<
>

Del Potro, campeón en Basilea

BASILEA -- El argentino Juan Martín del Potro (segundo preclasificado) derrotó por 6-4, 6-7 (5) y 7-6 (3) al suizo Roger Federer (máximo favorito) y se quedó con el título en el ATP 500 de Basilea, tras un intenso partido que se extendió por dos horas y 44 minutos y donde el arma principal de ambos -como en toda la semana- pasó por el saque.

Con un nivel superlativo en el tramo inicial del encuentro y firmeza en el servicio en los momentos importantes del tercer parcial, Del Potro consiguió su novena victoria consecutiva (venía de ser campeón en Viena) y la primera sobre Federer desde la Copa Masters de 2009.

En el medio habían pasado siete triunfos para Roger -el último: maratónico cruce de semifinales en los Juegos Olímpicos de Londres-, en un historial que domina ampliamente el N°1 del mundo (ahora, 13-3).

Para romper la racha, el argentino debía jugar su mejor tenis y así lo hizo; al menos, en el primer set. Allí, el tandilense quebró a su rival en el quinto game (acabaría siendo el único quiebre en todo el partido) y se mostró implacable con el saque: 89% de puntos ganados con el primer servicio, ningún break point concedido y un parcial que se iba rápidamente a manos del N°8 del ranking ATP.

Federer se veía molesto, impactando incómodo, a la carrera, desequilibrado. Del Potro sabía moverlo, sacarlo del centro y buscaba las líneas con decisión. Ese sólido juego desde la base marcaba la diferencia y exhibía la confianza del campeón del US Open 2009.

En el segundo set, Del Potro mantuvo -con altibajos- ese buen nivel presentado en el comienzo, pero Federer, menos errático y más dominante, equiparaba la historia. En efecto, en ese parcial ambos dispusieron solo de una chance de quiebre: el suizo, de entrada, con Del Potro sacando 0-1; el argentino contó con ella en una suerte de match point anticipado, ya que Federer sacaba estando 5-5 y cada juego de saque era ya prácticamente game seguro para cada uno.

Ninguno pudo concretar esas oportunidades y la manga se decidió en tiebreak. Y si habíamos establecido que la norma en el partido fue la solidez al servicio, el desempate lo cristalizó: un solo minibreak necesitó Federer para llevarse el set; el resto corrió por cuenta de sus saques ganadores.

Parecía que, una vez más, la posibilidad se le escapaba a Del Potro. Porque en el tercer y último set ya no era él quien imponía condiciones; agotado, el argentino se refugiaba en su servicio y Federer veía pasar, una a una, cuatro posibilidades de quiebre. Allí se le iría el partido al suizo, quíntuple campeón en el torneo de su ciudad.

El tandilense consiguió llegar con vida al tiebreak y en el nuevo desempate apostó y ganó. Un impreciso Federer -que, sin embargo, ofreció en ese pasaje uno de los mejores puntos del partido con un sobrepique en un momento límite- posibilitó ese tan codiciado minibreak que le permitió al argentino escaparse, en una ráfaga, y liderar por 6-3 el tanteador (así como lo había hecho el suizo en el segundo parcial), con tres match points a disposición y asegurando uno con su saque.

No hizo falta esperar al servicio de Del Potro. El golpe final de Federer se fue largo, el ojo de halcón no lo pudo rescatar y Basilea vio celebrar a su nuevo campeón. Cuarto título para Del Potro en 2012 (primero superior a la categoría 250), que en la semana ya había garantizado su plaza en el Masters. Federer, a su vez, se quedó en la puerta de su 77° título, lo que lo igualaría con el estadounidense John McEnroe, el tercero más ganador en la historia.