EFE 11y

Rafa Benítez vuelve a la Premier

LONDRES -- El español Rafa Benítez, el técnico que cambió la historia del Liverpool al conquistar la UEFA Champions en 2005 y convirtió a Fernando Torres en una estrella de la Premier, afronta el reto de lidiar con el vestuario de Stamford Bridge, uno de los más complejos de Inglaterra.

A sus órdenes en el Chelsea volverá a estar el Niño Torres, el delantero que Benítez exigió para el Liverpool en el verano de 2007, justo después de perder la final de la Champions ante el Milan que lideraba el brasileño Kaká, y que atraviesa una etapa gris en Londres después de haber tocado el cielo con los Reds.

El entrenador madrileño sustituye en el banquillo del Chelsea al italiano Roberto Di Matteo, destituido el miércoles, y toma las riendas de un equipo con escasas opciones de superar la primera fase de la UEFA Champions League y que ha cedido al Manchester City el liderato de la liga inglesa hace pocas semanas.

Su currículum le ha convertido en el candidato predilecto del voluble petrolero ruso Roman Abramóvich: Benítez llevó al Liverpool a lo más alto en su primera temporada en Inglaterra, después de más de dos décadas en las que los Reds no habían levantado el máximo trofeo europeo.

No pudo repetir la gesta en los seis años que dirigió el equipo, pero llevó de nuevo a los suyos hasta la final en 2007 y a la semifinal en 2008, además de conquistar la Supercopa de Europa en 2005 y la FA Cup, en 2006.

Benítez es además un experto en guiar a futbolistas españoles en el fútbol inglés, una habilidad que le resultará útil en el vestuario del actual campeón de Europa, en el que, además de Torres, conviven Juan Mata, Oriol Romeu y César Azpilicueta.

Más allá de los españoles, Benítez encontrará previsiblemente algún problema para domar un vestuario que ya forzó la destitución del portugués André Villas-Boas la temporada pasada y que cuenta con veteranos como John Terry, Frank Lampard y Ashley Cole, cuyos días dorados como futbolistas han pasado ya pero que mantienen su autoridad en el club.

El técnico madrileño suele construir sus equipos a partir de un férreo esquema táctico que deja poco espacio a la improvisación, con los movimientos de cada una de sus piezas estudiados al milímetro en la pizarra.

Benítez, que basa su dominio del juego en el control posicional más que en la posesión de balón, insiste a los suyos en la importancia de la recuperación en defensa y en la salida rápida del balón, así como en la necesidad de utilizar las bandas para el ataque.

Entre sus jugadores, el madrileño se ha ganado fama de duro: "Rafa es la clase de persona que cuando terminas un partido como mejor jugador y con tres goles, ni te habla de ello, y te comenta en cambio que no has utilizado la pierna izquierda en un momento determinado. Pero lo hace bien, cuando te tiene que felicitar, lo hace", describió Steven Gerrard en una entrevista.

A sus 52 años, este licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) y diplomado en Empresariales, cuenta con una amplia experiencia como entrenador.

Benítez, exdefensa del Real Madrid B, del Parla y del Linares, firmó como técnico del filial del equipo blanco en 1993, para convertirse después en el segundo de Vicente del Bosque en el primer equipo, y hacerse cargo más tarde de el Valladolid, el Osasuna, el Extremadura y el Tenerife.

En 2001, aprovechó la oportunidad que le ofreció el Valencia para demostrar su talento en la elite del fútbol y despejó pronto las dudas que había generado su fichaje entre la afición local.

El Valencia de Benítez desbancó a los grandes de la Liga española hasta en dos ocasiones: 2002 y 2004.

Cuando todavía le quedaba un año de contrato, el madrileño anunció en una rueda de prensa en la que no pudo contener las lágrimas su salto al fútbol inglés, donde no tardó en fraguar un nuevo equipo ganador, el "Spanish" Liverpool.

Con Benítez llegaron a Anfield futbolistas como Josemi González, Antonio Núñez, Luis García, Álvaro Arbeloa, Pepe Reina y Fernando Torres.

Tras rescindir su contrato con los Reds en junio de 2010, el español recaló en el Inter de Milán para sustituir al portugués José Mourinho, un puesto en el que no aguantó más de 17 jornadas, tras las cuales fue destituido.

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