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Dallas decepcionó al dueño

IRVING -- La última vez que el dueño de los Dallas Cowboys reconoció que el equipo tenía que mejorar y comenzar a ganar de manera consistente, par de semanas después cambió de entrenador. Jerry Jones despidió a Wade Phillips después de una bochornosa derrota ante los Packers en Green Bay, en la Semana 9 del 2010.

Este jueves, en Día de Acción de Gracias, los Cowboys fueron exhibidos a escala internacional en el partido que la misma familia Jones reiteró considera más importante del año, contra su rival más acérrimo.

Dallas cayó por 38-31, un marcador que ni siquiera refleja el dominio físico y táctico que tuvieron los Washington Redskins en el Cowboys Stadium.

"Soy como todos los que estuvimos aquí. Veo nuestros números. Veo dónde estamos y cómo jugamos contra este equipo", declaró Jones. "Estoy muy molesto. Creo que este era un juego crítico para nosotros porque era un oponente divisional".

Parece una costumbre que los Cowboys de Jason Garrett esperen a estar abajo en el marcador para comenzar a jugar. Parece que esperan que jugadas individuales, más que una buena estrategia colectiva, los guíen a esas remontadas que han dado resultado un par de veces. Sin embargo, esa estrategia no ha funcionado en otras tantas ocasiones esta temporada por problemas que parecen crónicos como falta de manejo de tiempos y movimientos, llamado de jugadas discutible, falta de ejecución, fallas mentales e incapacidad para provocar errores del rival.

"Tenemos que encontrar la manera de hacer mejor las cosas", dijo el mariscal de campo Tony Romo. "Creo que hay cosas que todo el mundo puede ver que necesitamos hacer mejor. Ni siquiera sé bien cómo explicarlo, pero necesitamos jugar mejor".

Romo fue uno de los pocos que se salvó de la quema el jueves; por momento pareció jugar solo contra los Redskins mientras la mayoría de los aficionados en el Cowboys Stadium tenían la esperanza de una remontada hasta los segundos finales.

El pasador, quien por vez primera perdió un juego en casa en noviembre, produjo 448 de las 458 yardas totales de los Cowboys. Sus 441 yardas por pase representan la mayor cifra de su carrera. Sin embargo, cuando intentas 62 pases, el ataque se vuelve unidimensional, predecible, y las posibilidades de intercepción son mayores, sobre todo cuando Romo sólo tenía un receptor titular equipado.

Miles Austin salió lastimado de la cadera en la primera mitad y Kevin Ogletree está conmocionado desde el juego anterior.

"Sé que tenemos un montón de muchachos nuevos jugando y otro montón lastimados", dijo Romo. "Pero para eso entrenamos todos juntos. Los que estamos jugando tenemos que mejorar y tratar de hacer un buen trabajo".

Los Cowboys nunca pudieron frenar a un mariscal rival, Robert Griffin III, quien pasó para 311 yardas, cuatro touchdowns y que hizo las pequeñas jugadas en los momentos más grandes contra una defensiva que parece doblarse siempre cuando más se le requiere. Por ejemplo, Griffin orquestó una ofensiva de 50 yardas y 11 jugadas que consumió 5:20 minutos cuando los Cowboys se acercaron a siete puntos con 8:18 por jugarse.

"Fue complicado contra un buen mariscal de campo que juega diferente, que no es típico en la NFL", dijo el coordinador defensivo, Rob Ryan. "Es un tipo de quarterback que se ve poco en la liga, y que hoy (jueves), nos hizo mucho daño".

Griffin es conocido de sobra en el área Dallas-Fort Worth desde sus épocas de preparatoria; ahí en el Cowboys Stadium jugó postemporada en ese nivel, y su último partido colegial también fue ahí con la Universidad de Baylor, localizada a menos de dos horas del estadio. El novato orquestó una ofensiva de 28 puntos en el segundo cuarto; igualada en la mayor cantidad que ha recibido la franquicia de Dallas en su historia.

Por segundo partido al hilo en Cowboys Stadium, los locales se fueron al descanso en desventaja; esta vez de 25 puntos (28-3), comparado con el 13-0 frente a Cleveland. Fue el cuarto partido consecutivo en casa que los Cowboys estan abajo por doble dígitos al medio tiempo.

"En esta liga no puedes esperar jugar desde atrás todo el partido y esperar ganar al final cada semana", dijo Jones. "La semana pasada pudimos regresar; ganamos, pero tampoco jugamos bien. Así no se puede cada partido".

Jones cree que los jugadores aún confían en el entrenador Jason Garrett y juegan por él; algo que consideró el "mínimo requisito".

"No quiero ir más lejos en esta conversación", señaló en el vestidor después del partido. "Nuestras expectativas eran competir en postempoarda. Ya ahí, competir por todo. Pero hay que jugar bien para llegar ahí. Tenemos problemas de lesiones. Eso pasa en esta liga y todos los equipos tienen que batallar con eso. No somos los únicos".

Jones es considerado uno de los mejores vendedores que tiene la NFL y uno de los dueños más optimistas hasta en los peores momentos de la franquicia. Pero este jueves, unos cuantos días después de que dijo con claridad que los Redskins era el rival más importante de los Cowboys, sin importar cómo llegaran al partido o cuál fuera su récord, Jones sonaba más pesimista que nunca.

"Creo que nuestra unica oportunidad [de llegar a playoffs] será terminar con el mejor récord del Este de la Conferencia Nacional", reconoció. "No sé cómo será. No sé si con mara 8-8. Y ni siquiera estoy seguro de que podamos estar 8-8...".

El año pasado, Dallas terminó la campaña 8-8 y fuera de postemporada por segundo año consecutivo. Los Cowboys tienen récord de 5-6, igual que los Redskins, con siete partidos por disputar, empatados en el segundo lugar en el Este de la Conferencia Nacional, detrás de los New York Giants (6-4) que el domingo reciben a los Packers (7-3).

"No trato de ser negativo", dijo Jones. "Pero tenemos que jugar contra los Redskins otra vez, allá en su casa. Y quedé muy impresionado de lo bien que juegan estos muchachos".

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