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Oportunidad de acallar críticas

IRVING -- Hay un par de caminos distintos por los que puede ir la temporada de los Dallas Cowboys de ahora en adelante. El primero es que simplemente se muevan alrededor de los .500, sorprendiéndonos con un gran juego de vez en cuando, perdiendo el partido ocasional que claramente podían ganar y al final no hicieron nada para refutar la idea de que no son lo suficientemente buenos. Este es un grupo, últimadamente, que no ha ganado dos partidos consecutivos de gira desde el Día de Acción de Gracias pasado. Calendario fácil o no, es concebible que los Cowboys simplemente son como son.

Pero el otro camino que puede tomar deberá hacer que se iluminen los ojos de los Cowboys. El otro escenario es uno en que Dallas saque ventaja del hecho que cinco de sus próximos siete partidos son en casa, y seis serán contra equipos con marca perdedora. Se organizan a la ofensiva y defensiva, y vencerán a equipos como los Cleveland Browns, los Cincinnati Bengals, los Washington Redskins y los Philadelphia Eagles. En este escenario, los Cowboys le hacen la vida muy complicada a los tambaleantes líderes New York Giants, y quizás --sólo quizás-- jugarán lo suficientemente bien para robarse el título de la NFC Este, de la misma forma que los Giants lo hicieron el año pasado.

El efecto del último escenario sería significativo y se expandería a las temporadas entrantes. Porque si los Cowboys de este año pueden cumplir ese realidad específica, podrán tener éxito en algo más allá que clasificar a la postemporada de 2012-13. Habrán cambiado la forma en que el mundo de afuera y sus fanáticos los perciben. Incluso podrán cambiar la forma en que ellos mismos se ven. Para muchos de los protagonistas asediados de los Cowboys, ésta es una oportunidad de cambiar la historia de sus carreras.

Jason Garrett no está preocupado por su trabajo como entrenador en jefe, y no tiene por qué. El dueño del equipo, Jerry Jones, lo apoya y lo ha reiterado en cada oportunidad que tiene. Jones confía en que Garrett será un gran entrenador, y esté en lo correcto o no, está determinado en darle suficiente cuerda y tiempo para descubrirlo. Pero si Garrett puede liderar a estos Cowboys en una carrera por la NFC Este, tendrá la ventana para ser considerado de forma distinta de ahora en adelante, tanto por Jones como por todos los demás. Los próximos siete partidos le ofrecen a Garrett una oportunidad de mostrar mejoría, sobre todo en esas áreas claves de manejo en el juego por las que es tan criticado, y, lo más importante, mostrar que tiene la habilidad de encarrerar, motivar y liderar a sus hombres para alzarse en la ocasión. Dependiendo de cómo salga el resto de la temporada, Jones podrá emerger con un montón de nuevas evidencias para respaldar su confianza en Garrett, y de pronto podrá sonar mucho más convincente para los fanáticos de Cowboys.

Tony Romo, podrán haber escuchado de vez en cuando, es un mariscal de campo con una marca de 20-3 en el mes de noviembre, pero 10-17 en diciembre y enero. Hubo algo de aceptación entre los fanáticos de Cowboys, en torno a que el colapso de diciembre pasado no fue culpa de Romo sino de la defensiva, pero muchos se quedaron con el preocupante hecho de que no pudo llevarlos por encima de la situación de la forma en que los mariscales de campo campeones lo hacen. El resto de esta temporada le ofrece a Romo, que no ha tenido un gran año hasta ahora, más oportunidades para establecerse como el tipo de lanzador que puede cargar al equipo y cumplir bajo los reflectores. La historia de Romo no está escrita, pero no ha hecho mucho para controlar la pluma. Tomar ventaja de la oportunidad que se avecina frente a él y los Cowboys, lo ayudará mucho en ello.

Miles Austin y DeMarco Murray tienen la oportunidad de probar que son confiables, sanos y útiles (aunque Murray tiene que regresar primero de su lesión en el pie, si es que quiere hacerlo). DeMarcus Ware tiene la oportunidad de responder a aquellos que murmuraban hacia el final del año pasado que desaparece en los momentos importantes. Dez Bryant puede usar el resto de la campaña para combatir la noción de que es testarudo y nunca ordenará su vida fuerra del campo, o se concentrará dentro de él. Rob Ryan podría mantener unida a su defensa de la forma en que el año pasado no pudo, y probar que sabe como construir una amenaza para las ofensivas contrarias. Rayos, un final fuerte puede hacer que se ilumine el propio Jerry Jones ante la gente. La plantilla actual y escuadra de entrenadores, carga evidencia de que ha cedido algunas decisiones importantes de personal a Garrett y otros. Si es exitoso, los fanáticos de Cowboys podrán interpretarlo como una señal de que Jones está aprendiendo de sus propios errores.

Ésta es una gran puerta para los Cowboys, estos últimos siete juegos. Es probable que no puedan alcanzar a los Giants, especialmente porque ya no se enfrentarán, pero si logran entrar a la carrera por la división, poner a sudar un poco a los Giants mientras se enfrentan a equipos más difíciles en comparación a los rivales de Dallas, se pondrán en posición de dar la sorpresa hacia el final. Habrán mostrado vida, chispa y resistencia donde era difícil encontrar evidencias. Habrán cambiado la narrativa ellos mismo sobre qué son capaces de hacer.

Esa es la oportunidad que se avecina para los Cowboys en este cierre de 2010, y si eso no los emociona, es difícil imaginar qué lo hará.