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Cabrera, realista sobre la triple corona

DETROIT -- La pelota bateada por Miguel Cabrera se elevó en el cielo nocturno de Detroit. De hecho, llegó tan alto, que el jardinero izquierdo Alex Gordon tuvo tiempo de arribar al pie de la cerca y esperar un par de segundos antes de saltar para impedir lo que parecía un jonrón.

Esa jugada ilustró perfectamente por qué nadie ha ganado la triple corona de bateo en las Grandes Ligas en 45 años. Hace falta una combinación especial de poder, disciplina, constancia y suerte, para los que creen en esta última. Pero Cabrera es quizás quien más ha coqueteado con la triple corona desde 1967, cuando Carl Yastrzemski la consiguió.

A seis juegos de que concluya la campaña regular, el antesalista venezolano de 29 años encabeza la Liga Americana en promedio de bateo y carreras producidas. Además, está sólo un jonrón debajo de Josh Hamilton.

"Los fanáticos me hacen muchos comentarios sobre la triple corona. No puedo repetir muchas de las cosas que me dicen, pero supongo que las pueden adivinar", dijo Gordon, el jardinero de Kansas City que privó a Cabrera de ese jonrón el miércoles por la noche. "Miguel tiene cifras fabulosas cada año, así que no es una sorpresa que tenga la oportunidad de ganar la triple corona. Creo que lo conseguirá en algún año. Es un bateador increíble y todos lo respetan".

Cabrera ganó su primer título de bateo el año pasado, con un promedio de .344. Completó así la triple corona pero en años distintos, pues antes había sido el mejor en jonrones y producidas.

Ahora, intenta ser el primer pelotero desde Yastrzemski en ganar las tres categorías en un solo año. Desde 1967, la triple corona ha sido más difícil de conseguir en el béisbol que en el hipismo.

Yastrzemski considera que sólo es cuestión de tiempo antes de que alguien logre la proeza. Desde la temporada en que ganó la triple corona, han sido superados otros récords que parecían inalcanzables.

"Antes de que (Pete) Rose rompiera el récord de hits de (Ty) Cobb, nunca pensé que eso podía ocurrir", dijo Yastrzemski. "Lo mismo pasó cuando (Cal) Ripken quebró el récord de juegos consecutivos de (Lou) Gehrig. Esto también va a ocurrir de nuevo".

En 1967, Yastrzemski bateó para .326, con 44 jonrones y 121 producidas, una hazaña un tanto eclipsada por un memorable ascenso de sus Medias Rojas de Boston, en que superaron a Detroit y Minnesota por un juego para ganar el gallardete. Cabrera está en una situación similar. Los Tigres libran una tensa contienda con los Medias Blancas de Chicago, en la punta de la División Central de la Americana.

Después de la victoria por 5-4 sobre Kansas City, Cabrera batea para .326, con 42 vuelacercas y 133 impulsadas.

"Quiero seguir jugando igual", dijo Cabrera recientemente. "No quiero presionarme demasiado, porque ya tenemos demasiada presión ahora en nuestra división. Creo que sería un gran error si me presiono".