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La afición aprieta a Carrillo

Carrillo deberá obtener pronto resultados positivos para revertir la presión Mexsport

MÉXICO -- Mario Carrillo recibió sus primeros abucheos como timonel de Pumas, en el momento en el que el sonido local del estadio Olímpico Universitario lo presentaba previo al cuadro que esta tarde perdió ante el San Luis.

Tras el "Mario Carrillo" la afición puma le silbó, recordando que hace algunos años este mismo entrenador llevo al título al América, acérrimo rival del equipo que ahora dirige. Además, no hace mucho tiempo en su calidad de comentarista dijo: "Me cae mal Pumas".

Para Carrillo, la reacción de los aficionados no existió. Como si nada salió del vestidor y se condujo hacia la banca, seguido por decenas de fotógrafos y camarógrafos, interesados en captar hasta el más mínimo detalle del técnico universitario.

Carrillo, quien debutó con derrota por 1-0 en el timón de Pumas, equipo que tiene 10 puntos en ocho juegos en el Torneo Apertura 2012, releva el en cargo a Joaquín del Olmo, cesado al término de la jornada seis. En la siete, Antonio Torres Servín (hoy auxiliar del llamado Capello) dirigió como interino y obtuvo el triunfo sobre el Morelia por 2-0.

Luego de la demostración futbolística de los universitarios, que fueron conservadores, nada atrevidos, la afición le fue subiendo de tono a sus exigencias.

Y tras el 0-0 del primer tiempo, la salida del equipo hacia el vestidor y del propio Carrillo fue entre abucheos. Aunque en el parte complementaria Pumas quiso variar su juego, adelantar líneas y sacarle provecho a la posesión del balón que en la mayor parte del partido tuvo, la gente no le perdonó el gol en contra que cayó al minuto 55 por conducto de Luis Ángel Mendoza.

A partir de ahí, la presión era mayor para Carrillo y sus muchachos. El "¡fuera Carrillo, fuera…!" se escuchaba en el estadio Olímpico Universitario, además de una serie de improperios contra el timonel, quien nunca se sentó y aguantó a pie firme en su área.

Con cierta inseguridad, Pumas intentó empatar el juego, pero no le fue posible, y la silbatina tras el silbatazo final no se hizo esperar. Carrillo se fue hacia el vestidor entre abucheos, no sin antes frenar su paso antes de bajar la escalinata y mirar hacia los aficionados durante algunos segundos. Más tarde diría: "Yo quería dar la cara y verles de frente".

Lo cierto es que el primer examen de Carrillo en el banquillo auriazul fue reprobado. Y a esta historia todavía le queda un buen trecho.