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Woods: "Aún tengo tiempo"

Tiger Woods: "Cuatro Majors más son un montón, pero aún tengo suficiente tiempo". Getty Images

BRISTOL -- Aun con altibajos, el 2012 ha sido el año del regreso de Tiger Woods. Volvió a los primeros puestos del ranking mundial y alcanzó el récord de los 100 millones de dólares en premios oficiales en su carrera. Fue tercero en el Abierto Británico y obtuvo tres victorias en el circuito estadounidense.

Cuando el 11 de diciembre de 2009 le anunció al mundo que se retiraba del golf por un plazo indefinido, a raíz de sus conflictos matrimoniales que terminaron en una escandalosa separación y en una millonaria disputa con su exmujer Elin Nordegren, el mundo de este deporte pareció derrumbarse junto a la figura de Woods, uno de los dos más grandes jugadores de todos los tiempos, junto a su compatriota estadounidense Jack Nicklaus.

Hacía un año largo que Woods no ganaba un Major, la cifra se había estancado en 14 (Nicklaus tiene 18) y nadie apostaba un dólar por su futuro como deportista. Pero en el 2012, el genio regresó.

Y después de muchos golpes y de haber jugado apenas nueve torneos el año anterior --dos Top 10 fueron sus mejores resultados del 2011--, Woods se metió otra vez en la discusión grande. En esta temporada fue tercero en el Abierto Británico, pero además sumó tres victorias (Arnold Palmer Invitational, Memorial y AT&T National), más un segundo puesto, un tercero y seis Top 10 en el circuito estadounidense.

El regreso de Woods le aportó aire renovado al golf mundial. Nadie olvida quién es para los principales auspiciantes. Todos saben el alcance que tiene una figura de excepción y que este año, poco después del Campeonato de la PGA ganado por el norirlandés Rory McIlroy y en el que él finalizó 11°, alcanzó los 100 millones de dólares en premios oficiales, al tiempo que superaba los 10 millones en el PGA Tour.

El golf, como todos los deportes, necesita de héroes, y Woods es uno de ellos. El más grande de la actualidad.

En el circuito se extrañaba esa voracidad que lo llevó a ser el mejor de todos, y muchos no comparten el hecho de que otros jugadores hayan llegado a ser Número 1 del mundo sin siquiera haber ganado un Major en 36 participaciones, como es el caso del inglés Luke Donald, que antes del Campeonato de la PGA dijo: "Si ganara el torneo, sin duda aumentaría mi popularidad; sería un poco más conocido".

Woods, en tanto, juega a otra cosa. Cuando le preguntan por el récord de Majors obtenidos de Nicklaus, dice: "Imagino que me va a tomar toda una carrera alcanzarlo. Será mucho tiempo".

La diferencia, respecto de Donald, es que sus palabras no reflejan desazón, sino garra para ir a buscar la marca.

"Jack no terminó su carrera sino hasta los 46 años", señala Woods, "así que si me guío por ese tiempo, todavía me quedan 10 años. Cuatro Majors más son un montón, pero aún tengo suficiente tiempo".

Woods cumplirá 37 años el 30 de diciembre.

La influencia positiva de Woods este año obligó a que los sponsors pusieran otra vez sobre la mesa la importancia de su marca en el circuito. Él ya produjo una revolución: cuando ganó su primer Masters en Augusta, en abril de 1997, embolsó unos 486.000 dólares; mientras que cuando consiguió el mismo torneo en 2005, obtuvo casi tres veces esa cifra: 1,26 millones de dólares.

En los años declive de Woods, nadie logró ocupar su enorme lugar. Hubo comparaciones con el ascendente McIlroy. Argumentos como el del veterano Graeme Mc-Dowell relativizan ese entusiasmo por encontrarle un reemplazo: "Rory es un fenómeno que aparece cada 10 años. Tiger es el tipo de jugador que aparece una vez en la vida".

Woods había caído al puesto N° 58 en el ranking mundial. En julio del 2012 subió al segundo puesto, y se mantuvo allí el resto del año. Si los problemas personales y las lesiones --como la que en 2011 lo dejó afuera durante meses-- están controlados, el Tigre todavía puede saltar. Y quiere hacerlo.