Dan Graziano 11y

Reacción rápida a triunfo de Cowboys

PHILADELPHIA -- Algunas reflexiones sobre la victoria de los Dallas Cowboys, 38-23, sobre los Philadelphia Eagles en el Lincoln Financial Field:

Lo que significa: El final para los Eagles, lo más probable, si es que no había llegado ya en algún momento anterior de lo que ahora es la primera racha de cinco derrotas consecutivas en la carrera de Andy Reid como entrenador en jefe. Con 3-6, no están eliminados en la carrera divisional, pero muestran muy pocas señales de ser un equipo lo suficientemente bueno para darle la vuelta a las cosas. Para los Cowboys, sin embargo, el triunfo los mete de lleno en la pelea por el título divisional, con el que los New York Giants se han negado a huir. Dallas está sólo un juego y medio detrás de los Giants y tiene un calendario muy favorable por delante. Para aquellos que creen que los Cowboys pueden llegar a los playoffs este año, esta victoria les da una nueva razón para tener esperanza.

Choque con la realidad: El hecho de que Dallas ganó se presta a la emoción y optimismo esta semana, y eso está bien. Los aficionados tienen derecho a eso si así lo desean. Pero en realidad, hubo poco para indicar que cualquiera de estos equipos fue bueno. Los Cowboys cometieron 13 castigos que les dieron 75 yardas a los Eagles, incluyendo seis que resultaron en primeros intentos para Philadelphia. El esquinero novato, Morris Claiborne, fue sancionado cinco veces, y de acuerdo a ESPN Stats & Information empató con la mayor cantidad de castigos cometidos por un esquinero en un solo partido, desde que Fred Smoot tuvo cinco en la Semana 8 de la temporada del 2005. Además de que desde la primera posesión no pudieron poner en ritmo a la ofensiva terrestre, y tuvieron que depender de algunas jugadas brillantes de Tony Romo y Dez Bryant para empatar el partido, y una devolución de despeje y una intercepción para tomar la ventaja. Romo debe ser elogiado por el juego que tuvo, y tanto él como el equipo por no aumentar su total de balones perdidos. Pero sigue habiendo problemas que arreglar de cara a sus últimos siete partidos de la temporada.

El debut de Foles: Durante semanas los aficionados de los Eagles habían estado pidiendo que el novato, Nick Foles, reemplazara al mariscal de campo titular, Michael Vick. Y cuando Vick salió del partido en el segundo cuarto por una conmoción cerebral vieron cumplido su deseo. Deben tener cuidado con lo que desean. Foles lució como un novato inseguro y nervioso. Sí, se conectó con Jeremy Maclin para un pase de touchdown de 44 yardas, pero Maclin estaba literalmente parado en la línea de gol sin nadie cerca de él. Todo lo que Foles tuvo que hacer fue lanzar el balón. Por otro lado, si la esperanza era que un cambio se traduciría en una mejorada presencia en el bolsillo, mejor toma de decisiones y precisión, yo no vi eso. No hay manera de saber por el momento si Vick puede regresar para el duelo de la próxima semana ante los Washington Redskins, pero independientemente de ello, los Eagles van a estar lidiando con una gran interrogante en la posición de mariscal de campo por el resto de la temporada y, probablemente, durante la próxima temporada también.

Lo que sigue: Los Cowboys regresan a casa, donde pasarán la mayor parte del resto de la temporada, para jugar contra los Cleveland Browns el próximo domingo a la 1 p.m., hora del este. Los siguientes tres partidos de los Cowboys, y cinco de sus últimos siete serán en casa. Los Eagles tratarán de poner fin a su racha de cinco derrotas consecutivas contra los Redskins en Washington, en una batalla de equipos con marca 3-6, el domingo al mediodía. Washington vendrán saliendo de su semana de descanso.

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