrían gastado para sacar a Jay Rodríguez de Burnley este verano parecen un riesgo, pero los 21 goles del joven de 23 años en todas las competiciones la temporada pasada sugieren que puede tener un impacto en la Premier League. Nathaniel Clyne, un joven defensor altamente calificado, ha venido del Crystal Palace, mientras que el centrocampista Steven Davis, de regreso en Inglaterra después de cuatro años con los Rangers, se adapta bien al estilo pasador del club.

Los Saints están comprometidos con el fútbol de posesión -- quizás demasiado comprometidos, ya que no parecen tener un plan B -- y podrían encontrar su enfoque inadecuado para un arranque realmente complicado: sus primeros cuatro encuentros incluyen partidos contra el Manchester City, el Manchester United y el Arsenal. Esperan seguir el ejemplo de Swansea, cuyo compromiso con el juego de pases no se quebró a pesar de la derrota por 4-0 ante el Manchester City en su primer partido el año pasado.

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