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McIlroy y el riesgo del cambio

BRISTOL -- Mientras no aparezca con un swoosh en la gorra y los palos de Nike en la bolsa, el cambio de equipamiento y vestimenta tan comentado de Rory McIlroy seguirá siendo un tema de discusión, esté confirmado o no. Pero este escenario adquirió más credibilidad el martes por la mañana, cuando Acushnet Co., empresa propietaria de Titleist, anunció en un comunicado conjunto con McIlroy que la empresa y el golfista N° 1 del mundo seguirían caminos diferentes a fin de año.

Esto abre el paso para que McIlroy firme un acuerdo de patrocinio con Nike, que, según varios reportes, podría valer 250 millones de dólares o más, durante 10 años. Y dado el lugar de Tiger Woods en esta historia --esté dispuesto o no-- todo el tema se torna más interesante.

McIlroy intentó restarle importancia al tema la semana pasada, en el BMW Masters, donde terminó segundo detrás de Peter Hanson, y dijo que quería concentrarse en el golf y que estos rumores siempre parecen surgir en esta época del año.

Aparentemente, los rumores tienen más que un poco de mérito. Y dado que McIlroy tiene apenas 23 años, que ha ganado dos majors y ahora es el jugador ubicado más alto del ranking mundial, bueno, está en línea para un contrato muy lucrativo, si así lo desea.

McIlroy ciertamente no sería el primer jugador en sacar provecho de cambiar de compañía de equipamiento, y no será el último.

Sin embargo, la participación de Nike y la asociación de larga data de Woods con la empresa hacen la idea de este cambio aún más intrigante.

En primer lugar está la cuestión de cambiar las herramientas de tu oficio, cuando no parece haber ninguna razón competitiva para hacerlo. McIlroy, al margen de una pequeña caída en el verano del 2012, ha jugado un golf excelente estos últimos dos años, alcanzando el primer puesto del ranking mundial y reforzando el control sobre el mismo en los últimos dos meses.

Después de obtener el PGA Championship en agosto, ganó dos veces más en los playoffs de la FedEx Cup y el domingo pasado estuvo a un golpe en el BMW Masters. Con un buen cierre de campaña, puede ganar la Carrera a Dubai y hacerse de los títulos monetarios del Tour Europeo y del PGA. ¿Realmente quiere meterse con esta clase de éxito?

Sin duda, los diseñadores de Nike fabricarían palos conforme a las especificaciones más adecuadas para McIlroy, pero hay una larga lista de jugadores que han sufrido períodos de adaptación tras cambiar de fabricante.

Luego está la dinámica de Woods. Él ha sido la imagen del golf de Nike desde que la compañía entró en el negocio del golf hace más de una década. A veces, uno olvida que cuando Woods firmó su primer contrato con Nike, en 1996, la empresa ni siquiera fabricaba palos de golf o pelotas.

Pero Woods puso a Nike en el mapa cuando ganó tres majors después de cambiar a la pelota de Nike en el 2000. Y volvió a hacerlo cuando ganó dos majors en el 2002 después de cambiar al driver de Nike. Y sucedió una vez más cuando ganó el WGC-American Express Championship después de cambiar a los hierros de la compañía a fines del 2002.

El timing de Nike fue excelente, pero Woods también mostró una fe increíble. A pesar de que le pagaban una gran suma de dinero (en un momento, Golf Digest dio la cifra de más de $30 millones anuales), no iba a arriesgar su juego si no se sentía seguro con el equipamiento.

Y esa confianza se tradujo en ventas para Nike, que aprovechó la enorme popularidad de Woods y el hecho de que estaba ganando con los palos y las pelotas de la compañía. No se puede pedir mucho más.

Siempre ha sido algo extraño que tales relaciones se traduzcan en beneficios. Nadie entre nosotros usa palos de golf fabricados exactamente de la misma manera que se hacen para Woods --o McIlroy--, y las pelotas de golf que ellos usan probablemente no funcionaría para el jugador promedio.

Sin embargo, su asociación con la marca de Nike valida el equipamiento, tal como Phil Mickelson lo hace para Callaway o Bubba Watson para Ping, etc. No es por incomodar a Carl Pettersson, pero es difícil de creer que él venda un sólo palo para Nike a pesar de que representa a la compañía. Pero cuando lo sumas a una cuadra de jugadores como Charl Schwartzel, Stewart Cink, Lucas Glover, Francesco Molinari y Paul Casey, hay fuerza en los números.

McIlroy ciertamente reforzaría esta idea. Sólo el hecho de que estemos hablando de esto aquí y en tantos lugares es exactamente el tipo de publicidad que Nike no puede comprar. Así que sería una genialidad si esto finalmente ocurre, el jugador Nº 1 del ranking junto al jugador N°1 en popularidad, ambos ganando enormes sumas de dinero a cambio de este privilegio.

Si esto ocurre, las conjeturas posteriores beneficiarían a Nike aún más.

¿Lo único mejor? El dúo luchando en el mismo grupo por un major, con sus Swooshes viajando por todas las ondas. Esa podría ser la máxima recompensa.

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