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Checo Pérez: El Graduado

MÉXICO -- Con el lance que hoy tuvo el piloto mexicano Sergio Pérez, frente al doble campeón de la Fórmula Uno, y sin lugar a dudas uno de los mejores de todos los tiempos, Fernando Alonso, definitivamente se graduó como uno de los más aguerridos competidores.

Y no es fácil para alguien como Checo que llegó en calidad de "consentido" al que calificaron como postor de un asiento en la categoría, más allá de siquiera poner en tela de juicio su calidad, algo que él discretamente se encargó de acallar, no sólo por los tres podios que ya avalan su corta trayectoria, sino por la forma en que se desempeña en cada una de las carreras.

Por eso lo de hoy, más que casualidad es eso exactamente, su graduación como piloto de Fórmula Uno, porque ya no quedan dudas, Checo es grande y tiene habilidad, enjundia y sobre todo muchas ganas de ser y no solo de parecer.

Monza fue su gran escenario, porque no cualquiera se atreve a enfrentar en cerrado duelo a un Fernando Alonso que si todo ocurre como se prevé y existe la justicia, habrá de coronarse por tercera ocasión en la categoría, validando su condición de ser el mejor de esa constelación de estrellas que compiten por la corona, incluido el poseedor de los máximos récords de todos los tiempos, Michael Schumacher, en la que, ya es considerada si no la mejor, una de las más espectaculares temporadas en la historia de la categoría.

Y ahí se incrusta la figura de este jovencito, producto del ambicioso proyecto de Carlos Slim Domit, quien gracias a su pasión por el deporte motor y la fortuna de contar con el privilegio de ser heredero de la fortuna más grande del planeta, la cristalizó en una escudería enfocada a desarrollar talentos mexicanos, que hoy empiezan a dar frutos, y el primer graduado con honores es precisamente, Checo Pérez.

Tras la frustración que representó hace una semana el Gran Premio de Bélgica, hoy en una especie de dictamen de lo que se podría llamar "justicia divina", los tres pilotos más perjudicados por la irresponsable acción del expulsado Román Grosjean, fueron precisamente los que ascendieron al podio de honor en una región tan emblemática para el automovilismo como lo es Monza, Lewis Hamilton, Sergio Pérez y Fernando Alonso, en ese orden.

Pero a diferencia de lo familiar que nos resulta ver los rostros de Hamilton y Alonso en el podio, el del mexicano resultó una grata experiencia en este despertar dominguero, porque no sólo realizo una estupenda estrategia apoyado por su gran equipo, también supo cuidar como ya es característico en él, los neumáticos, y dosificar al auto para lograr rebases en tiempo y forma perfecta, hasta perdiendo el respeto a la jerarquía de sus rivales.

Por si fuera poco lo hizo por encima de una fuerte infección respiratoria que a muchos tendría tirados en una cama, pero la juventud y entrega, la posibilidad de hacer historia detrás de los únicos y emblemáticos hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez, le dio el valor a Checo para mostrarse como un firme aspirante en el serial más importante, y brindarle a México, país rico en tradición e historia en ese deporte, el sitio de privilegio que desde hace décadas ambicionaba.

El Graduado estrechó a sus compañeros y se fundió en emotiva celebración, y arranco las lagrimas de un Peter Sauber y no lo dude, seguro que de varios fans en tierra azteca que por décadas esperaron vivir la emoción de la Fórmula uno desde dentro, es decir como protagonistas y hoy gracias a este chico de andar desenfadado, ya estamos ahí.

Ahora Checo a seguir cosechando exitosas actuaciones... Así sea.

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