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Ofensiva en serie

BRISTOL -- El viernes tuve la oportunidad de estar en Guadalajara en el congreso de IMEF. El tema fue "Más líderes, más soluciones". Fue una gran experiencia participar como expositor y conocer mucha gente joven que busca mejorar. El tópico es relevante para esta columna, porque el domingo la NFL perdió a uno de sus más grandes líderes en Ray Lewis.

Existen muchas definiciones de un líder, pero la que más me gusta es la siguiente: "Un líder es aquel o aquella que hace que las personas que están a su alrededor se vuelvan mejores". Bajo esta definición, no sólo aquellos en posiciones de autoridad pueden ser líderes. Hay quienes que con su dedicación, entrega, ejemplo y sobre todo con su actitud, se convierten en una influencia positiva y hacen que "aquellos que están a su alrededor se vuelvan mejores".

Esta definición se aplica a Ray Lewis. Por definición, el líder de un equipo de la NFL es su entrenador, pero necesita que jugadores importantes pongan la muestra y tengan influencia en sus compañeros. Por muchos años, fue uno de los capitanes de Baltimore a la defensiva. Su liderazgo fue de ejemplo y de palabra. Esto es lo que van a extrañar los Cuervos de Baltimore.

Pero la realidad de las cosas es que Baltimore, en la Semana 6, es un equipo competitivo pero no dominante, disfrazado líder de división. Su defensiva, aún con Ray Lewis y Lardarius Webb en plenitud fue expuesta por Kansas City y Dallas. Ambos superaron 200 yardas por tierra ante Baltimore en semanas consecutivas. Alguien podría argumentar que Baltimore cede yardas pero no muchos puntos porque roba balones, y tendría la razón. En este momento tienen un diferencial de +7. Pero cinco de sus robos fueron precisamente contra Kansas City y Dallas quienes entregan balones como si fueran dulces en Halloween, a puños. Están jugando más como un equipo de marca 3-3, que un equipo de de 5-1. Hay que reconocer el mérito de saber ganar partidos apretados, pero tarde o temprano, debilidades de la magnitud de las que tiene Baltimore cobran factura.

Me voy a atrever a decir que la baja de Ray Lewis tendrá un impacto más positivo que negativo en los Cuervos. Esto no es de ninguna manera para denigrar los logros de Lewis, quien entra en las discusiones de no sólo el mejor jugador defensivo en la historia de la NFL, sino del mejor jugador en general. Sus logros hablan por sí mismos.

He visto muchos ejemplos en la NFL de cómo un equipo que dependía mucho de un solo jugador, mejoró cuando éste quedó al margen. Otros salieron al frente. Me tocó ser parte de uno de esos equipos en 1990, cuando se lesionó Phil Simms y Jeff Hostetler tomó su lugar. El equipo fue diferente, pero la ausencia de Simms obligó a los entrenadores a buscar otras opciones ofensivas. Defensivamente su ausencia también produjo cambios. Al final de la temporada, una vez hechos los ajustes, ese equipo fue mejor y ganó el Super Bowl. Algo parecido sucedió en Green Bay en 1994, cuando se lesionó Sterling Sharpe. Sin tener a su receptor favorito, Brett Favre empezó a repartir más sus pases y se volvió más difícil de defender. Lo vimos en Nueva Inglaterra en 2008, cuando ganaron once partidos sin Tom Brady. Un equipo sin su baluarte puede salir adelante.

También se ha dado lo opuesto como fue el caso de Indianápolis en 2011 sin Peyton Manning. Lo interesante será ver cómo reacciona Baltimore sin Ray Lewis. Mi punto de vista es que en el caso de Baltimore otros saldrán, como se dice, "al quite".

Desde el inicio de temporada vimos un cambio de identidad en Baltimore de un equipo defensiva a ofensivo. Joe Flacco ha sido un factor positivo este año teniendo hasta el momento su mejor temporada en la liga. Completa casi el 64 por ciento de sus pases y ha lanzado solamente tres intercepciones. Ray Rice es segundo en la NFL en yardas totales. Dudo que la defensiva pueda corregir las deficiencias defendiendo el juego por tierra, pero es ahí, cuando la ofensiva puede ayudar controlando el tiempo de posesión.

La primera prueba es por demás difícil: como visitante ante un humillado equipo de Houston que tiene uno de los ataques por tierra más sólidos en la NFL.

EL TIRO POR LA CULATA
Durante mi preparación para el partido Denver-San Diego, leí una nota acerca de cómo la ofensiva en serie de Nueva Inglaterra había confundido y abrumado a la defensiva de Denver. Uno de los detalles mencionados era de cómo Nueva Inglaterra había adoptado el sistema de la Universidad de Oregon de tener palabras clave para definir una jugada. Una sola palabra le indicaba al grupo ofensivo la formación, el tipo de jugada, la dirección de la misma, el tipo de bloqueo o protección y las opciones de cambio. Esto lo aprendió Bill Belichick por primera vez de Ted Marchibroda en 1976 cuando era su asistente personal, y lo revivió cuando Chip Kelly, entrenador en jefe de Oregon, lo visitó en Foxborough hace dos años.

En las últimas dos semanas la ofensiva en serie de Nueva Inglaterra arrolló a Buffalo y a Denver, y parecían incontenibles, hasta que viajaron a Seattle.

Al igual que un servidor, parece que los jugadores de la defensiva de Seattle leyeron los mismos artículos. De acuerdo a Richard Sherman, quien tuvo una de las dos intercepciones que lanzó Brady, después del primer tiempo los jugadores de la defensiva de Seattle empezaron a tomar nota de las palabras "clave" y que jugadas estaban asociadas con ellas. Para el segundo tiempo podían anticipar cada jugada. Los resultados de los Pats a partir del descanso fueron sólo 6 puntos en dos goles de campo y dos intercepciones de Brady. ¿Seguirá Tom Brady con este sistema? ¿O volverá Nueva Inglaterra a un estilo de comunicación más tradicional el resto de la temporada?

VERGÜENZA PROFESIONAL
Fue la que demostraron dos de los equipos de verde de la NFL, Jets y Green Bay, y también por parte de otros en azul, Tennessee y Detroit. Para estos equipos la Semana 6 fue crítica. Enfrentaban cada uno rivales aparentemente superiores, y en el caso de Green Bay y Detroit, como visitantes.

Jets venía de dos derrotas consecutivas en casa. Una tercera ante Indianápolis habría complicado una situación de por sí tensa dentro del vestidor. Rex Ryan dijo no haberse enterado en 2011 de la división interna de su equipo. Después de caer ante Houston declaró que haría todo lo que estuviera de su parte para evitar que la situación se repitiera. No creo que la victoria ante los Potros defina a los Jets como un equipo de playoff, pero sí les da un poco de respiro en camino que sigue siendo escabroso.

Algo similar sucedía con Green Bay, aunque Aaron Rodgers siempre insistió que el equipo estaba más unido que nunca y declaró antes del partido que sabían que eran mejor que Houston y que los Texanos lo sabían también.

Tennessee es un equipo mediocre este año, pero buscaron la manera de sacarle el partido a Pittsburgh. Al igual que Detroit, no han jugado como contendientes este año, pero por lo menos no se rezagaron dramáticamente. Los Leones aprovecharon la inconsistencia de Michael Vick y un colapso de la defensiva de Filadelfia para remontar un marcador en el que perdían por 10 puntos a cinco minutos del final. Este colapso le costó el puesto a Juan Castillo, el coordinador defensivo de las Águilas. Su despido es indicación que Andy Reid buscaba a un "chivo expiatorio", y que está bajo presión por parte del dueño.

CAYERON LOS "GRANDES"
Muchos, incluyendo el que esto escribe, consideraban a Houston y San Francisco como los dos mejores equipos de la NFL. Ambos equipos perdieron siendo dominados a domicilio por Green Bay y los Gigantes respectivamente. ¿Cómo explicar esto de manera objetiva? La verdad es que no hay una explicación adecuada. En la NFL todos los equipos tienen jugadores con talento y en ciertas ocasiones salen inspirados. ¿Qué provoca esta inspiración? ¿Por qué razón equipos de primer nivel dan partidos para el olvido? Se puede especular, pero si existiera la respuesta la NFL sería muy aburrida.

Recuerdo la ira de un amable lector aficionado de San Francisco después de que en mi columna de pronósticos de la temporada mencionaba que no ponía a San Francisco en el Super Bowl, pero que no tenía una razón sólida, que era sólo una corazonada. El lector exigía argumentos y la verdad no lo culpo, pero muchas veces actuaciones como la que tuvo San Francisco son imposibles de anticipar.

Finalmente, ni una derrota humillante o ni una victoria impresionante son indicadores de lo que viene más adelante. Es como dicen en Inglés un "cliché", pero en la NFL hay que tomar las cosas partido por partido.