ESPN.com 11y

Una decisión equivocada

El nuevo coach de los Lakers deberá reformular su lógica dentro del básquetbol. Lo que ya conocemos de Mike D'Antoni luce preocupante cuando evaluamos la decisión de Los Angeles Lakers de contratarlo.

D'Antoni se ha caracterizado por su ofensiva de siete segundos o menos, pero en este equipo de Los Angeles pretender desarrollar algo semejante es como obligar a un oso polar a correr a la velocidad de un leopardo. En la discusión de habilidades de este equipo, las piernas pierden la pulseada por robo con el cerebro.

D'Antoni no es un entrenador que se desvive por la defensa. No es un fanático de los entrenamientos concienzudos, nunca ha llegado a unas Finales de NBA, su récord en playoffs es negativo y, sobre todas las cosas, no es Phil Jackson.

Jackson ganó once títulos de NBA y D'Antoni tuvo cinco apariciones en playoffs (cuatro con Phoenix Suns y una con New York Knicks).

Es una excelente broma sentarlos en la misma mesa.

¿Cómo pueden poner como razón importante de la negativa de Jackson el hecho de que pida mucho para hacerse cargo? ¿Máximo control? Máximo merecimiento. Si lo fueron a buscar, era obvio que la demanda se iba a ir por las nubes. El Maestro Zen debe ser el único hombre de la tierra que merece, merced a sus campeonatos, todas las condiciones puestas arriba de la mesa.

Mike Brown duró sólo cinco partidos intentando ejecutar la ofensiva Princeton con este grupo de veteranos. Es cierto, el equipo lucía perdido, desordenado e incómodo, pero la gran pregunta es si la directiva habrá evaluado seriamente lo que cuesta desarrollar un equipo de vértigo con la impronta de D'Antoni. ¿Será que si esto no se aplica a fondo en cuestión de horas su cabeza también estará en juego? Para un lado o para el otro, la moneda de la incongruencia aparecerá en primera plana.

En sus años dorados, los Suns tenían a un Nash de rizos de oro, pero hoy está bordeando la cuarentena y su físico no es el mismo. Shawn Marion era un atleta de elite, Leandrinho Barbosa el jugador más veloz de la Liga y Amare Stoudemire no sabía lo que era una sala de operaciones.

Analicemos seriamente esto: le estaremos pidiendo a Nash que encabece una ofensiva de alto ritmo y que repita aquel período dominante en eficiencia ofensiva con los Suns (puntos por cada 100 posesiones) que se extendió de 2004 a 2008. Y pediremos que lo repita, noche a noche, con 38 años en el documento. ¿No será demasiado pretencioso? Empecemos por el hecho de comprender que ahora Nash está fuera de acción por una lesión, algo que se puede repetir a menudo.

Observemos la importancia de la mente brillante de Nash en la estructura de los equipos de D'Antoni, en estos datos del Elías Sports Bureau: con él en cancha, sus equipos ganaron el 73.3% de las veces, promediaron 110.2 puntos y tuvieron un margen de anotación de +7.2. Sin él, ganaron el 38.5%, promediaron 101 puntos y tuvieron un margen de -2.8.

En cuanto al pick and roll, Dwight Howard pasará a ser, por definición, el compañero estelar de Nash. Es una pared gigante en las cortinas y en el rol es indetenible. Tan dominante que fue el número uno en las últimas tres temporadas en materia de anotación en este tipo de jugada (2011-12, 138.4 puntos por 100 jugadas de pick and roll,
2010-11,144.1 y 2009-10, 145.5).

Los Lakers son, en su esencia, un equipo completamente distinto a los viejos Suns. Esta contratación luce absurda porque la fisonomía de los jugadores angelinos responde a un juego de mitad de cancha, con un buen hincapié en la defensa estacionada y sin tantos correcaminos para salir disparados como misiles aire-tierra. algo lógico en los sistemas de D'Antoni.

Me asusta el hecho de pensar en Kobe como tercera opción en este equipo, porque esto es algo cantado. Si D'Antoni no cambia, será primero Nash, luego Howard y en tercer lugar Bryant. No sé hasta qué punto esto será sostenible en el plano de los egos.

¿Por qué Jim Buss no pensó en alguien como Brian Shaw? Si Phil Jackson lucía como la primera opción, Shaw era la continuación por definición de la idea. D'Antoni, en este escenario, es como elegir comprar una guitarra en lugar de una consola de videojuegos. A su manera, los dos objetos divierten, pero son cosas completamente distintas. Como el agua y el aceite.

Y ahora nos vemos obligados a caer en el tema de la defensa. Muchos achacan el hecho de que los equipos de Phoenix no jugaban bien sin el balón por el sistema de correr antes de pensar -el balance defensivo siempre fue desastroso en aquellos Suns de mediados de la década de 2000-, pero los Knicks llevaron a pensar que esto no tenía que ver con un estilo predeterminado: las rotaciones eran lentas y las desconcentraciones excesivas. Si no me creen, piensen cuánto cambió el equipo de New York con un entrenador como Mike Woodson, que centra su mirada en este apartado.

ESPN Stats nos comunica que el récord de carrera de D'Antoni es 53.4%. La última vez que los Lakers contrataron un entrenador con tan bajo porcentaje de victorias fue Del Harris (49.3% en ocho temporadas) antes de la temporada 1994-95.

D'Antoni es un excelente ser humano y un hombre muy querido en la Liga, pero no es lo que los Lakers necesitan. Su ataque rápido no encaja con esta estructura y por más que siempre ha comandado equipos divertidos, esto se trata de otra cosa: la defensa, en esta clase de equipos que buscan el campeonato, cumplen una función trascendental.

Por lo tanto, esta contratación es una decisión equivocada. Su historial nos enseña lo que podemos esperar de él y de su equipo, por lo que la única manera de que esto funcione es que D'Antoni gire el timón y cambie su estrategia y táctica de punta a punta o que contrate fichas jóvenes para que su idea tenga algo más de sentido.

Si eso sucede, puede pasar algo grande.

Pero los milagros no suceden a menudo.

^ Al Inicio ^