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Tres adentro

ROMA -- Mientras Inter, ya clasificado desde la pasada fecha, se fue de visita a Ruin Kazan con un equipo repleto de juveniles, muchos a su primera experiencia con el equipo mayor, y perdió por 3 a 0, Lazio y Nápoli se jugaron respectivamente de local ante Tottenham y en casa de AIK el pase del turno, que ambos obtuvieron, el primero con un empate sin goles y el segundo con un triunfo por 2 a 1.

Udinese, en cambio, no logró con la hazaña de resolver una situación casi irrecuperable y si bien jugó bien, cayó sobre el final y fue derrotado por 2 a 0, quedándose así matemáticamente afuera de la UEFA Europa League.

EXPERIMENTO FALLADO
Stramaccioni aprovechó de terne ya en el bolsillo los dieciseisavos y así se llevó un equipo suplente en Rusia. Su idea, más allá de la clara intención de darle descanso a los titulares, era la de probar cuales entre los muchachos de su cantera tienen lo necesario para pasar a Primera.

Sin embargo, el experimento no le funcionó, porque su equipo, en un partido parejo, se derrumbó sobre el final y terminó por perder 3 a 0, lo que significa cerrar el Grupo H en segunda posición.

Además, no tuvo una buena respuesta ni por parte los jóvenes que probó ni por parte de esos hombres que jugaron un poco menos y que necesitan minutos para mejorar y entrar en las mecánicas del cuadro, pero posiblemente necesitarían hacerlo en un cuadro que se mueve bien y que se la juega para ganar, no para hacer pruebas.

Así, en definitiva, Inter simplemente perdió tiempo contra Rubin Kazan, porque el equipo no sumó, se jugó la primera plaza definitivamente y su técnico no logró sacar muchas indicaciones interesantes o, más bien, ninguna en absoluto.

Cuanto menos, casi todos los titulares pudieron descansar, sin ni siquiera viajar afuera, y así estarán mejor preparados para el campeonato, en particular para el enfrentamiento del próximo fin de semana ante Parma.

INVERTIDO
Lazio, en el primer partido de esta Europa League, visitó a Totenham en el White Hart Lane: allí fue totalmente dominado por el rival, pero logró salir con un empate sin goles gracias a las buenas atajadas de su arquero y a la casi heroica defensa, que no se rindió ni hasta al último segundo.

En el Olímpico de Roma, el equipo capitalino se vengó y apabulló a los "Spurs", pero así como pasó en Londres, el partido terminó igualado por 0 a 0 a pesar de que un equipo fue muy superior al otro.

En esta ocasión, lo diferente fue que más que un mérito de la defensa visitante, la falta de goles fue un gran demérito de la delantera albiceleste y, en particular, de Kozák, uno que normalmente va más allá de sus límites técnicos y anota un gol a cada dos balones, pero que esta vez falló cinco ocasiones de gol simplemente clamorosas.

La diferencia, como en aquel entonces, la hizo la intensidad de juego: los ingleses se vieron apagados mientras que el Águila corrió con buen ritmo y velocidad, ganando así todos los duelos en cada zona de la cancha. No caben dudas de que Lazio, con Klose en la cancha, hubiese goleado, pero al final el empate le cabe bien a Petkovic, porque su cuadro así pasó el turno, mantuvo la primera plaza y, por encima, algunos protagonistas pudieron descansar.

Hay preocupación por Hernánes, quien salió por una molestia física, y no es fácil digerir un empate tras una performance como esta, pero en fin de cuentas Lazio está a punto de pasar primero en un Grupo bastante complicado y esa es una señal de crecimiento, recordando especialmente todos los papelones de los albicelestes en las últimas participaciones a esta competición.

EN ZONA MAZZARRI
Nápoli logró ganarle a AIK justo en zona Mazzarri, anotando un gol cuando faltaban pocos segundos nomas al final del encuentro, por encima de penal. El equipo, también en esta ocasión, mostró sus límites estructurales, así como al mismo tiempo lució toda la importancia del trabajo de su entrenador, que sabe sacar lo mejor de un equipo que necesita ser retocado.

No que el Burro no sea un buen cuadro, pero con la salida de Lavezzi se perdió mucha velocidad y fantasía en el juego y así, como no llegó ningún jugador de gran experiencia ni tanto menos que sepa mover el balón, en suma no hay un director, el cuadro fatiga mucho para construir la maniobra.

Así, en Suecia los celestes no supieron administrar la ventaja, obtenida gracias al estro del fenómeno Cavani, y una vez que sufrieron el empate fueron más pero no supieron encontrar los espacios justos para superar a su adversario.

Hizo falta, en efecto, un penal al último segundo, como decíamos, que claramente conquistó y transformó el Matador, la verdadera alma de este equipo y único jugador capaz de darle un aspecto de grande a un equipo que no está construido como para ser más respecto a los mejores de Italia ni de Europa.

De todas maneras, lo importante era ganar y de una manera o de otra, el cuadro logró pasar el turno con una fecha de anticipo. Algo fundamental para empezar ya a planear el futuro y para poderse dedicar, de acá hasta febrero, únicamente al torneo nacional.

Con la esperanza que De Laurentiis invierta algo de lo obtenido con la venta de Lavezzi en un jugador de calidad y geometrías. Algo que debía pensar antes, considerando que durante el verano se movieron por cifras casi nulas o del todo abordables jugadores del calibre de Aquilani, Pizarro y Verratti.

ÚNICA DELUSIÓN
Cuando Udinese superó a Liverpool de visita en el Anfield, en el segundo partio de la Europa League, la impresión era que los albinegros se querían dedicar con todo a esta competición, para poder superar así las amarguras continentales, muy grandes tras dos eliminaciones consecutivas en Preliminares de Champions.
En efecto así fue, pero a pesar de que esta vez los friulanos se la jugaron casi siempre con sus mejores hombres, el equipo de Guidolín no logró alcanzar el nivel necesario para superar un Grupo bastante complicado, con equipos que quieren llegar muy lejos.

Lamentablemente, Udinese se jugó todo en el doble enfrentamiento con el más débil de sus rivales, Young Boys: cayendo en ambos desafíos, sus posibilidades de pasar el turno eran realmente muy bajas.
A pesar de eso, los albinegros viajaron en Rusia, de visita a Anzhi, con la intención de cumplir la hazaña y la esperanza de regresar con la sonrisa en la cara de quien sabe que acaba de hacer una especie de milagro. El conjunto italiano no estuvo muy lejos de cumplir con su misión, pero lamentablemente se derrumbó justo sobre el final de un match muy equilibrado, para sufrir dos goles en pocos minutos cuando faltaban menos de veinte al 90º.

No hubo mucha diferencia ni técnica ni táctica entre los dos cuadros y, analizando atentamente los momentos clave del desafío, especialmente el final de la primera etapa y el inicio del complemento, se vio claro que en fin de cuentas lo que le faltó a Udinese fue confianza y seguridad.

Fue en esos minutos, efectivamente, que la visita creó su mayor esfuerzo y si hubiese creído un poco más, o si Di Natale hubiese tenido el coraje de ponerse el equipo al hombro, suportando cada compañero en la cancha, los friulanos hubiesen podido ganar.

Al final no fue así y de esta manera se cerró definitivamente un ciclo, que la familia Pozzo se ocupó personalmente de cancelar vendiendo todas las piezas mejores en apenas dos años, sin reintegrar de la manera más mínima el plantel, sino con jugadores jóvenes destinados, como sus predecesores, a ser vendidos antes o después al mejor oferente.

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