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La conquista

Getty Images

BUENOS AIRES -- Pocas veces una carrera con tanta expectación entregó todo lo que se esperaba de ella. La vuelta de la Fórmula Uno a Estados Unidos, anotada como penúltima fecha del Campeonato Mundial por las dilaciones en la ejecución de la obra en Austin más que por elección natural de los organizadores, resultó un Gran Premio repleto de matices, sobrepasos, genuinas luchas rueda a rueda, con un vencedor inesperado, tres campeones mundiales en el podio y la definición del título prorrogada hasta la 20ª y última competencia del año.

Lewis Hamilton logró lo que su ídolo Ayrton Senna había hecho antes: ganó dos citas en Estados Unidos en circuitos diferentes. El inglés, se recuerda, consiguió en Indianápolis 2007 -anterior carrera en esa parte de Norteamérica- su segundo triunfo mundialista y cinco años después, en el Circuito de las Américas, logró el 21º en su penúltima carrera con McLaren y luego de haber firmado contrato con Mercedes a partir de 2013.

El campeón 2008 concretó en carrera lo que había resultado una advertencia en clasificación. Hamilton fue el único piloto que se arrimó a los tiempos de Sebastian Vettel en el armado de la grilla, a pesar de que el alemán había dominado a voluntad en cada salida a pista.

En carrera, el inglés superó a Mark Webber para meterse entre los Red Bull justo antes de que el RB8-Renault del australiano sucumbiera por otra falla en el alternador que lo dejó sin batería para el dispositivo KERS y la sincronía de los cambios. Ese mismo defecto ha dejado fuera de carrera a Vettel en dos carreras este año.

A pesar del ancho de la pista texana, el tráfico de rezagados jugó su papel en la lucha por la victoria. Cuando Hamilton tenía a tiro a Vettel, ya en el margen que le permitía usar el poder agregado por el alerón móvil, el indio Narain Karthikeyan apareció adelante con su lento HRT, demoró al puntero y Hamilton aprovechó para darle caza y superarlo en la recta siguiente gracias al beneficio aerodinámico.

El inglés consiguió el premio mayor por su apuesta al riesgo permanente cuando la victoria parecía una utopía. Sin juego en los boxes porque 20 de los 22 autos que terminaron la carrera eligieron parar sólo una vez a cambiar neumáticos, Vettel no tuvo forma de reaccionar en esas vueltas finales y terminó conformándose con el puesto de escolta y delante de Fernando Alonso.

Ferrari tiene el tercer auto de la grilla en el último tercio de la temporada. El rendimiento de su F2012 es inferior al del Red Bull RB8-Renault y el McLaren MP4/27-Mercedes. Alonso no gana una carrera desde hace nueve fechas, ya cuatro meses.

La Scuderia está dispuesta a cualquier ardid para mantener a flote las posibilidades del asturiano. Así fue como cambió la caja de cambios del coche de Felipe Massa, cordero dispuesto al sacrificio, pocas horas antes de la largada con el único objetivo de colectar una penalización que retrasó al brasileño cinco lugares en la grilla, promovió a Alonso al séptimo cajón, justo un impar, en la parte más limpia de la parrilla.

El bicampeón 2005/2006 hizo el resto: protagonizó una impecable movida que le permitió ganar tres lugares en el pique rumbo a la primera curva, aprovechó luego el abandono de Webber y subió al podio, una recompensa que destacó con el valor de la victoria. Ahora apuesta el resto a la imprevisibilidad de Brasil, donde la lluvia siempre amenazante puede cambiar la lógica dictada por la mecánica.

Además de la obvia colaboración de su equipo, la causa de Alonso encontró un aliado inesperado: Hamilton. Justo el inglés, aquel que involuntariamente transformó en tormento el año de estadía del asturiano en McLaren, le birló la victoria a Vettel y dejó en 13 puntos la distancia entre el alemán y el español en el campeonato cuando quedan 25 en juego.

Si Hamilton no hubiese pasado a Vettel, la diferencia sería de 20. El inglés pensó sólo en su victoria, a pesar de que hace unos meses, cuando decidió dejar McLaren y empezó a explorar opciones para 2013, encontró cerradas las puertas de Ferrari por orden de Alonso.

Mientras la lucha por la punta con implicancia directa en el campeonato formó el atractivo principal en la vuelta a Estados Unidos, las batallas en el medio del pelotón contribuyeron al espectáculo que unas 120.000 personas disfrutaron en directo en Austin.

Massa, Jenson Button, Kimi Räikkönen, Romain Grosjean, Nico Hülkenberg, Pastor Maldonado, Bruno Senna, Sergio Pérez, Nico Rosberg, Kamui Kobayashi y Michael Schumacher animaron duelos al roce, como en los viejos tiempos.

La provisión de neumáticos medios y duros, difíciles de calentar en un asfalto flamante que según algunos pilotos despedía algo de aceite, banquinas asfaltadas para el escape, una recta de casi un kilómetro y buena combinación de curvas propiciaron una gran carrera.

El diseño de la pista incluye una horquilla luego de 40 metros en subida rumbo a la primera curva, remedo de Österreichring en los '70, una combinación de Eses parecidas a Becketts y Maggots en Silverstone, un toque de Interlagos y una réplica de la curva 8 de Estambul.

Los mexicanos, deseosos de ver a Checo Pérez corriendo cerca de casa, compraron buena parte de las entradas. La ubicación estratégica del Circuito de las Américas resulta atractiva para la población latinoamericana en Estados Unidos y su vecino al sur. Como tantos que cruzan la frontera, la Fórmula Uno volvió a entrar luego de cinco años con el mismo viejo sueño de conquistar América.