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Ganó y perdió el mejor

MÉXICO -- Desde que inició esta temporada sabíamos que tendríamos la más espectacular en medio siglo de historia de la Fórmula Uno, todo se conjuntaba, la historia de gloria de seis campeones del mundo encabezados por el histórico Michael Schumaher, que si bien no tuvo un regreso espectacular con la escudería Mercedes, le dio un toque especial al serial.

Claro que los ojos estaban puestos, desde el inicio, en el que para la mayoría y así lo refleja la diferencia salarial con el resto de sus compañeros, Fernando Alonso, pese a que su Ferrari no pudo acoplarse a los nuevos cambios en tecnología, su habilidad al volante lo convirtió en gran favorito.

Claro que enfrente tenía al otro favorito natural, el alemán Sebastián Vettel, el niño prodigio del automovilismo, ambos buscaban el tricampeonato y la hegemonía en el serial.

La historia de estos 20 Grandes Premios es memorable, tanto así que al inicio fueron varios los pilotos que ascendieron al podio en el sitió de honor sin repetirse, hasta que poco a poco se fue delineando la clasificación, Alonso, Lewis Hamilton y el propio Vettel siempre fueron firmes aspirantes, por ahí Mark Webber y Jenson Button, incluso se les unió el otro campeón que regresaba al serial, Kimi Raikkonen, lo que convirtió a esta en la mejor temporada de la historia.

Hubo de todo, momentos de tanta emoción, varios debutantes en el podio, incluido el venezolano Pastor Maldonado que le dio a Venezuela el gusto de ganar un Gran Premio y entró así a la historia de la F-1.

El destino fue cruel con Alonso cuando parecía que podía aspirar al título, y perdió prácticamente dos carreras en la arrancada, por contactos con Román Grosgean y Kimi Raikkonen, lo que sin duda cambió el rumbo de su destino y le abrió la posibilidad a Vettel que había permanecido discreto, pero que fue el piloto que arrasó al final de temporada.

Trece se convirtió en el número clave, eran los puntos que separaban a Vettel y Alonso hasta el último momento y la carrera culminante en el circuito de Interlagos no pudo ser un mejor final de temporada.

No recuerdo otro más intenso, más emocionante, más peleado y que al final nos dejó un muy buen sabor por lo que fue esta histórica temporada.

Y es que hoy ganó y perdió el mejor. Ganó merecidamente el título Sebastián Vettel, se ratificó como el mejor piloto del serial, el que sumó más puntos y que definitivamente posee gran una habilidad que, sumada a la tecnología que ha logrado desarrollar Red Bull lo convirtió en campeón del mundo con mucha justicia.

Y perdió el mejor, el piloto que nos sorprende siempre con su magistral desempeño, que supera incluso las deficiencias de su Ferrari, un Fernando Alonso que luchó hasta el final como un grande y que como él mismo concluyó, el título no se perdió en Interlagos, sino en ese par de carreras que lo marginaron de los puntos.

Pero así es el deporte, se gana y se pierde, y hay muchos factores que influyen, incluso más allá de la calidad de los rivales, porque sería injusto decir que Vettel no es mejor que Alonso, o viceversa, lo cierto es que ambos son excelentes, son campeones del mundo, son los mejores.

Ambos merecían el título, ambos son de un material especial y ambos le dan espectacularidad y emoción a la Fórmula Uno, junto con ellos, Lewis Hamilton, Kimi Raikkonen, Jenson Button... Todos material de campeón del mundo.

Pero sólo uno puede ganar el título y hoy fue Sebastián Vettel quien festejó el tricampeonato al hilo y se convirtió de paso, en el más joven en conseguirlo, con apenas 25 años de edad, pero fue hasta el último minuto que pudo celebrar el alemán, porque fue tan emocionante la carrera con la que cerró la temporada, que hubo un par de momentos en los que Alonso ostentó el título.

Como para ponerle más emoción, hasta de un incidente al inicio de carrera que pudo dejarle fuera, se salvó Vettel, quien remonto las posiciones necesarias para ganar el título, apenas por tres puntitos, lo que refleja el fragor de la batalla.

Sebastián Vettel ganó, y ganó el mejor piloto de entré los mejores que hoy día compiten en Fórmula Uno, Fernando Alonso perdió, pero demostró ser también el mejor por su desempeño a lo largo de la temporada, aunque es cierto, la historia anota a Vettel oficialmente como campeón mundial el 2012.

Pero más allá de los números y estadísticas, hoy en Interlagos ganó y perdió el mejor, porque cada uno en su estilo y con su calidad, pelearon en todo momento por la corona. Como sólo los grandes saben hacerlo.

Mientras Vettel festeja su muy merecido título, Alonso debe sentirse satisfecho por su desempeño y los amantes del deporte motor complacidos por el espectáculo, y porque no, con la mira puesta en marzo del 2013, en lo que esperamos sea una temporada que supere en emociones y se edite una nueva historia con estos grandes protagonistas.

Así las cosas, Sebastián Vettel se convirtió en el flamante campeón 2013, en la penúltima vuelta cuando entró el safety car y ya nada podía cambiar... ¡Así de intenso!

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