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La conquista

BUENOS AIRES -- Ahora que será "un buen padre" con sus perros (tal cual fue la broma que eligió en el retiro en el US Open), Andy Roddick se despide con cierta tranquilidad en relación a un tema que le consumía tiempo en sus últimos meses: convencer a los colegas de que debían tomar acciones para llevarse un mayor porcentaje de dinero en relación al que generan los torneos de Grand Slam.

Hace ya un año, cuando los jugadores explotaron en quejas por asuntos diversos -el reparto de los dólares, la extensión del calendario, destratos en la programación, etcéteras-, Roddick decía: "Hasta que no nos unamos en una gran voz, no conseguiremos lo que queremos. Estuve tratando de decirles que el talento normalmente gana en las negociaciones. Si Bono no quiere salir de gira, la gira se cae. En este momento de mi carrera, me gustaría contribuir a la chance de que, cuando deje el deporte, los jugadores hayan avanzado". En aquel US Open, tomó estado público el porcentaje que recibían los jugadores de las ganancias totales: 13%.

El reciente anuncio de aumento de premios para el Abierto de Australia avanza en la dirección que Roddick y muchos otros pretenden. Serán 30 millones de dólares australianos a repartirse en la próxima edición, lo que lo transforma en el Grand Slam que más dinero entrega en la historia de este deporte (lo cual no es extraño, cada año se suman miles de dólares en cada torneo) y representa el aumento más significativo en la historia del certamen (cuatro millones). La distribución todavía debe acordarse entre ambas partes y para eso viajará Craig Tiley (director de Australia) a Shanghai.

Tras aquel controvertido US Open del 2011, sólo le faltaba al Grand Slam de Asia y el Pacífico -como le gusta llamarse- aumentar los premios y distribuirlos de forma tal que los jugadores sacaran mayor rédito. Roland Garros fue el primero en hacerlo para la edición 2012 (7%), Wimbledon lo siguió con el 10%, luego el US Open (11%) y ahora Australia con un aproximado del 15% para 2013. Todos ellos calmaron a los jugadores con un reparto modificado, que hacía foco en las ruedas iniciales.

"Eso también ocurrirá en Australia, daremos especial énfasis a los tenistas que pierdan en las primeras rondas y la clasificación", indicó Steve Woods, CEO del torneo. "En algunas instancias, el aumento podría ser de entre un 30 y 60%", indicó Tiley. Según estimaciones del torneo, en los últimos cinco años, la bolsa de premios creció diez millones de dólares.

El aumento llegó a Melbourne en base al temor: la idea de un probable boicot de las mejores raquetas comenzó a instalarse en los últimos meses, especialmente después de la reunión que los jugadores mantuvieron en Nueva York. El Sunday Times reportó que había rumores de un torneo alternativo como protesta, en Dubai, durante las semanas de Australia, pero no pasó de una propuesta no aceptada por el resto de los jugadores. Hoy parecía estar todo muy verde para un boicot, pero también es cierto que si no hubiera aumentado el dinero, el malestar se habría agravado.

La sorpresa del proceso de aumento es la "conquista social" en un deporte muy poco acostumbrado a pensar en conjunto. El tenis está hecho solamente para las estrellas: es difícil acceder al top 100, más al top 50, aún más difícil mantenerse. Hay poca "movilidad ascendente". Cada año, el top 50 muestra muy pocos cambios de apellidos en su listado de diciembre. La diferencia de dinero y puntos entre las primeras y últimas rondas es exagerada. Las estrellas suelen tener los privilegios lógicos: mayores comodidades en los torneos, mejores días y horarios para jugar... Son los que, en mayor medida, convocan a los fans, son los que generan la atención y el dinero, y por eso disfrutan de las ventajas.

De la misma manera, se necesita de los demás para completar los cuadros y ellos son los principales beneficiarios de estos cambios. El año pasado, quien perdía en primera ronda de Australia se llevaba 20.800 dólares australianos (21.600 estadounidenses). Para los tenistas ubicados alrededor del puesto 100, viajar a Melbourne suponía una presión extra: ¿tanto viaje para tan poca ganancia? En peor situación están los que van a disputar la clasificación: los 3.000 dólares (cifra aproximada) que recibían por perder en la primera ronda de la qualy no alcanza a cubrir un viaje a Melbourne.

Las cifras definitivas para cada ronda de la edición 2013 del Abierto se anunciarán en las próximas semanas: Tiley se reunirá con representantes del Consejo de Jugadores (Roger Federer, el doblista Eric Butorac, entre otros), además de Djokovic y Murray, y también irá al Masters femenino de Estambul para dialogar con las encargadas del tour femenino (Serena Williams, Andrea Hlavackova, integrantes del Consejo) y también con Maria Sharapova y Victoria Azarenka, entre otras.
"Consultaremos a los jugadores, pero seremos nosotros quiénes tengamos la última opinión sobre cómo distribuir el dinero", aclaró Tiley. "Es importante recompensar a los jugadores de ranking más bajo: mejoraremos la primera ronda, pero particularmente la segunda, tercera y cuarta", especificó.

"El aumento es un paso adelante, definitivamente", dijo Djokovic en Shanghai. "Han mostrado consideración por las demandas de los jugadores y eso es bueno. Son grandes noticias para cada uno de los que practicamos este deporte, pero el tema no está terminado aún".

El aumento de los premios y la distribución con foco en los tenistas repercute en otras áreas: concretamente, se verán afectados presupuestos para programas, como uno que, según The Australian, pretendía llevar el tenis a los colegios. Wood admitió que Tennis Australia, la federación de ese país, "sufrirá el dolor", aunque espera que con un manejo responsable, ese dolor sea mínimo. "Estaremos bien", minimizó Tiley.

Por otro lado, serán los asistentes al torneo otros perjudicados, con aumentos de hasta el 16% en los precios de las entradas. La final costará 394.90 dólares australianos (369.90 el año anterior), 74.90 el partido nocturno de la primera ronda (67.90 en 2012) y 34 dólares (29) el pase a las instalaciones durante la primera semana.

¿Qué sigue ahora? "Obviamente, los otros Grand Slam necesitan reaccionar. Todavía estamos en negociaciones y lo seguimos haciendo a puertas cerradas", comentó Djokovic. "El aumento es significativo. Me interesa ver qué harán los otros Grand Slam", dijo Tiley con tono triunfal. "Roland Garros deberá aumentar sus premios porque es el que quedó atrás", me comenta un tenista top 30. ¿Carrera sin final?