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Atléticos dejaron atrás a Texas

Un equipo que pierde ventaja de cuatro carreras en el partido decisivo y termina apaleado, no merece ser campeón divisional.

En cambio, un equipo que es capaz de remontar una desventaja divisional de 13 juegos en tres meses, o de cinco en menos de dos semanas, merece ir directo a la postemporada.

Los Vigilantes perdieron 12-5 ante los Atléticos el último partido de la temporada y la cima del Oeste de la Liga Americana, donde habían estado desde la primera semana de temporada regular.

Texas llegó al juego 162 del año con 176 días consecutivos en el liderato divisional; sin hablar de las dos temporadas anteriores, en las que casi monopolizaron ese grupo.

Pero en menos de dos semanas, esos mismos Rangers se encargaron por sí mismos de dilapidar esa ventaja. Sólo tenían que jugar pelota de .400 en sus últimos dos partidos para lograr el tricampeonato divisional.

La semana pasada, cuando los Atléticos se fueron de Arlington, los Rangers tenían aún cinco partidos de colchón y su número mágico era "3" el 27 de septiembre.

Pero llegarán al partido de comodines, algo que en realidad es un "repechaje"con nombre elegante, sumando cinco derrotas en los últimos seis partidos y siete de nueve, con un mes de septiembre de 15-13 y aún sin victoria en sus tres juegos de octubre.

Oakland, con una nómina de poco más de 55 millones de dólares, sólo más alta que la de los Padres de San Diego en las Grandes Ligas, vino de atrás todo el año.

Hoy llegaron a batear a la cuarta entrada con una desventaja de 5-1.

En ese capítulo negro para la historia de los Vigilantes, los Atléticos montaron un ataque de seis carreras sobre el abridor Ryan Dempster y Derek Holland, en labor de relevo.

Dempster y Holland puede ser señalados entre los culpables; dos lanzadores inconsistentes e inefectivos durante las últimas semanas.

Dempster llegó a Texas en el límite de canjes entre equipos para fortalecer una rotación que se notaba mermada cuando comenzó la temporada.

Y que parecía desecha con las lesiones desde la primera parte de la campaña de Colby Lewis y Neftalí Feliz.

Pero Dempster pareció más que llevó a Texas la tradicional mentalidad perdedora de los Cubs de Chicago que brazo para competir en la Liga Americana o al menos en la división.

El derecho tuvo una racha de cinco victorias consecutivas más por el bateo de los Rangers que por su eficacia desde la loma. En la División nunca pudo frenar a los verdaderos competidores, Angels y este miércoles a los Athletics.

Dempster cierra la temporada regular con marca 7-3 y efectividad de 5.09, inaceptable para un pítcher de su supuesta categoría y salario.

Holland (12-7, 4.67), después de firmar su millonario alargue contractual, desapareció. Ya ni siquiera era el zurdo inconsistente de años anteriores.

Este viernes, Holland lanzó dos entradas y dos tercios en los que recibió tres hits y tres carreras, sin contar que todos los hombres que le dejó Dempster de herencia, anotaron.

Pero hay más culpables en el pitcheo de un equipo en el que sólo Matt Harrison y Yu Darvish se salvan de la quema.

Por ejemplo, los Rangers ni siquiera hubieran llegado a este punto, si Joe Nathan salva el primer partido del domingo contra los Angels, cuando sólo le faltaba un out antes de permitir la remontada enemiga.

El problema es que parece que los Rangers se acostumbraron a colapsos históricos o a cometer errores en los momentos menos oportunos, como sucedió en St. Louis en el sexto de la Serie Mundial.

¿Qué tal la bola que soltó Josh Hamilton en un elevado de sacrificio este viernes? ¿El error en segunda base de Ian Kinsler en una jugada de rutina para doble matanza?

¿La bola que se le cayó a Nelson Cruz en el segundo de la serie antes de hacer un disparo al plato y evitar una carrera?

¿La falta de bateo oportuno? ¿Los ponches, uno tras otro, de Giovani Soto cada vez que se para a batear en casi tres lanzamientos consecutivos?

Y así se puede seguir con una lista interminable de pequeños detalles en los que la mayoría fue culpable, sumado a que por momento parecen haber perdido esa chispa que los llevó a dos series mundiales consecutivas.

Esa motivación que los llevaba a remontadas increíbles como las de esta temporada para Oakland. Los Rangers este año tienen marca de 7-54 cuando pierden en la sexta entrada…

Ahora los Rangers sólo esperaban en un amargado clubhouse el resultado del partido entre Baltimore y Tampa Bay para saber a dónde tenían que viajar, si a casa o a Nueva York.

Aún pueden recuperarse y tratar de ganar el volado en el que se convirtió esta llamada "ronda de comodines", aunque se ve difícil que puedan trascender en playoffs.

"Esto de los comodines ya no es playoffs", dijo Adrián Beltré el domingo pasado. "Para nosotros sólo vale ganar la división".

Este viernes, Beltré y el resto de sus compañeros deberá dar gracias de que al menos existe este partido para tratar de alcanzar el último boleto de los verdaderos playoffs".

Darvish será el abridor de los Rangers el viernes contra cualquiera que sea el rival.

"Llegamos a un punto en el que cualquier cosa puede pasar", dijo Darvish. "Por eso se juegan 162 partidos en las Grandes Ligas".